Diez años después: Pérez se "venga" de Kicillof y Cornejo "reza" por el cobre

 Los episodios públicos, de interés público, y que son trascendentes para la sociedad también, consecuentemente, marcan la vida de los protagonistas de esos sucesos. Por ejemplo, Paco Pérez, el último peronista que fue gobernador de Mendoza, entre 2011 y 2015, se sintió reivindicado íntimamente cuando vio en los portales a Axel Kicillof denunciar asfixia financiera de la Provincia de Buenos Aires. "Todo vuelve, es el karma, porque el que a hierro mata, a hierro muere", dijo proféticamente pensando en que fue el mismo Kicillof quien, siendo ministro de Economía de CFK, le negó ayuda económica para aliviar las cuentas públicas mendocinas al final de su mandato. Es recordada la frase de Pérez de aquel tiempo incierto de 2015 y que de vez en cuando es recordada como un meme radial: "tengo algunos problemitas financieros".

Hablando de esos mismos tiempos, Alfredo Cornejo hace tres días hizo una referencia de cuando llegó por primera vez al Cuarto Piso del Palacio, hace diez años, precisamente el miércoles 9 de diciembre de 2015, luego de Pérez. Lo primero que apuntó el mandatario fue su mirada administrativa: "La Provincia tenía urgencias múltiples y simultáneas para recuperar su rol central, o los roles centrales del Estado". 

Ver: Quincho: guerra de radios, bodegas que miran para otro lado ¿y San Jorge?

Presten atención, en ese repaso Cornejo enumeró lo que debía hacer al asumir la gestión provincial en el inicio de su decenio de predominio político:

• Debía restaurar la capacidad de mediación del Estado.

• Tenía que devolver la funcionalidad y calidad a los servicios sustantivos, como la educación pública, la salud pública, la seguridad pública y la administración de justicia.

• Poner en marcha desde cero acciones como la infraestructura y a la vez retomar el desarrollo de infraestructuras críticas que estaban abandonadas.

Hacia dónde apuntamos con esta semblanza periodística. En realidad son pistas para conocer el objetivo político del gobernador, que parece transitar un trayecto importante de su segunda gestión al frente de Mendoza. Ha expresado de distintos modos su idea de inyectar un energizante a la economía regional reinstalando la industria minera metalífera, aprovechando el desarrollo de la transición energética. 

Para Cornejo la explotación de cobre como elemento conductor estratégico es la puerta de entrada para la ampliación de la base económica, transformando a Mendoza como productora minera, pero también como nodo financiero de esa industria extractiva.

Por qué "ruega" por los votos del PJ

El viernes 5 nos hicimos la pregunta periodística de por qué Cornejo redoblaba sus esfuerzos para convencer a congresistas de la oposición para que avalaran la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del Proyecto San Jorge Cobre Mendocino, conocido por la sigla PSJ.

Cornejo está sobrado de cariño en las bancas, señalaron con ironía desde el peronismo para justificar la decisión de no apoyar en el Senado la sanción final a favor de San Jorge. Aunque todavía se duda si ese rechazo del PJ será completo, sí se sabe que al oficialismo le dan los votos propios para imponer la sanción de la DIA del PSJ como la del Distrito Occidental Minero Malargüe, que busca habilitar la exploración en ese territorio sureño.

El punto es que, por información deslizada desde sectores vinculados con la minería, tener el acuerdo político garantiza la continuidad de una estrategia de inversión privada a largo plazo. Por lo cual, mientras más aval legislativo, más certeza de permanencia de la inversión privada en materia minera. Es decir que el interés del jefe de Estado por ampliar la base del apoyo político está directamente relacionado con incrementar el índice de confianza para los inversores.

Es en esta reflexión del mismo Cornejo donde se encuentra el concepto en que se funda su pensamiento y su interés para conseguir cada voto opositor a favor del proyecto cuprífero.

El liberalismo cornejista

Volvamos al repaso del primer tiempo de la primera gestión del gobernador como una consecuencia de lo recibido de la indigestión política y económica en que terminó el gobierno que lo antecedió.

"El trabajo excedía la clásica tensión entre lo urgente y lo necesario. Lo necesario también se había vuelto urgente. De manera que, a la par de recuperar el orden, teníamos la obligación de imaginar un futuro productivo más amplio, porque la matriz tradicional de Mendoza mostraba signos de agotamiento y ya no alcanzaba para sostener el crecimiento.

"Ante este panorama, tomamos una decisión, reafirmamos algo que va de suyo (o sea, que es obvio), pero que hay que decirlo, que el sector privado es el verdadero generador de riqueza, no lo es el Estado, y que el Estado debía convertirse en un vector inteligente, capaz de estimular la iniciativa privada sin obstaculizarla, mientras cumplía su rol ineludible de encuadrar el interés sectorial dentro del bien común".

Esta descripción ensayada por el gobernador es la base fundante de su pensamiento liberal adaptado a la era del gobierno libertario de Javier Gerardo Milei. Y es también la base de lo que ocurrirá el martes 9 en la sesión del Senado. Por eso, cinco días antes de la votación, en el auditorio del Diario Los Andes, en su discurso se encomendó a quienes integran la Cámara alta y con tono de plegaria dijo: "rogamos sean aprobado en el Senado los cuatro proyectos mineros". Los cuatro proyectos a los que se refiere, además de las dos declaraciones de impacto ambiental por exigencia de la ley 7722, son las normas de regalías mineras y del fondo compensador para la minería respectivamente.

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