"La metalmecánica se cayó"

Julio Totero, vicepresidente de ASINMET.

"La metalmecánica se cayó"

Por:Christian Sanz
Secretario Gral. de Redacción (click en autor)

A fines de junio de este año, la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Mendoza (Asinmet) hizo llegar al ministro de Economía, Energía e Infraestructura de la Provincia, Martín Kerchner, una misiva donde le manifestaron "la opinión mayoritaria del sector y algunas líneas de trabajo que potenciarían los niveles de actividad, pensando además en la Mendoza de los próximos 50 años".

En el mismo documento, le mencionan al funcionario que, con posterioridad a la crisis del 2001, "los sectores industriales mantuvieron un crecimiento sostenido hasta el año 2008-2009, se estancaron por esos años después de la crisis del campo, comenzando a caer desde el año 2012-2013 a la fecha".

"En Mendoza, hoy se cayó todo"

Ello, para introducir que "hoy, el nivel de ocupación de la capacidad instalada del sector metalúrgico, metalmecánico y electromecánico de la provincia, se encuentra por debajo del 50%", lo cual impactaría "en el empleo y las inversiones se reducen sólo a aspectos imprescindibles para la vida de la empresa".

En ese contexto, el Post habló con Julio Totero, vicepresidente de la ASINMET.

-¿Cómo está la situación de la metalmecánica en la provincia?

-En Mendoza, hoy se cayó todo, muchos directamente se fueron a otros mercados, otros países. Han quedado algunos sobrevivientes que se han bancado a costo de decir "bueno, pierdo plata, pero mantengo el mercado". E incluso hay algunos que aplauden, que están satisfechos.

-¿A partir de qué momento preciso empezó la debacle?

-Aproximadamente, a partir de 2010. Ahí la competitividad se empezó a perder, porque empezó el proceso inflacionario y el estancamiento del dólar, entonces los costos te subieron a tal nivel, que vos tuviste que subir los costos en dólares. Cuando vos subiste los precios en dólares que venías manteniendo desde el 2004-2005 hasta el 2010, cuatro o cinco años, te pudiste posicionar en el mercado internacional, con un valor que no es constante. Pero a partir del 2010 empezaste a subir los precios en dólares y el cliente no te entiende que se van los precios en dólares. Íbamos a Chile, y le decíamos a los chilenos: "Mirá, este equipo que valía desde los 52 mil dólares, ahora vale desde los 58". Y no entienden, algunos se la aguataron reduciendo contabilidad, tratando de ver por dónde ajustar. Pero todo tiene un límite.

"Muchos exportadores hoy se fueron a Chile"

-Ello explica la conducta de los que se fueron de Mendoza...

-Sí, muchos se fueron de la provincia, hay muchos exportadores que hoy se fueron a Chile. Cruzaron la Cordillera. ¿Qué hacen lo tipos? Hacen ingeniería allá e ingeniería acá: hacen todo el negocio acá, todas las conexiones acá, algunos componentes que por ahí que no los puede fabricar Chile, los fabrican acá, el resto lo desarman allá, lo arman allá, y lo exportan. Hoy tenés industriales mendocinos que tienen una pequeña base de operaciones en los Andes o en Santiago.

-¿Algún ejemplo concreto?

-Hay un caso muy notable, que es el de Jorge Gassull, quien aprovecha el carbón de coque a través de una empresa del parque Industrial de Luján. El tipo exportaba 40-50 millones de dólares al año desde acá de Mendoza, pero empezó a perder rentabilidad y tuvo que subir los precios. El mercado de él es el mercado de cobre en Chile. Luego se instaló en Chile y hoy toda la operación la maneja desde Chile: compra el coque, lo trae de Colombia, lo procesa en Chile y se los vende a los chilenos con el valor agregado.

-¿Respondió el ministro Kerchner la carta que le enviaron en junio?

-No, el ministro no respondió las cartas que nosotros le enviamos, no sabemos si es porque no quiere, porque no es su metodología por medio de cartas. Debe ser también que él no responde o puede ser porque no tiene una respuesta para dar. Yo me quedo con esto último, creo que no tiene la respuesta. Nosotros le planteamos cosas muy claras: por un lado, lo difícil de la situación actual, de la industria metalúrgica en la región, en el país en realidad. Pero por otro lado nosotros no somos una organización gremial ni contestataria del gobierno, ni reaccionara, ni una organización que esté permanentemente detrás del reclamo, solo queremos acompañar al gobierno... ¡Si lo mejor que nos puede pasar a nosotros es que al gobierno le vaya bien! Nuestra intención es acompañar al gobierno. Decir: "A ver, qué podemos hacer para arreglar esta situación que es difícil, ¿Qué podemos hacer?". Ahí enumeramos algunos casos: el tema energético en general, partiendo por las energías renovables, siguiendo por el petróleo, y ahora estamos viendo la minería. Queremos información de los próximos años respecto de ese tema, porque para adecuarse a esos negocios vos tenés que invertir, tenés que prepararte, la provincia te tiene que dar señales para vos poder saber hacia dónde moverte. Si vos me decís que esta provincia se va a dedicar en los próximos 50 años a la ganadería, bueno... vos como empresario pyme te agarras a eso y decís "voy a ver qué hago para la ganadería". Pero si vos analizas cuál puede ser el futuro de la provincia, el futuro de la provincia pasa por el sector energético, por las energías renovables o por las no renovables. Dicho sea de paso, algo raro ocurre con los proyectos fotovoltaicos, que no avanzan. Se cayeron cuando se fueron los canadienses, cansados de las idas y vueltas, porque nunca definían las cosas.

"Lo mejor que nos puede pasar a nosotros es que al gobierno le vaya bien"

-¿Qué responsabilidad tiene la política allí?

-Hubo errores en el sistema de gestión de la provincia, nosotros salimos a apoyar la gestión de la provincia cuando la línea azul decía "queremos que el 85% sea contenido local". Y nosotros preguntábamos: "¿Están seguros? Nosotros no podemos llegar a eso con los fotovoltaicos. Impsa puede llegar, pero nosotros, las pymes, no llegamos ni en pedo. El tema es que el negocio venía atado por los canadienses para hacer las células fotovoltaicas con ITSA para hacer los convertidores de energía. El problema ahora es que, cuando se pasen los 900 días de la adjudicación del proyecto, se empieza a pagar multas, y son multas astronómicas, multas importantes.

-¿Hay proyectos en los que se puede avanzar en Mendoza?

-Sí, hay muchas cuestiones que siempre hemos discutido acá en la provincia, primero las cuestiones "micro", que acá en la provincia no se resuelven. Como, por ejemplo, articular con los inversores y decir, cuáles son las capacidades que yo tengo acá en la provincia, a ver cómo las aprovecho o cómo las potencio, a través de esta oportunidad de negocio.

-¿Cómo es el vínculo con la política, para intentar hacer lobby desde allí?

-Históricamente hemos participado en reuniones, los hemos invitado a nuestra cámara, pero los resultados están a la vista: no hay acciones concretas que apunten al desarrollo de un sector. Pero no porque un gobernante diga "lo voy a desarrollar de esta manera", nosotros le estamos diciendo cómo. Por ejemplo, con el documento que mandamos al ministro Kerchner, que habla del desarrollo del comercio, es decir el desarrollo del comercio interno y el desarrollo del comercio externo. De lo que produce la metalmecánica, que hoy menos del 10% es exportable. En algún momento era más del 15% y hoy menos del 10% se exporta, por lo tanto vos podés descansar en el mercado externo, pero el 90% va al mercado interno. Por eso fuimos a ver al gobierno, y le dijimos "mirá, hay interesados en San juan, en Córdoba, en Salta, armemos un plan de trabajo para que los empresarios vayan con el gobierno a esas provincias".

ASINMET le envió una misiva a Kerchner en junio pasado

-¿Es el peor momento para la metalmecánica?

-Yo creo que peor estábamos en el 2001, yo creo que la actividad tuvo un nivel de crecimiento importante hasta el 2010. La realidad cambiante, el viento de cola, el mundo demandante, China y todas estas cuestiones creo que favorecieron el desarrollo de esta actividad hasta el año 2010. A partir de allí, empezamos a perder competitividad. Ayudó la presión tributaria, que empezó a crecer sustancialmente y todo lo que son las leyes laborales que se fueron complicando, en medio de una realidad cambiaria que no te acompaña. También algunas otras cuestionas, propias de las mismas empresas. En ese momento, las empresas estábamos prácticamente en un 85% 86% de ocupación de la capacidad instalada. Entonces, cuando vos estás al límite de tu capacidad instalada en esos valores ahí lo que hacía falta era invertir.

Fotos: Marcelo Carubín, especial para Mendoza Post