IAvatar: así mantuvieron la identidad reservada de una denunciante

Una mujer denunció cómo su hijo era abusado por internet y lo contó en Telenoche. Para resguardar su identidad y no perder la gestualidad y la forma de hablar, usaron IA.

IAvatar: así mantuvieron la identidad reservada de una denunciante

Editó: Ana Montes de Oca

Se trata de una historia real y muy dolorosa detrás de un rostro que no era el real. Telenoche presentó esta semana un testimonio conmovedor: el de una madre que se animó a contar cómo descubrió que su hijo era víctima de abuso, después de que el menor comenzara a enviar fotos íntimas a un acosador a cambio de 3.000 pesos por imagen.

La mujer quería hablar. Denunciar la situación y visibilizarla. Pero también tenía claro que no podía exponerse: revelar su identidad podía poner en riesgo a su hijo, revictimizarlo o incluso frustrar una causa judicial en curso.

Ante ese dilema, la tecnología ofreció una alternativa inédita en los medios argentinos. Por primera vez, un canal de aire utilizó inteligencia artificial para reconstruir el rostro y la voz de una entrevistada, sin alterar sus palabras, su gestualidad ni su mensaje. Un avatar digital tomó su lugar en pantalla, replicando con precisión sus movimientos y forma de hablar, pero sin ningún vínculo con su rostro o identidad reales.

Los dispositivos captan la gestualidad y la muestran en tiempo real

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Hasta ahora, el periodismo había recurrido a varias estrategias para preservar el anonimato como mostrar a las personas de espaldas, distorsionar sus voces o cubrir sus rostros con sombras. Pero esa forma de ocultar también silenciaba una parte del relato: los gestos, la emoción, el modo en que alguien dice lo que dice. Con esta nueva herramienta, esa barrera empieza a desdibujarse.

El proceso fue delicado y extremadamente cuidado. Se registró la gestualidad completa de la mujer sin mostrar su cara, y luego se generó desde cero un rostro digital que replicara sus movimientos pero sin parecerse en lo más mínimo a su aspecto real. Lo mismo ocurrió con la voz: no fue distorsionada, sino completamente creada por un modelo de IA, imposible de rastrear o revertir para llegar a su origen.

Además, el material no se guardó en la nube ni en servidores externos: el procesamiento se realizó en un entorno cerrado, fuera de internet, con el consentimiento de la denunciante y el aval de las autoridades judiciales.

¿Por qué es importante contar cómo se hizo? Porque detrás de esta decisión tecnológica hay una decisión ética. Una declaración de principios. Darle voz a quien quiere hablar, sin ponerlo en riesgo. Proteger sin distorsionar. Informar sin exponer.

El material y el proceso se hicieron sin internet para preservar la seguridad

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