Alberto, la astrología y el gobierno de los pseudocientíficos

El presidente dijo que le hicieron una carta astral y despertó la burla de propios y ajenos. Pero es más grave la cosa.

Alberto, la astrología y el gobierno de los pseudocientíficos

Por:Christian Sanz
Secretario Gral. de Redacción (click en autor)

Alberto Fernández sorprendió este fin de semana luego de aparecer como invitado a un programa de C5N en el cual aseguró haberse hecho una carta astral.

Según el presidente, la persona que le hizo el "mapa astrológico" le habría dicho que estaba "predestinado a construir desde las cenizas".

Es curioso, porque el jefe de Estado es el mismo que aseguró que su gobierno estaba conformado por un equipo de científicos. Y de pronto, al hablar de cartas astrales, todo ello se va al tacho.

Sencillamente porque la astrología es una pseudociencia, con todo lo que ello implica. Cada vez que su eficacia fue puesta a prueba a través del método científico, fracasó rotundamente. Una vez tras otra.

Como debe ser. Porque no hay elemento alguno que demuestre que los astros puedan influir sobre el comportamiento de las personas.

Sin mencionar cuestiones de enorme obviedad: ¿Por qué gemelos que nacieron al mismo tiempo tienen muchas veces destinos tan diferentes?

Otro interrogante incómodo: ¿Por qué se toma el día de nacimiento de la persona a estudiar y no el momento de la concepción? ¿O acaso uno es persona recién al nacer?

Vilma Ibarra, la "astróloga"

Hay mucho más, como la precesión de equinoccios, que revela que los planetas no están ubicados como pretenden los astrólogos, sino que se van corriendo todo el tiempo. Todo ello conspira a la hora de darle crédito a esta célebre pseudociencia.

No obstante, el presidente parece darle crédito. Peor aún: quien le habría confeccionado la carta astral sería la secretaria de Legal y Técnica de la Nación, Vilma Ibarra.

¿Tomarán Alberto y Vilma sus decisiones basándose en la posición de los planetas? La pregunta es válida toda vez que ellos mismos le dan valor a la astrología.

Si es así, se trataría de algo inquietante, porque no hay nada más irracional que las pseudociencias. Y tomar decisiones basándose en cuestiones irracionales no lleva a buen puerto.

Si alguien cree lo contrario, solo debe recordar aquella célebre frase del gran Mario Bunge: "Las pseudociencias son como las pesadillas... se desvanecen cuando se las examina a la luz de la ciencia".