Importante hallazgo arqueológico en la Laguna del Diamante

Son dos sitios con estructuras arquitectónicas numerosas y complejas que pueden asociarse a los incas.

Importante hallazgo arqueológico en la Laguna del Diamante

Por: Mendoza Post

Hubo un hallazgo arqueológico en Laguna del Diamante de suma relevancia. Fue un descubrimiento de gran importancia en los faldeos del volcán Maipo dentro del Área Natural Protegida Laguna del Diamante, en el departamento de San Carlos. Se trata de dos sitios arqueológicos con estructuras arquitectónicas numerosas y complejas que pueden asociarse a los incas.

El secretario de ambiente y Ordenamiento Territorial, Humberto Mingorance, expresó: "Estamos frente a un hallazgo muy importante, ya que el descubrimiento muestra claramente que los incas ocuparon y controlaron los ambientes cordilleranos ubicados entre los ríos Diamante y Mendoza y que, a juzgar por los descubrimientos, construyeron en la Caldera del Maipo un espacio sagrado". Y agregó: "A finales del mes de marzo los investigadores realizarán un nuevo trabajo de campo".

Sebastián Melchor, director de Recursos Naturales Renovables, declaró: "Desde la Dirección de Recursos Naturales Renovables celebramos este descubrimiento y seguiremos brindando el acompañamiento de nuestro Sistema de Áreas Naturales Protegidas a estas iniciativas tan importantes que ponen en valor la historia, el patrimonio de la humanidad y el uso público permitiendo generar espacios para la divulgación científica a nuestros visitantes".

El sábado 5 de marzo, un grupo de arqueólogos del Instituto de Ciencias Básicas (ISB), Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, UNCuyo-Conicet, acompañados por personal de la Dirección de Recursos Naturales del Gobierno de la Provincia de Mendoza y Gendarmería Nacional, realizaron un descubrimiento de gran importancia en los faldeos del volcán Maipo dentro del Área Natural Protegida Laguna del Diamante.

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Se trata de dos sitios arqueológicos con estructuras arquitectónicas numerosas y complejas que pueden asociarse a los incas. Uno de ellos, denominado LD-S25, incluye más de 20 estructuras generadas mediante muros bajos o alineamientos de rocas. Aparecen allí recintos o espacios pircados con formas rectangulares, uno de grandes dimensiones (57 por 10 metros); recintos con plantas circulares de alrededor de 3 metros de diámetro, un camino de acceso de 40 metros con sus límites demarcados con rocas medianas y pequeñas, un muro doble lineal de 20 metros y dos pisos empedrados.

El otro sitio arqueológico, denominado LD-S26, está conformado también por un conjunto importante de estructuras pircadas, pero en este caso predominan las de planta circular, que se destacan por sus dimensiones (algunas de alrededor de 10 metros de diámetro) y por tener en sus centros estructuras circulares menores o apilamientos de rocas que debieron tener forma de columnas antes de derrumbarse parcialmente. Estas columnas de piedra que aparecen tanto dentro como fuera de los grandes círculos de LD-S26, en la época de los incas recibieron el nombre de topus o sayhuas y servían para marcar distancias, límites y también, como en este caso, para hacer observaciones astronómicas, por ejemplo, la salida y puesta del sol durante los solsticios o equinoccios.

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La asociación de este sitio a observaciones astronómicas es por lo pronto una hipótesis, que se ha generado al tener en cuenta que algunas de las estructuras circulares están alineadas y otras pueden alinearse con puntos naturales que se destacan en el paisaje, por ejemplo, la cima del volcán Maipo o las cumbres de otros cerros y también portezuelos.

Por otra parte, se relevaron mojones de forma cónica o piramidal ubicados en cumbres menores ubicadas al poniente, que se observan claramente desde el sitio y pueden haber marcado la puesta del sol, entre otras posibilidades vinculadas a la medición astronómica.

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Aunque los estudios arqueo-astronómicos recién comienzan a proyectarse, se estima que arrojarán resultados muy novedosos. Por lo pronto, puede proponerse, todavía con cautela, que LD-S26 fue un enorme instrumento de medición astronómica generado por los incas, que debió vincularse al sitio LD-S25, y que ambos fueron el lugar de destino de un camino ceremonial, de una ruta de peregrinaje, que partía de la actual ciudad de Santiago, donde los incas establecieron una capital provincial un siglo antes de la llegada de los españoles a Chile Central y Cuyo.

La importancia del hallazgo

En la arqueología de la región se ha considerado que los incas establecieron su límite meridional en el valle del río Mendoza, por donde pasaba el QhapacÑan, el Camino del Inca. Tanto en Chile como en Argentina predominan posiciones que consideran que los ambientes cordilleranos altos de las cuencas de los ríos Maipo y Diamante fueron ocupados, hasta momentos históricos recientes, por sociedades cazadoras-recolectoras procedentes de las planicies orientales.

El haber encontrado los sitios LD-S25 y LD-S26 muestra claramente que los incas ocuparon y controlaron los ambientes cordilleranos ubicados entre los ríos Mendoza y Diamante y que construyeron en la Caldera del Maipo un espacio sagrado que seguramente tenía al volcán Maipo y a la Laguna del Diamante como wacas.

Cómo se realizó el hallazgo

Andrés Pérez y Nicolás Palacios Prado, al hacer estudios de aerofotogrametría en el fundo Cruz de Piedra, colindante con el Área Natural Protegida Laguna del Diamante, descubrieron en imágenes satelitales de la Laguna del Diamante los sitios LD-S25 y LD-S26. Por su experiencia en el relevamiento aerofotogramétrico de sitios incas de Chile Central, se dieron cuenta de su importancia y se comunicaron con Víctor Durán, el arqueólogo que dirige los estudios sobre la problemática inca en el Área Natural Protegida Laguna del Diamante (ANPLD).

Quiénes integraron el grupo

El primer estudio de los sitios LD-S25 y LD-S26 fue realizado el 5 de marzo por un grupo de investigación conformado por el investigador del Conicet y docente de la UNCuyo Víctor Durán; la becaria doctoral del Conicet y docente de la UNCuyo María Sol Zárate Bernardi; el alumno de la Carrera de Arqueología de la UNCuyo Agustín Castillo y los guardaparques de la Dirección de Recursos Naturales de Mendoza Alberto Orellano y Jimena Martínez.

Tareas arqueológicas se hicieron en el sitio

Se generó un registro fotográfico de las estructuras y el ambiente de ambos sitios, se recolectó material arqueológico, como cerámica y artefactos líticos (de piedra) que aparecían en superficie y se hizo una pequeña excavación en LD-S25 para obtener muestras de carbón que permitan hacer dataciones radiocarbónicas.

Tareas que se harán en lo inmediato

A finales de marzo se hará un nuevo trabajo de campo en colaboración con Nicolás Palacios Prado y Andrés Pérez para hacer mediante un dron y un GPS geodésico el relevamiento aerofotogramétrico de ambos sitios.

Coincidencia importante

En ambos sitios aparecen marcas de rayos sobre grandes bloques oscuros. Se estima que, a través de estas marcas, que en ocasiones hacían los propios incas logrando formas similares, se veneraba al dios del rayo: Illapa o Tunupa. Este tipo de prácticas ha sido registrado en otros lugares de Argentina, Chile y Bolivia en asociación con la expansión inca.

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