Edificios Patrimoniales en Mendoza: el dilema entre conservar y vender

Mendoza cuenta con más de 60 edificios patrimoniales en la Ciudad. Cómo se mantienen, qué historia cuentan y por qué hay propietarios que no quieren que sus edificios sean patrimoniales.

Edificios Patrimoniales en Mendoza: el dilema entre conservar y vender

Por:Juan Manuel Lucero
Periodista

En el corazón de la Ciudad de Mendoza el pasado murmura entre paredes centenarias. Entre adoquines y fachadas antiguas, la historia sigue presente para quien sabe mirar. El "nuevo" centro construido tras el terremoto de 1861 tiene distintos edificios que marcan parte de la historia de Mendoza y revelan una huella de lo que supimos ser.

En ese contexto, la Ciudad de Mendoza cuenta con un importante número de edificios considerados patrimoniales. Sin embargo, por algunas razones de índole económica hay quienes prefieren que sus edificios no sean considerados patrimonio.

¿Por qué hay gente que elige no declarar patrimoniales ciertos edificios con potencial valor arquitectónico y cultural? El motivo, aunque no siempre dicho en voz alta, es claro: la posibilidad de comercializarlos con mayor libertad.

Elsa Rodríguez, jefa del Área de Patrimonio de la Ciudad, dialogó con el Post y explicó que "muchos propietarios desisten de declarar sus inmuebles como patrimoniales porque esto implica mantener las condiciones originales. A veces se dan cuenta de que vender un bien con esa carga puede resultar menos conveniente desde el punto de vista comercial".

Algunas mansiones de la Avenida Emilio Civit cuentan con "potencial" para ser declaradas como patrimonio, sin embargo sus propietarios desisten de ello.

La ciudad cuenta hoy con 62 bienes declarados patrimoniales, entre los que se destacan construcciones emblemáticas, conjuntos edilicios como el barrio Cano -con unos 140 departamentos- y edificios religiosos, bancarios y comerciales que dan cuenta de las distintas etapas arquitectónicas de Mendoza.

Los mismos están regulados por la Ordenanza 3037 y anexas, que establecen cómo se trabaja sobre estos bienes y cuáles son las condiciones de conservación de los mismos.

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Nuestro patrimonio

Desde 1991, rige en la ciudad la Ordenanza 3037, la primera norma específica en materia patrimonial, que sentó las bases para proteger inmuebles de valor histórico, arquitectónico o cultural. 

Desde entonces, se han sumado resoluciones y decretos que amplían el catálogo. "Estamos trabajando junto al Concejo Deliberante en una actualización de la ordenanza para adecuarla a los tiempos actuales", señala Rodríguez.

La norma establece que la conservación de estos bienes, en su mayoría de propiedad privada, queda a cargo de sus dueños. "Existen algunos programas de ayuda técnica desde la municipalidad, como el asesoramiento sobre el color del frente o la pintura más adecuada, que incluso se estudia a partir de cateos para descubrir los tonos originales", indica la funcionaria. 

Casos puntuales, como el Pasaje San Martín, reciben asistencia especial debido a su valor histórico y comercial. "En ese edificio se está trabajando con vistas a sus 100 años, que se cumplen el año próximo. Es un ícono de la ciudad y queremos que esté en las mejores condiciones", explicó Rodríguez.

El emblemático pasaje San Martín está a pocos meses de cumplir 100 años.

Incentivos, obligaciones y realidades

Una de las principales dudas que enfrentan los propietarios es si declarar su edificio les generará algún beneficio económico. El artículo 8 de la ordenanza menciona una posible exención de tasas municipales. Sin embargo, el texto legal utiliza la palabra "podrá", lo que deja la decisión a discreción del Ejecutivo municipal. 

"Siempre explicamos a los interesados que declarar un bien como patrimonial implica obligaciones", remarca Rodríguez. "El nuevo propietario, en caso de venta, deberá respetar las condiciones originales del inmueble. Esto puede generar resistencia, especialmente si se considera el valor del terreno en ciertas zonas de la ciudad".

Así, en lugares como la avenida Emilio Civit, uno de los corredores más emblemáticos, conviven casas patrimoniales con otras que no lo son. "Si los propietarios no acceden a la declaratoria, no hay forma legal de impedir su demolición, por más valor arquitectónico que tengan", afirma.

Avenida Emilio Civit.

Circuitos patrimoniales

Frente a esta tensión entre preservación y desarrollo urbano, la ciudad apuesta fuerte a la concientización. Desde la Secretaría de Desarrollo Económico y Turismo de la comuna, se impulsan circuitos temáticos gratuitos -los conocidos free walking tours- que buscan poner en valor el patrimonio mendocino.

Algunos de los más destacados incluyen recorridos por el estilo Art Déco y Art Noveau sobre la avenida San Martín, visitas al edificio del diario Los Andes o al propio Pasaje San Martín. Otros circuitos se centran en barrios como el Barrio Bombal, o en los edificios que rodean la Plaza San Martín, como la Basílica de San Francisco, la Mercantil Andina, el ECA o el Banco Nación.

Además, existen visitas específicas a galerías comerciales y, en fechas especiales como el Día del Patrimonio, se coordinan actividades conjuntas con la Dirección de Patrimonio Cultural y Museos de la Provincia, con quienes se mantiene una colaboración constante.

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A pesar de la falta de obligatoriedad, el "efecto contagio" existe. La restauración del Pasaje San Martín, por ejemplo, ha incentivado a otros propietarios a imitar estas mejoras. 

"El edificio donde hoy funciona Macowens, sobre San Martín y Espejo, ha comenzado consultas y planes de restauración por iniciativa propia. Eso es muy valioso", destacó Rodríguez.

En una ciudad que equilibra su historia con la modernización, el patrimonio arquitectónico enfrenta un desafío. Entre muros que aún susurran historias y proyectos inmobiliarios que presionan desde afuera, el desafío sigue siendo encontrar el equilibrio. 

Y mientras tanto, los circuitos patrimoniales, la educación y el compromiso privado siguen siendo las herramientas más efectivas para que lo que no se declara, al menos no se olvide.

El ex Banco Hipotecario, actual Secretaría de Cultura.

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