Los churros más famosos de Mendoza abren más sucursales

Pocos deben ser los mendocinos que no conocen el sabor de los famosos churros de Churrico, la marca que nació en Guaymallén en 1969, precisamente en un pequeño local en la calle O' Brien al 100 y luego se trasladó a otro local en la misma calle, con el fin de incorporar nuevos productos.

Ahora acaba de lanzar sus primeras dos franquicias con modelos bien diferenciados: un local de 150m2 en la Avenida Arístides 744, y un food truck en la playa del Hiper Chango Más, de Las Heras.

De esta manera la empresa busca expandirse apuntando primero al Gran Mendoza y también en otras zonas de la provincia, según explica Luciana Agüero, quien junto a sus hermanos Julio, Laura y Facundo, están al frente del negocio que fundó su abuelo Cesar y sus padres.

Ver también: El banco que elige a Mendoza para abrir su tercer work café del país

"Somos la tercera generación de esta empresa que nació hace 52 años. La idea es seguir creciendo, expandiendo el negocio a través de franquicias y con nuevas apuestas. Por ejemplo, este verano lanzamos el Churrico Sundae, que es helado tipo Candy, con churro relleno de dulce de leche, con salsas, oreo o rocklets mani. Es único en la provincia y es la novedad de este año", comentó Luciana.

Renovación de productos

Ahora en los flamantes puntos de venta se pueden pedir no solamente churros, sino también la producción propia relacionada con la panificación, tortitas, sándwich de miga, medialunas, tartas, también jugos, licuados, cafetería, pizzas y empanadas.

Tanto en el local de Arístides como en el food truck de Las Heras, hay mesitas para sentarse a consumir en el lugar o bien el modelo take away.

La empresaria consideró clave para seguir creciendo, la idea de escuchar siempre a los clientes, de ver lo que ellos necesitan y sus sugerencias. "Nos guiamos mucho por lo que ellos nos dicen. Siempre tuvimos un público muy familiar en el primer local, pero ahora estas dos nuevas aperturas apuntan a un público más joven, aunque siempre esperamos que vayan de todas las edades".

Los comienzos

La historia de la marca comienza a mediados de 1968, cuando César y Daniel Agüero deciden inaugurar una pequeña fábrica de churros en las inmediaciones de la calle O´brien de San José, Guaymallén.

"La idea de desarrollar la elaboración de churros en Mendoza, surge gracias a la insistencia de un amigo de la familia, que era de Buenos Aires (Don Roberto Marolla), quien insistentemente le preguntaba a César Agüero, por qué en Mendoza no existían churros", recuerdan los propietarios.

Tiempo después, en 1969, la idea se llevó a cabo luego de recibir la ayuda del Ingeniero Polletino para construir las máquinas que el mismo César había soñado para tal propósito. "Estas máquinas fueron construidas en los talleres mendocinos La Metálica, de Don Julio Rousell, y eran capaces de producir 200 docenas de churros por hora", comentan desde la empresa.

En principio, explican, la idea de elaborar churros se había pensado únicamente con el fin de distribuirlos a bares, confiterías, colegios y reparticiones públicas, pero en 1973, abrieron sus puertas al público.

Ver también: El nuevo Casino de Mendoza abrió un café y restó a todo público

Posteriormente y a pedido de los clientes se incorpora el chocolate como bebida ideal para acompañar los churros que cada vez iban ganando más lugar en el mercado. "Este era nuestro slogan: ‘Churrico, lo come el grande, lo come el chico, le gusta al pobre, le encanta al rico, el auténtico churro con el agujerito al centro para rellenar a gusto", sintetizan a modo de concepto de la exitosa marca.

En 2019, cuando cumplieron 50 años, se realizó un cambio de imagen, apuntando a la identidad visual, actualizándola y acercándola al público.

"De esta manera nos reposicionamos como una organización actual, tradicional y querida, principalmente, por todos los mendocinos", finalizaron.