Rechazó a una multinacional y volvió a Mendoza para hacer asados

Micaela Ponce (28) obtuvo una beca en México hace ocho años. Viajó y le propusieron trabajar en Audi con sueldo en dólares y gastos pagos. Decidió regresar para hacer lo que le gustaba. Ella aclara que tomó esa decisión porque en Mendoza no le faltaba nada. Su historia.

Rechazó a una multinacional y volvió a Mendoza para hacer asados

Por:Leonardo Otamendi
Editor Post

Estamos en una etapa de la Argentina en que muchas personas, sobre todo los menores de 30 años, consideran la posibilidad de irse a trabajar a otros países o directamente lo concretan. Luego observamos en las redes sociales o medios de comunicación a esos migrantes contar sus experiencias en otros países, desde cuánto ganan por mes, si pueden o no ahorrar y cómo es la vida diaria en otras latitudes. Hay experiencias de todo tipo, aunque generalmente son buenas las que nos cuentan. Pero, hay otras historias impregnadas de otras emociones. Tal es el caso de una mendocina, Micaela Ponce, de 28 años, quien rechazó un contrato con una multinacional en Norteamérica para regresar a su provincia porque quería seguir entre las montañas y hacer asados para sus amigos.

"No quiero romantizar la idea de volverse de otro país porque se extraña los afectos y que eso de por sí está bien. Esta fue mi experiencia y nada más. Cada uno considera donde es mejor vivir", comenzó aclarando Micaela Ponce en diálogo con el POST.

Esta primera consideración está muy bien fundada por la joven quien ya se recibió de diseñadora industrial y hoy tiene tres emprendimientos vinculados a la gastronomía, a la publicidad y al turismo.

Micaela haciendo sus platos a fuego.

Micaela es de Rivadavia. Allí creció en una familia dedicada a la agricultura. Cuando tenía 20 años y era estudiante de diseño industrial en la UNCuyo, consiguió una beca para realizar prácticas en una empresa a través de la Universidad Tecnológica de Tula-Tepeji de la Universidad en México. Viajó y comenzó a desarrollar tareas profesionales en esa firma.

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"Estuve ese primer año trabajando en esa empresa. Al poco tiempo advirtieron que tenía habilidades en áreas blandas, en aspectos más creativos y me ofrecieron ingresar a Audi en México", detalló Micaela Ponce. Esto era un paso gigante en su carrera, por lo cual recordó: "Yo estaba feliz".

Micaela Ponce cocina para pocas personas en bodegas y turistas al aire libre.

Dejó la empresa en la que estaba, realizó los trámites correspondientes y aprobó su incorporación en Audi. Comenzó la capacitación en el software de la empresa en abril de 2014 y su pasaje de regreso a Mendoza era para noviembre. Pero esas prácticas en la multinacional automotriz comenzarían formalmente en octubre y durarían 18 meses. "Me ofrecían alojamiento, pago de viáticos, el pasaje de regreso a la Argentina y un sueldo en dólares", detalló la mendocina sin poder precisar de cuánto era ese salario, aunque apuntó: "Era bastante".

A sus 20 años estaba lejos de su familia, tres hermanas, mamá y papá. "Como dije, estaba feliz y todavía lo estoy por haber tenido una experiencia tan interesante, pero algo me hacía ruido. Me crié en una zona rodeada de verde, aire libre y en libertad. Si bien la propuesta de Audi era muy buena, no estaba segura y no sabía cómo informarle a la UNCuyo que había rechazado esa capacitación", destacó Micaela.

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La terea que Micaela hace desde pequeña: cosechar.

Esa incertidumbre la resolvió en una charla telefónica con su papá Pedro. Lo llamó y le contó lo que le estaba pasando. Él le preguntó qué le haría feliz y la joven le respondió: "Hacer asados para mis amigos en la montaña". Y Pedro le sugirió: "Entonces, vení y hacelos".

Micaela y su papá.

Esas palabras le pusieron fin a sus dudas y Micaela regresó a Rivadavia en noviembre como estaba previsto. De todos modos, ella es muy cauta en este tema y reflexiona: "Pude tomar esta decisión porque acá en Mendoza no me faltaba nada, tenía todo lo necesario para vivir bien y continuar estudiando. Por eso no quiero romantizar el hecho de volverse de otro país porque se extraña la cotidianeidad. Yo podía hacerlo y no iba a tener problemas económicos para que mi vida continúe de manera normal, otros no tienen esa posibilidad. Es por esta razón que cada uno de los que se van viven su propia situación, y me parece bien el que decide irse como quienes deciden quedarse, es una decisión muy personal", sostiene la joven emprendedora.

Desde que regresó a Mendoza puso primera con esa iniciativa. Comenzó a hacer asados para pocas personas al aire libre porque, según cuenta, "mis abuelas me enseñaron desde chica a cocinar con fuego". Mientras terminaba su carrera universitaria, continuaba con este emprendimiento gastronómico que lo amplió a trabajar con bodegas e incursionó en otros platos. Creó una agencia de marketing y la relacionó con una pyme dedicada al turismo.

Las dudas en México la llevaron vivir de lo que más le gusta.

Micaela cuenta todas sus experiencias con mucha pasión. Le encantó su estadía en México, dice estar contentísima por lo que vivió cuando tenía 20 años, las dudas en aceptar o rechazar la propuesta de Audi, aquella charla con su papá que la hizo decidir su futuro, los proyectos que inició en Mendoza y lo que espera del futuro. "Aunque nos va bien, acá todo es difícil y la situación está complicada. Pero me encanta estar acá y poder hacer lo que me gusta. Pero siempre trato de ser prudente cuando cuento mi historia, porque cada persona debe hacer lo que crea mejor para su vida y estar bien", cerró la emprendedora.