Adriana Suárez fue detenida junto a su pareja por matar, desmembrar y quemar a un inquilino que habría querido abusar de una de sus hijas. Estaba con prisión domiciliaria, aunque salía de la vivienda y hacía reuniones.
Descuartizadora de Dorrego: quién controlaba el arresto y la vida de las hijas
Adriana Valeria Suárez (40) está detenida por el asesinato y desmembramiento de César Darío Rodas (41), ocurrido en la noche de este miércoles en Dorrego, supuestamente porque intentó abusar de una hija de ella de 16 años. La mujer que estaba cumpliendo una condena por robo agravado bajo la modalidad de prisión domiciliaria fue captada fuera de la vivienda por las imágenes de Google al recorrer su servicio Street View. Esta situación también fue vista por los vecinos, según contaron en medios de comunicación, al igual que las situaciones que podían ser complejas en esa vivienda donde vivían cinco menores de edad. Por ello, es que los organismos de protección de los niños, niñas y adolescentes jamás supieron de las condiciones en las que vivían las hijas. En estas imágenes, de 2024, se la puede observar a Suárez caminando fuera de su casa en Dorrego, donde se produjo el brutal asesinato. En las mismas está junto a un hombre y con una botella, al parecer de cerveza, en una de sus manos. Ambas situaciones, estar fuera del inmueble de reclusión y beber alcohol, son violatorias de los requisitos del beneficio de prisión domiciliaria.
Que le haya alquilado una habitación a César Darío Rodas no es algo permitido para su situación de condena. En ese sentido, fuentes ligadas a la investigación le confirmaron al POST que la víctima hacía una semana estaba como inquilino, pero que eran amigos hace tiempo. Este dato es importante a los fines del control de la prisión domiciliaria de Adriana Valeria Suárez.
Una vez que la mujer fue condenada por robo agravado y solicitó prisión domiciliaria por estar a cargo de sus cinco hijas (de 6, 9, 11, 13 y 16 años) y porque el delito prevé ese beneficio, se realizaron las audiencias correspondientes con el Organismo Técnico Criminológico (OTC), la Dirección de Promoción y Control de Liberados y la Asesoría de Menores. En ese momento, 2020, se fijó el domicilio donde cumpliría Suárez la condena y se estableció que otra persona sería la encargada de sustentar las necesidades de la familia. Así funciona el sistema en todos los casos donde hay menores en la vivienda, y los organismos mencionados deben velar, con inspecciones periódicas, por que no se vulneren derechos de los menores; de suceder alguna irregularidad, deben informarla inmediatamente y se le da intervención al Equipos Técnicos Interdisciplinarios (ETI).
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De acuerdo a todas las fuentes consultadas, en estos cinco años nadie informó y ningún vecino, de los que ahora cuentan que habrían visto entrar y salir gente y hacer reuniones en la casa de la detenida, denunció lo que sucedía en el lugar o si las niñas estaban en riesgo. Esto fue confirmado por fuentes del ETI: "No hemos tenido denuncias, nosotros no actuamos de oficio. Sí intervinimos en el inicio porque el padre de las nenas también estaba privado de la libertad, y las chicas quedaron con su abuela materna. Ahora, están a cargo nuestro con asistencia de la abuela", le dijeron al POST desde el ETI.
Posteriormente, en las inspecciones periódicas de los organismos vinculados a la ejecución penal tampoco mencionaron en sus informes riesgo en los derechos de las menores. Una fuente judicial reveló que en las últimas evaluaciones no había nada que indique la vulneración de derechos de las niñas. Entonces, como sucede en muchos casos, con el diario del lunes se puede pensar que algo falló, pero quizá en el momento de las visitas no se advirtieron fallas para informar,
Estas consultas realizadas por el POST fueron a los fines de aproximarse a la situación de las menores, que vivían en una vivienda que no estaba del todo en condiciones y su madre alquilaba una habitación a un hombre, que justamente, habría intentado abusar de la adolescente mayor. Sin embargo, como se dijo, hacía solo una semana que estaba como inquilino.
De todos modos, fue en ese contexto el asesinato de Rodas y en presencia de las hijas de Adriana Suárez. Ella junto con su pareja, Marcelo Rubén Altamirano (46), lo mató y desmembró con un hacha. "Solo quedó la cabeza y el torso, porque los miembros inferiores y superiores fueron quemados o se lo comieron los perros", le detalló a este diario una fuente ligada a la causa.
Junto a la pareja, al momento del asesinato, había otro hombre que fue liberado este jueves por la tarde porque no había participado del crimen, aunque quedó en la causa como testigo. En tanto que buscan a un tercer sospechoso que habría actuado de manera secundaria en el homicidio de Rodas.



