Cómo elegir el sillón perfecto para un espacio pequeño

No es un dato menor, ya que es uno de los elementos más importantes de tu sala. Lo que deberías tener en cuenta.

Cómo elegir el sillón perfecto para un espacio pequeño

Por: Mendoza Post

¿Alguna vez te preguntaste cuánto tiempo pasás en tu sillón? Muy probablemente, incluso, ¡es mucho menos de lo que vos quisieras!

Es uno de los elementos más utilizados de nuestro living, por eso es tan importante saber elegir el que mejor se adecúe a nuestro espacio.

Si vivís en departamento o tu estar es muy pequeño, hay determinados criterios que tenés que observar a la hora de comprar tu juego de sofá. Según el sitio Hola!, esto es lo que deberás tener en cuenta:

El tamaño importa

Uno de los primeros y más importantes factores que debes considerar a la hora de comprar un sillón para tu salón es su tamaño, sobre todo si querés encajarlo en un espacio en el que los metros cuadrados brillan por su ausencia.

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A la hora de colocarlo en una de las paredes no debe ocuparla por completo, sino que deben quedar unos 50 cm por cada lado. Si tu salón es muy pequeño optá por un modelo de dos plazas, que puede medir entre 160 y 180 cm. Es mejor que tenga los reposabrazos estrechos, ya que dejan más espacio para sentarse.

El auxiliar que no falla

Contar con una butaca en el salón es una ventaja a la hora de completar la zona de asientos. Son cómodas y funcionales y hay modelos que no ocupan demasiado espacio.

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Elegí un modelo ligero, como el de la foto, y podrás cambiarla de sitio y buscarle una nueva ubicación cuando lo necesites. 

Que reine la armonía

Una de las claves para que el sofá y la butaca hablen el mismo lenguaje y la combinación resulte ganadora, es que establezcan un equilibrio visual. Comprobá, por ejemplo, que la altura de los reposabrazos de ambos es similar, o que las líneas que definen los diseños están en sintonía.

Apostá por la luz

Los espacios pequeños se benefician de decoraciones sencillas en tonos claros y esta premisa es válida también a la hora de elegir un sofá. Por eso conviene apostar por materiales y tapizados en colores claros y luminosos, ya que resultan más ligeros y transmiten una mayor sensación de amplitud. Sin embargo, también son más delicados y acusan en mayor medida el roce, la suciedad y las manchas.

Estampados que dejan huella

Del mismo modo que elegir la misma tapicería para el sofá y la butaca puede ser una opción interesante, también lo es optar por estampados y colores llamativos para una de estas dos piezas, preferiblemente para la butaca.

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Diseños de flores XXL, geometrías de gran formato y patrones barrocos pueden ser una buena idea también para butacas para salones pequeños. En ese caso conviene que el sofá sea sobrio, ligero y sencillo.

La butaca de fibras vegetales

Fresca, ligera, versátil y totalmente inspiradora, la butaca de fibras vegetales como el ratán o la médula es toda una declaración de intenciones. A pesar de no ser nada nuevo, este material es tendencia. Además, se combina de maravilla con otras fibras y texturas.

Un esquinero

Aunque te parezca que los sofás de esquina son muy grandes y aparatosos, no aptos para salones reducidos, en realidad esto no siempre es así. En ocasiones, cuando la planta de la habitación es cuadrada, pueden acoplarse perfectamente al espacio y solucionar el problema de los asientos, especialmente si sos muchos en casa. De esta manera no tendrás que añadir ningún otro mueble auxiliar, ya sean butacas o sillones.

Jugar al contraste

¿Conviene elegir una butaca coordinada con el sofá en estilo y tapizado? ¿O es preferible optar por un modelo con un marcado contraste? El dilema está servido, aunque en realidad ambas opciones son válidas, siempre que el conjunto resulte armónico y equilibrado.

El mejor mantenimiento

Una vez hayas elegido el sofá y la butaca perfectos para tu salón, es importante cuidarlos y mantenerlos de la mejor manera posible. Esto depende fundamentalmente del material.

Para cuidar los muebles tapizados tendrás que limpiarlos frecuentemente eliminando el polvo con la aspiradora y tratando las manchas cuando se produzcan. Cada dos o tres meses podés limpiarlos con una mezcla de agua y amoniaco, y dejando secar después.

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Los sofás de piel se limpian pasando simplemente un paño húmedo para quitarles el polvo. De vez en cuando tendrás que utilizar un limpiador específico y después aplicar una crema para engrasar la piel y evitar que pierda sus cualidades.

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