Ficha personal: Las vendimias de Carbonari

¿Quién es Laura Carbonari? Podría preguntar cualquier turista que llega a Mendoza por primera vez. "Si son turistas ojalá que sean muchos que pregunten por ella, nosotros les diríamos quién es Laura". La respuesta aplica para tanto un gerente de hotel o un trabajador gastronómico, deseosos ambos, de que entre dinero fresco a través de la actividad económica en que todos se esperanzan. Y ella, seguramente estaría gratificada si esta situación imaginada, se diera.

No habría que decirlo entre nosotros, pero lo aclaramos igual: Carbonari es muy conocida por su voz y su imagen en nuestro condado. Sabemos que ha forjado una trayectoria sólida de 31 años como profesional de los medios mendocinos. Y en este mundillo mediático es una gran difusora de la Vendimia, cuestión que es abordada particularmente, en esta conversación periodística que mantuvo con el POST.

También Carbonari es ahora candidata a senadora provincial por el Partido Federal que lidera Carlos Iannizzotto -el referente del cooperativismo agrario-. La locutora que condujo 15 veces la Fiesta Nacional de la Vendimia necesita para llegar al Senado provincial tantos votos como dos teatros griegos  Frank Romero Day. 

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Botella electoral al mar

Carbonari necesita 44 mil votos del Gran Mendoza para ocupar una banca en la Legislatura. En esa tarea está ocupada. Ella está empeñada en que les llegue un mensaje a las ciudadanas y ciudadanos que no fueron a votar o votaron en blanco en las elecciones PASO. "Esa actitud de rechazo o el voto 'blanco-bronca', ya se hicieron notar en septiembre. Fue como un mensaje viralizado por Whatsapp o Facebook, ahora les pido que se animen a votar por lo nuevo, por lo que viene", pide la candidata.

Esta es la ficha personal de Laura Carbonari:

· Lugar de nacimiento. "Nací en Villa Hipódromo, Godoy Cruz, hace 57 años".

· Entorno familiar. "Mi padre fue Eugenio Luis Carbonari, reconocido periodista y médico, fundador de Canal 9, jefe de Educación para la Salud, fue uno de los directores de la Fiesta de la Vendimia junto al gran Abelardo Vázquez, falleció en 1989. Mi madre, Gladis Estela Ríos, profesora universitaria de Filosofía, profesora de las escuelas técnicas del Conet, hoy está jubilada. Soy madre de 3 hijos (Natalia de 30 años, Agustina de 27 y César de 25) y tengo un marido (César) desde hace ¡34 años!".

· Qué estudió. "Estudié Filosofía y Letras en la UNCuyo, egresé como profesora, luego realicé dos especializaciones, una en Lenguaje y Comunicación y también estudié en el ISer para ser locutora profesional".

· Redes sociales. "Estoy en Twitter: @LauraCarbonari1; Facebook: @lauracarbonari.ok (fan page); Instagram: lauracarbonari.ok; y Youtube: Laura Carbonari. Las redes son una herramienta formidable. Antes de ser candidata las utilizaba para mi trabajo, para contar lo que hacía en mi tiempo libre o en distintas actividades profesionales, para destacar gente que me parece importante y merece ser visibilizada y ahora las ocupo para la campaña política".

· La profesión. "Soy locutora profesional y periodista de oficio, y lo seguiré siendo hasta viejita". 

· Ejes de su pensamiento. "Hay situaciones que la gente ya no soporta más y urge cambiarlas. Quiero ser la voz en la Legislatura de los comerciantes, los trabajadores, los productores, de los jóvenes, de nuestros abuelos, de las mujeres, de la Mendoza profunda, siempre postergada. Creo firmemente en la democracia, en la república y la buena política como único camino posible para formar una conciencia social dirigida al bien común".

Primera cosecha

-¿Recuerda la década de los '90?

-Empecé en televisión con Rafael Morán, Roberto Suarez y Fabián Álvarez. Fue en Aconcagua Televisión (canal por cable). Y por primera vez hubo una mujer al frente de un noticiero llamado "Estudio de Noticias". Yo acababa de dar a luz a mi primera hija, fue un desafío porque además era movilera. Entonces llegaba, editaba y conducía el noticiero. Recuerdo esa época porque daba de mamar y trabajaba. Se me venían los golpes de leche y tenía que sacarme. Cuando me pasaba durante el noticiero el camarógrafo tenía que "apretar" el plano para que no se notara que se me empezaba a mojar la camisa. Son cosas que guardo con cariño. Como toda pareja que se iniciaba, nos movíamos en colectivo así que llegaba a mi casa y mi marido me esperaba con la bebé en brazos. Fue en 1990 cuando empecé. Honro mis origines periodísticos y de madre, porque empecé al mismo tiempo y sostengo las dos banderas.

-¿Esa hija es la que está en Nueva Zelanda?

-Sí, es ella, Natalia, que se recibió de Licenciada de Administración de Empresas. Recibió una propuesta de trabajo allá y luego vino la pandemia y ella quedó embelesada con ese mundo y por eso es que quiero mejores posibilidades de trabajo para que vuelva.

-Los hijos son una especie de termómetro de nuestras vidas, los vemos crecer y son un reflejo de nuestro devenir.

-Es así, tengo dos hijos más y cada uno de ellos son reflejos de mi  en distintas etapas de mi vida. Por ejemplo mi segunda hija, Agustina, nació cuando decidí pasar de prensa pura, del noticiero, a armar proyectos educativos para niños. Trabajaba con títeres, con televisión educativa, con "el diario en escuela". Trabajaba con las escuelas para armar programas de televisión con los chicos. Dotaba a cada escuela de un estudio de televisión. A Agustina que ahora tiene 27, la llevaba conmigo a todos lados porque grababa en exteriores, iba prendida del pecho y si no, en el moises.

-El varón también representó algo, supongo.

-Y el varón llegó cuando había vuelto a Canal 7 y trabajaba en programas de otras características. Eran productos de interés general, recuerdo que se llamaba "Max Mujer". Para esa época se hizo un casting para la CNN en español para trabajar en Atlanta (Estados Unidos). Aprobé la audición, estaba lista y el médico me confirmó el embarazo de 'Cesarito' y en la CNN no aceptaban periodistas que estuvieran cursando embarazos. Entonces opté por tener a mi hijo porque la CNN necesitaba una conductora en ese momento y no podían esperar que naciera. Recuerdo que fue elegido el mendocino Daniel Viotto. Cuando nació César (25) recuerdo que me propuse a través del programa, reactivar la Liga de la Lactancia Materna para favorecer a las mujeres que  no querían cortar la lactancia por sus trabajos . Por eso creo que cada hijo te da un tono en la vida.

-Entonces la motivación de ser candidata es mejorar las condiciones para que los jóvenes retornen al país, pensando en Natalia.

-La verdad que mi intención de incursionar en la política es por mis hijos y los de cada uno. Es salir de la zona de confort, superar lo que una sabe hacer y tomar el presente en las propias manos. Esto es distinto porque no voy a trabajar en otra empresa, sino como servidora pública. Es decir es una intención personal con sentido colectivo.

Los votos varietales

-¿Por qué decidió acompañar a Carlos Iannizzotto en esta campaña electoral?

-Porque lo conozco desde hace muchos años desde que trabajamos en Fecovita y es una persona honesta y coherente en su opinión desde lo político y económico. Porque lo he visto aunando fuerzas con cooperativas aisladas y alejadas o con productores que tienen un solo tractor para levantar una cosecha. No viene de la política partidaria pero ha cumplido función pública. He visto cómo se la jugó cuando (la bodega estatal) Giol estaba a punto de quebrar y ha tenido actitudes similares a lo largo de su vida que lo hace una persona de bien. Todo eso me animó a aceptar su invitación a la candidatura.

-Él dice que su aceptación a la postulación lo fortaleció para encarar la cruzada electoral.

-Creo que eso pasó con la Lista 8, no nos imaginábamos que se sumaría tanta gente. Esto pasó a medida que comenzamos a caminar y a encontrar proyectos reales como una moratoria para las pymes o un sistema de avales para los inquilinos. Todo en base al sentido común, así se fue sumando gente y eso le pasó a Carlos. La verdad que dudé mucho de aceptar este rol porque estoy muy bien como periodista y porque quiero mucho a esta profesión y a mis colegas.

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-¿Cómo incide su esposo César en este presente?

-Él forma parte del sí, sino tuviera su aval, no podría haber asumido esto. Él me apoyó y alentó al decirme: "tenés mucho para dar, lo venís haciendo con el micrófono desde hace mucho tiempo, la gente te quiere y llegó el momento de desarrollarte en otra área". Él es un empresario minipyme que tiene un vivero.

Peleando por el racimo

-¿Por qué está tan enfática con la Vendimia?

-Estoy muy enfática y ojalá Marcelino Iglesias (intendente de Guaymallén) me haya escuchado. Es una locura eliminar la reina de la Vendimia (Guaymallén lo hizo por ordenanza). No hay cosificación de la mujer. Lo digo como una defensora de la mujer, vengo de una familia con muchas mujeres con dos hermanas y defiendo al género a ultranza.

-¿En estos tiempos no le parece que hace ruido desde la nominación de "reina"?

-Es según desde qué marco ideológico se mira. A mi hija le encantaba que su papá le dijera "mi reina" y es así familiarmente y no está cargado negativamente el término. Decir que una mujer está cosificada por tener una corona es mirarlo sesgadamente. Hay algo que los mendocinos no nos damos cuenta que Mendoza ha sido pionera en valorar y dignificar a la mujer. Hablo de 1936 donde ni siquiera había voto femenino y mucho antes de la aparición de Eva Perón. Hace 85 años se hizo la primera fiesta de la Vendimia y se corona a una mujer y eso se sostiene en el tempo y se fue aggiornando. Dirán que Delia Larrive tenía 16 años y era "la más linda del surco", pero ella se transformó en un símbolo para las mujeres y para la principal industria de Mendoza. No es algo que está relegado, hablamos del motor de la economía de la provincia. Y no hay mayor puesta en valor que se hizo en Mendoza. No hay que olvidar que la Fiesta de la Vendimia es estatal y no se entiende entonces por qué quieren sacar a la reina. He caminado en la "vendimia solidaria" junto a muchas reinas nacionales en lo más profundo de Mendoza. La alegría que le da a la gente ver a la reina que no llega allí con corona, sino con botas puestas y el depósito de confianza que genera es fabuloso.

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-De todos modos este tipo de debates son propios de esta época y se dan como consecuencia de los planteos que se hacen las sociedades.

-Lo que pasa que no nos damos cuenta en las consecuencias económicas que se pueden dar con desmantelamiento de la Fiesta de la Vendimia. Si le sacás la reina, la Vía Blanca o el Carrusel se produce una desvalorización y deja de ser una maravillosa fuente de trabajo. Solo hay  que pensar en los taxistas o en los vendedores ambulantes que son parte de la economía social que da empleo y trabajo. 

-También es cierto que para buena parte de la población y por tradición la Vendimia parece que fuera inalterable.

-Es así pro yo hablo de la mujer y de la economía porque ambos aspectos son importantes. El año pasado, en el 2020, cuando vinieron Los Palmeras al Teatro Griego, el turismo solo le hizo ingresar ¡5 millones de dólares! Por eso no se puede tirar por la ventana esos ingresos bastardeando a la fiesta, es una locura. Por eso digo que el rol de la mujer en este acontecimiento es muy importante.

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-¿Qué ha cambiado desde la Laura de 1990 a esta versión candidata a senadora provincial?

-He cambiado las horas de sueño, aunque dormía poco porque me levantaba a las 5 cada día para hacer el programa en Cadena 3, lo tenía todo más organizado. Pero lo que he cambiado es la mirada. En mi caso como periodista siempre tenía que llevar la noticia a la gente, o sea estaba pendiente de lo que ocurría. Y desde que acepté la invitación de la candidatura siento que esto es al revés. En este caso siento que llevo a la gente a ser la noticia. Como ejemplo, conocí el caso de una mujer que puede mandar solo a uno de sus 3 hijos a estudiar y que no puede alquilar por las garantías que le exigen. En Mendoza tenemos un abandono escolar del 66 por ciento por lo menos en el nivel superior. Eso es brutal. Cuando veo eso, ahí me doy cuenta que he cambiado, porque siento que tengo que hacer referencia permanentemente en las necesidades de la gente. Es lo que me toca vivir y lo voy hacer de la forma más honesta posible. Acá no hay "ramones".

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-Parece que José Luis Ramón es un símbolo negativo para quienes pretenden ser la tercera fuerza en esta elección.

-Es un símbolo de la hipocresía. Cuando caminamos por las ferias viendo cómo hacen para alquilar los puestos y los mismos feriantes nos decían "que no venga Ramón porque hizo promesas y hablaba mal de los K y del gobierno (nacional) y resulta que está con ellos". Quiero decir que la gente está muy enojada. Es el divorcio entre el político y la sociedad porque las gente ya no se traga nada.

-Usted observó el debate de candidatos en el CUC ¿qué conclusión le dejó?

-No fue un debate, no hubo intercambios de ideas. Fue una conquista de votos de los jóvenes, algunos haciéndose los jóvenes como Marcelo Romano que tiró consignas como para que los chicos lo voten o en el caso de Anabel (Fernández Sagasti) utilizando términos como "las pibas y los pibes". Hubo discursos demasiado armados y a los chicos no se los puede engañar tan fácilmente, ellos miraban a los candidatos y creo que muchos ya tenían la decisión a quién votar de antemano. Me quedo con una imagen muy positiva de lo que pasó allí. Se dice que hay desidia, desinterés, falta de compromiso de parte de los chicos y ahí se vio todo lo contrario, se demostró que sí les interesa la cosa pública, la gestión pública y temas que son de su interés.

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