Murió Alfredo, el perrito mendocino con el hocico explotado por un petardo

Este lunes murió Alfredo, un reconocido perrito de Mendoza que fue protagonista de un hecho lamentable: un petardo le explotó en su hocico por lo cual perdió su nariz y parte de la boca durante 2013.

Lo encontraron en estado de coma con una infección severa pero pudo sobrevivir. Mile Rodas fue quien se hizo cargo de sus tratamientos y en más de una oportunidad recurrió a las redes sociales para pedir colaboración económica. Alfredo, de uno 14 años (aunque nunca se supo con exactitud), no sólo había sufrido la explosión de su hocico, sino que tenía displasia de cadera y compresión en la médula, por lo cual tomaba medicamentos de forma diaria.

En un sentido posteo, Mile escribió en las últimas horas: "Vuela alto mi amado Alfredo. Fuiste un gran luchador. Te amaré y te llevaré conmigo por siempre. No sufrís más ya estás en el arcoíris perruno corriendo y esperándome. Nos volveremos a ver. Tu señal que me diste hoy me hizo saber que estás feliz y bien era lo que necesitaba. Gracias a todos por el apoyo".

Sobre la vida de Alfredo

Mile le contó al POST: "El Alfre fue publicado en Facebook en el 2013 y con dos amigas fuimos a buscarlo frente al Hospital Lencinas. Más o menos tenía seis años. Los vecinos dijeron que le habían explotado un petardo en la nariz. De ahí lo llevamos a Arrayanes y estuvo internado 20 días. No saben si fue intencional pero el perro quedó tirado sin ayuda, con el hocico reventado".

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Hubo hogares transitorios y guarderías. También personas que intentaron quedárselo en adopción pero rápidamente las propuestas no funcionaban. Muchos cirujanos vieron si se podía reconstruir su hocico o realizar un implante. "Me dijeron que no porque tenía toda las vías respiratorias expuestas", agregó.

En una guardería, "por bravo", comenzó a pelearse con otros perros pero Mile consiguió unos vecinos nuevos en frente de su casa. Alfredo "se escapaba y también atacaba a otros perros". Llegó a otra guardería en donde "le enseñaron a no pelear con otros perros pero mis vecinos ya no podían tenerlo". A buscar hogar otra vez.

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Una señora intentó adoptarlo pero se escapó: "Estuve con varias personas toda la noche buscándolo y al otro día lo encontré. Era una conexión muy grande la que tenía con él. Lo llevé de nuevo a la casa de enfrente hasta que decidimos que se quedara".

Con los años llegaron las complicaciones de salud y Mile se hizo cargo de todo "junto con muchas personas que colaboraron para que tuviera hasta lo último una vida digna".

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"Fabricamos un carrito peo no pudimos ponérselo por que él ya no tenía fuerza en sus patas de adelante para mantenerse en pie. Fue muy amado por todos aunque nadie lo quiso por el hocico, porque a todos les daba impresión sólo de verlo. Él era especial... era cariñoso y amaba los niños", finalizó.