Be Real, la nueva red social para evitar efectos dañinos de Instagram

Su objetivo es promover la espontaneidad y el realismo. Ya es furor entre los jóvenes de varios países.

Be Real, la nueva red social para evitar efectos dañinos de Instagram

Por: Mendoza Post

En el dinámico mundo de las redes sociales, algunas propuestas nacen y se apagan en un parpadear de ojos, y otras, logran imponerse para convivir o incluso desplazar a las redes más establecidas.

En ese universo, que se mueve a un ritmo acelerado, surgen propuestas diferentes, como Be Real. Se trata de una app que es furor entre los jóvenes europeos y que propone rescatar el costado más amable de estar siempre conectados.

Los usuarios de Instagram, incluso aquellos que pasan horas y horas sumergidos en sus publicaciones, cuestionan sus efectos dañinos. Aunque esta red social nació bajo el concepto de la simpleza, con la premisa de compartir una foto, una oración y nada más, las propias lógicas de consumo de sus suscriptores la convirtieron en una vidriera. En Instagram, todo se posa y se vende. Pero no sólo los productos de las tiendas, ya que también hay una obsesión por vender cuerpos y vidas perfectas, que terminan por generar una visión distorsionada de la realidad.

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Todo depende del usuario, por supuesto. Es cierto que los suscriptores de Instagram tienen la libertad para realizar una limpieza más cuidadosa de las cuentas que siguen y así seleccionar aquellos perfiles que hablan del amor propio, que sostienen discursos sobre los vínculos sanos o que promueven una vida saludable. La decisión es de ellos.

Sin embargo, la multiplicación de posteos y la aparición de los influencers parecen haber logrado imponer una fórmula omnipotente que hace marketing de la vida cotidiana. Las fotos y los textos simples se transformaron en sesiones de fotos profesionales donde abundan los ángulos cuidados y los retoques digitales.

Vemos pieles sin impurezas y cuerpos trabajados, que conviven con paisajes de ensueño, con jets privados y hoteles de lujo, con la felicidad permanente y edulcorada. Ahí, no hay espontaneidad ni dolor ni conflicto.

Aquí aparece Be Real, que se propone patear el tablero. Su espíritu está basado en la naturalidad exagerada. Y sí, también es una aplicación móvil para compartir fotos con amigos, pero incluye un desafío lúdico y algo irreverente para obligar a su usuarios a no posar demasiado.

¿Cómo funciona Be Real?

Los  usuarios de Be Real, no pueden elegir el momento en que comparten el contenido en esa red social. Por el contrario, la propia app los notifica a su teléfono celular en algún momento azaroso del día. Cuando llega el aviso, ellos tienen apenas dos minutos para sacar la foto que quieren compartir con sus contactos. Son apenas 120 segundos.

No hay tiempo suficiente para cambiarse de ropa, maquillarse o limpiar la casa. No alcanzan los minutos para retocar con Photoshop o para cuidar el ángulo y salir más atractivos. Menos aún para trasladarse a un hotel o un restaurante que uno vaya a promocionar en base a un acuerdo publicitario. Sólo vale mostrar el aquí y ahora, sin falsedades.

Aunque todavía no hay certezas sobre cómo el uso extendido de esta aplicación pueda dar pie a algunas trampas para edulcorar la realidad, Be Real incluye otro detalle que hace a su interacción todavía más genuina. En esos dos minutos de tiempo, el usuario debe tomar una foto que activa, de manera simultánea, la cámara frontal y la trasera. Así, sus seguidores podrán ver no sólo su rostro en ese momento sino también todo aquello que tiene frente a los ojos, en una experiencia de casi 360 grados de su realidad en ese instante.

"It's time to be real", dice la notificación que llega en algún momento del día y a todos los usuarios al mismo tiempo. Y propone mostrar dos minutos de verdad en un universo de retoques digitales, filtros artificiales y producciones exageradas que abundan en otras redes sociales.

Además, como los usuarios sólo tienen un rato del día para capturar la imagen y ver en qué andan sus amigos, no se sumergen por horas en la red y pueden aprovechar el resto del tiempo alejados de la pantalla de su teléfono.

Si bien es una propuesta incipiente, su originalidad podría ayudarla a ganar terreno entre los usuarios cansados de las antiguas redes sociales. Por ahora, los jóvenes de otros países ya se sumaron a la tendencia y sólo resta saber si el germen de la realidad sin filtros brotará por estas tierras.

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