Cuándo preocuparse por el crujido de las articulaciones

Es muy probable que cualquier persona, con mayor o menor frecuencia, las haya escuchado o se las haya hecho "sonar". Clic, clac, chasquido o crujido, como se le quiera llamar, lo importante es saber qué son y cuándo ameritan preocuparse.

Cuándo preocuparse por el crujido de las articulaciones

El cuerpo humano cuenta con ellas para unir huesos y cartílagos. Muchas veces emiten llamativos sonidos, pero ¿cuándo debemos preocuparnos?

Las articulaciones están dispersas por todo nuestro organismo. Las hay de distinto tipos y cada una de ellas tiene una utilidad. Si nos enfocamos en su movilidad podemos hablar de:

-Las que no tienen movimiento (sinartrosis), como las del cráneo, cuya función es protectora.

-Las semimóviles (anfiartrosis), como las que hay entre las vertebras o los huesos de la pelvis.

-Las muy móviles (diartrosis o sinoviales), que son las más funcionales y permiten diversidad de movimientos. Éstas se ubican en las extremidades del miembro superior e inferior: hombro, codo, muñeca, mano, cadera, rodilla, tobillo y pie. A su vez también se clasifican según la forma de los huesos.

Cuándo preocuparse

Es muy probable que cualquier persona, con mayor o menor frecuencia, las haya escuchado o se las haya hecho "sonar". Clic, clac, chasquido o crujido, como se le quiera llamar, lo importante es saber qué son y cuándo ameritan preocuparse.

El licenciado en Kinesiología y Fisioterapia, Rodrigo Amoroso, docente de la Universidad Maza, aclaró que "los crujidos pueden ser fisiológicos o patológicos. Hay algunos que se producen por roces entre tendón y hueso o tendón y tendón, pero no se vinculan a un daño o enfermedad".

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Asimismo, hay otro fenómeno que podría explicar estos "ruidos": la cavitación. "Sucede que en el interior de las articulaciones muy móviles hay un líquido lubricante llamado sinovial. Cuando este es sometido a una presión se produce un desplazamiento y posterior liberación de gases acumulados, produciéndose el sonido. Este último no podrá repetirse inmediatamente porque los gases se reorganizan y disuelven en el líquido", indicó el profesional.

Hasta aquí todo esto puede ser normal y habitual. "El problema es cuando aparece algún síntoma: inflamación, dolor, perdida de movilidad o impotencia funcional", remarcó Amoroso.

En ese caso será conveniente acudir a un médico, para hacer una evaluación más exhaustiva y corroborar que no haya problemas más importantes, aconsejó.

En definitiva, no hay preocuparse si las articulaciones crujen si esto no está acompañado o precedido de algún síntoma o episodio lesional, mecanismo traumático, etc. Esas son las señales de alarma que se deben tener en cuenta.

Finalmente, vale destacar que hacerse sonar las articulaciones de forma espontánea no es perjudicial, pero no se recomienda realizar este gesto con frecuencia debido a que, a mediano y largo plazo, puede aparecer una lesión en las estructuras ligamentosas, tendinosas y un desgaste articular.

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