Crónicas del subsuelo: Capturas de conversatorios

Crónicas del subsuelo: Capturas de conversatorios

Por:Marcelo Padilla

Año durante con el cuello abrigado, desnudo el torso, no hay torna que desvíe y, por acumulación luego del goteo, sumergido, pero con el cuello abrigado. El rodeo es el mismo entre los muebles, aún modificados en su geografía, el camino al baño, el camino a la cocina. La cama. Apaga el día y una ciudad bajo la arena, inundada de arena que ya ni los cajeros automáticos responden. Mete y saca la tarjeta, los dedos embadurnados de alcohol, los barbijos hediondos, los guantes fritos. Quien viene a comprar flores no es el familiar del deudo... ¿No te lo dije yo que a cualquier infectado le sacan la identidad? El "año durante" con el cuello abrigado, pero bajo tierra desconocida o crematorio que fuma el cuerpo. No paran de crecer los niños y las niñas. Han atravesado el "año durante" en una escuela a la medida de su clase. Si la escuela como edificio intentaba la igualación ficcional ahora es netflix la vida en cada casa. La "casa-escuela online", y las charlas, conferencias de conferencistas especialistas en delicadas cuestiones de cirugías de conocimiento general. Como los médicos generalistas, empieza el circuito y el guasap dice que han llegado los medicamentos, están abajo, tapados por la arena del último "año durante". Es a las 18 la charla, la otra a las 19:30, mañana será a las 11 y es "In-ter-na-cio-nal querida". Aún bajo la arena hay señal. Se corta pero hay señal.

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Bueno, para mí netflix es la ventana, si la abro de noche entran las series solas y como le tocó en suerte el piso 10, puede, tosiendo, participar de la pantalla. Yo en el 6 con arena hasta la mitad. No se ve bien la cara pero creo que ahí está, la cara, su identidad construida por la pantalla. Si pudiéramos darle zoom lo podrían ver con mayor nitidez, pero son muchas personas y la cara que te choca es la del bufón. Nadie ríe pero el bufón abre la boca y se le ven dientes con restos de lechuga. -¿Han parado a almorzar?- Pregunta una participante. Nadie responde porque no se escucha. Pero la captura está y es lo vale para dimensionar el grado de compromiso con lo público. Las milanesas se fritaron al punto de tostarse y quedaron duras. Pero la captura de la pantalla está y eso consta en la tradición de certificaciones que antes eran presentadas en un papelito de mierda con una firma. La arena y las milanesas. Los dientes del que habla por cadena tribal.

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Los nuevos circuitos del saber son tubos. -¿Hay buena presión de saber?- pregunta uno de los expositores que espera su hora mientras se baña. "No", le contestan de la pantalla. Por eso han salido del grupo a hacer sus cosas privadas y dejaron prendida su participación. Es una biblioteca de fondo fija. Desnudo sale de la ducha el expositor y alcanza a ponerse una bufanda y su cuerpo desenfocado por la cámara que solo le apunta a la bufanda y a los dientes. Pero desnudo está, porque la presión del saber ha mejorado por el tubo y ya se aprontan las caritas apareciendo. Debate. Preguntas. Caras de presentación y peinados. Cortes de pelo, colores, gente que mientras habla el señor de la bufanda se peina, distraídos algunos se comen los mocos pero nadie dice nada. ¿La captura, esa donde sale comiéndose los mocos, sirve? "Esperáme un segundo que consulto con secretaría académica".

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Ahora se puede fumar. Tomar mate y comer. Antes, prendías un pucho y te metían preso. En los edificios del conocimiento se prohíbe fumar, "Say No More". O tirar las colillas en un recipiente de plástico reciclado. Sin embargo, on line, nadie fuma, a lo sumo correrse de la pantalla y dejar el cuerpo, sacar la cabeza del foco de la camarita y pegarle una pitada. Eso hizo la chica que está a la derecha del que está conferenciando. Y ahora tiene los ojos rojos. Pero nadie se da cuenta y la captura -ahora le confirman de la secretaría-, sirve de certificación. ¿A quién le importa lo que está hablando el tipo de la bufanda?