Protestas en Cuba por falta de comida y electricidad

El régimen de Díaz Canel enfrenta protestas masivas en varias ciudades.

Protestas en Cuba por falta de comida y electricidad

Editó: Ana Montes de Oca

Las calles de Santiago de Cuba se convirtieron en un escenario de descontento este domingo y lunes, cuando ciudadanos manifestaron su frustración por los prolongados apagones y la escasez de alimentos que han asolado al país. Estas protestas, inusuales en el régimen castrista que persigue a los manifestantes, desencadenaron una escalada diplomática entre Cuba y Estados Unidos.

La segunda ciudad más grande de Cuba, Santiago de Cuba, se vio envuelta en una ola de manifestaciones que reflejaban la angustia de los residentes ante las difíciles condiciones de vida. En vídeos compartidos en redes sociales, se podía observar a mujeres con niños clamando por "corriente y comida", evidenciando las necesidades más básicas que enfrenta la población.

Los largos apagones, que han llegado a extenderse hasta 13 y 14 horas en algunos casos, han sumido a la población en un estado de desesperación. 

La crisis alimentaria también ha alcanzado niveles preocupantes, con la entrega limitada de alimentos subsidiados por parte del gobierno. Ante esta situación, algunos manifestantes reclamaban por la falta de productos básicos en las tiendas y la difícil accesibilidad a los mismos.

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Las imágenes de las protestas en Santiago se multiplicaron en las redes sociales, evidenciando la magnitud del descontento popular. La presencia policial en las calles no logró disuadir a los manifestantes, quienes demandaban respuestas concretas a sus problemas cotidianos.

La respuesta del gobierno cubano no se hizo esperar, con acusaciones hacia Estados Unidos por supuestamente fomentar estas protestas con "fines desestabilizadores". El presidente Miguel Díaz-Canel señaló a grupos anticastristas radicados en Estados Unidos como instigadores de la agitación, mientras aseguraba estar abierto al diálogo para abordar las preocupaciones de la población.

Sin embargo, las tensiones diplomáticas escalaban con cada declaración. Mientras el gobierno cubano denunciaba la supuesta injerencia estadounidense, la embajada de Estados Unidos en Cuba instaba al respeto de los derechos humanos de los manifestantes y al diálogo como vía para resolver las demandas ciudadanas.

Las protestas seguían en distintos puntos incluso durante la madrugada. 

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