El sábado 6 de febrero el mundo del fútbol caía en una profunda conmoción al enterarse de la muerte de Santiago García. El Morro, futbolista del Tomba, se había suicidado dos días antes en su departamento de la calle Irigoyen, de Godoy Cruz.
La noticia causó estupor en el ambiente, pero hizo principal mella en los hinchas del Expreso y también en Nacional de Montevideo, el club de donde surgió el delantero uruguayo. A partir de ahí comenzaron a replicarse los diferentes homenajes y hubo uno que sobresalió por encima de todos y quedó como bandera: "Morro Eterno", escrito de tal forma que las últimas dos "o" de cada palabra se juntaban y formaban el signo del infinito.
El Morro fue objeto de idolatría en Godoy Cruz y en Nacional. Antes de su muerte muchos hinchas lo tenían tatuado en su piel. Y muchos otros decidieron hacerlo a modo de homenaje una vez ocurrido los acontecimientos.
El plantel también le realizó diferentes homenajes.
Ese fue el caso de Rubén Silva, un uruguayo fanático del Bolso que se inmortalizó en su pecho la frase "Morro Eterno", con el infinito incluido, en letras pintadas con azul y rojo, los colores del equipo.
La sección deportiva del diario estadounidense elaboró el ranking de los mejores futbolistas que disputarán la Copa del Mundo y el capitán de la Selección argentina quedó muy relegado en el Top 10, por debajo de jugadores que no le llegan ni a los talones.