Por qué los chicos cada vez comen menos comidas

El fenómeno que consiste en una alimentación poco variada tiene un nombre. Es bastante común en niños. ¿Cuándo preocuparse?

Por qué los chicos cada vez comen menos comidas

Por: Mendoza Post

Se le llama selectividad alimentaria y muchos seguramente la han conocido de cerca. Se da cuando los chicos basan su alimentación en un grupo muy reducido de comidas. No comen verduras, no comen legumbres, no comen frutas. Generalmente, lo que suelen comer es milanesas, papas, pastas y comidas rápidas.

Se trata de un problema que preocupa a muchas familias con niñas y niños pequeños. Según relatan, han probado de todo tipo de alternativas, pero la respuesta de sus hijos es siempre "no": no están dispuestos a probar otra comida. ¿A qué se debe este fenómeno cada vez más extendido?

Según informa el sitio Rosario3, las familias relatan discusiones y peleas a la hora de comer. Algunas optan por hacer platos llamativos con figuras de verduras, esconder alimentos rechazados en preparaciones, obligar a los chicos o premiarlos por probar lo que rechazaban. 

Las verduras son una de las comidas más difíciles de incorporar para los niños.

Otras definieron hacer consulta con profesionales, esperar a que sean más grandes y ver cómo se desarrolla la alimentación, y también hay quienes siguen haciendo comida diferente ante el gusto de cada integrante de la casa.

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¿Es una maña?

Como todo lo relacionado con la alimentación, son muchísimos los factores que influyen. Entonces, ¿cómo saber si hablamos de un niño que elige qué comer por gusto y preferencia o de uno selectivo?

"Todos los niños atraviesan una etapa de selectividad. Es habitual que en el desarrollo entre los 3 y los 6 años muestren selectividad. Después hay cosas que salen de lo habitual, que van más allá y que son para ocuparse", afirmó al mismo medio Naida Porreca, médica y asesora en alimentación complementaria.

Hay una diferencia entre la selectividad común en la infancia y una que es preocupante, dicen los especialistas.

La profesional indicó que hay pautas que pueden ayudar a las familias, como por ejemplo, la reacción ante la presencia del alimento que no quieren comer: "A veces suele ser una situación más bien de desborde emocional o un apartar el plato, y hay niños que tienen reacciones viscerales como náuseas o sudoración. También se puede diferenciar entre la cantidad de alimentos que comen. Un niño selectivo habitual come más de 10 alimentos. Un niño que es selectivo, con algo que hay que estudiar de base, llega a comer menos de 5 alimentos diferentes".

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Por su parte Lucila Bacci, licenciada en Nutrición, afirma que todas las personas "tenemos una selectividad, armamos nuestro patrón de alimentos según nuestra historia, gustos y posibilidades. Por eso necesitamos analizar todo lo que come el niño y si ingiere alimentos de distintos grupos y tiene una dieta equilibrada o sólo come de un determinado grupo". 

Hay una diferencia entre la selectividad extrema o la neofobia, agrega la especialista, que es el rechazo a incorporar sabores nuevos o alimentos diferentes o que no conoce, a que no le gusten las verduras de hojas verdes crudas, que son una de las últimas cosas que los niños incorporan.

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