El teletrabajo pudo salvar a los discapacitados, pero no lo hizo

Las personas con discapacidad (sobre todo la motriz) podrían haberse visto beneficiados con esta nueva modalidad de empleo, pero una gran mayoría carece de herramientas y conocimiento tecnológico.

El teletrabajo pudo salvar a los discapacitados, pero no lo hizo

Por:Ana Montes de Oca
Periodista

Si algo dejó a la vista la pandemia y las cuarentenas estrictas que todavía continúan ante el avance de las nuevas olas de Covid, es que muchas empresas podían seguir operando aun con sus empleados trabajando desde sus casas.

Además, varios estudios realizados por consultoras de empleo en todo el mundo, han mostrado que los empleados se comprometieron más con su trabajo mientras lo hacía desde su casa, en relación a cuando lo hacían en las oficinas.

El teletrabajo llegó para quedarse y ya hay muchas compañías que optaron por esa modalidad o por una híbrida, donde los empleados trabajan desde sus hogares pero se reúnen regularmente para mantener la socialización entre ellos.

Sin embargo, este cambio en la modalidad de empleo que podría haber sido una gran oportunidad para las personas con discapacidad, no logró abarcar a ese grupo de manera significativa.

Muchas empresas continúan con esta modalidad

Para quienes tienen una discapacidad, la búsqueda de empleo es muy dificultosa ya sea por los problemas en la movilización (pocas empresas están preparadas para recibir a un discapacitado), o por problemas en la comunicación.

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Sin embargo, diversos estudios realizados por entidades que trabajan con discapacidad en distintos países, parecen demostrar que no se trata de una especie de "discriminación", sino más bien, de una falta de capacitación en tecnologías para poder insertarse en un mercado laboral que les permita traspasar la barrera de lo físico.

Esta situación se replica en Mendoza. Son pocas las empresas que buscan tomar personal entre los discapacitados. Simplemente buscan empleados, pero a no ser que algún discapacitado se presente, realmente no tienen presente a ese grupo.

Por otro lado, hay también una traba por parte de las personas con discapacidad, ya que no se presentan o no reparten currículums como otros desempleados.

Desde la Dirección de Discapacidad de Mendoza, dependiente del ministerio de Desarrollo Social, Gabriela Juárez, la titular, explicó al Post que "Generalmente se habla de los cupos en los organismos públicos, pero sabemos que no es la solución sino que lo mejor sería la inserción en todos los ámbitos".

Juárez señaló que el teletrabajo "beneficio mucho a quienes ya tenían empleo, pero para hacer eso tienen que tener las herramientas tecnológicas y la capacitación para esas herramientas".

Gabriela Juarez dijo que la dirección no funciona como bolsa de trabajo

En este sentido, la directora de Discapacidad advirtió que son pocos los discapacitados que manejan las herramientas digitales y además aclaró que su dirección trabaja con los más vulnerables, "personas que no han terminado el secundario y el primario en muchos casos".

Son alrededor de 68 mil los discapacitados certificados en Mendoza. Sin embargo, la Dirección que maneja Juárez "no funciona como bolsa de trabajo" según ella misma aclaró, aunque dijo que trabajan con algunas agencias de empleo.

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"Hay muchas personas con discapacidad que realizan trabajos de manufactura y ellas no se han visto favorecidas con el teletrabajo. Se trabaja más en la capacitación para buscar trabajo, armar un currículum, y en obtener un perfil laboral para que logre obtener trabajo", explicó.

"También capacitamos a las empresas para que puedan recibir a esas personas", añadió.

Por otro lado, Juárez también destacó que "Si la persona se queda encerrada en su casa nunca vamos a ver el cambio cultural que necesitamos".

Martín, un luchador

Martín Ferrer nació con una enfermedad llamada ECNE (Encefalía Crónica No Evolutiva) conocida como PC Distónica, provocada por una falta de oxígeno en su cerebro al momento de nacer.  

Martín en plena tarea

Durante la pandemia, vendió máscaras faciales protectoras de la fábrica Bonomini, situada en Junín. para juntar dinero para comprar en el exterior un brazo mecatrónico que le permita, por ejemplo, comer sin ayuda, porque no puede levantar los brazos a la altura de la boca. 

Pero el dueño de Bonomini y su esposa (que es dueña de la bodega Santos Lugares) hablaron con el municipio y ahora el brazo se lo está construyendo Matías Martin, experto en impresión 3D y empleado del municipio. 

Ahora que ya no hay cuarentena, Martín vende por internet vinos de Santos Lugares, en cajas de madera hechas por su amigo Damián quien trabaja en una empresa de packaging. Incluso venden a Estados Unidos. 

"A mi no me gusta pedir ayuda, siempre prefiero hacer distintos proyectos para trabajar y así poder seguir estudiando", dijo al Post con orgullo. Está en segundo año de la carrera de Ingeniería en Recursos Naturales y Renovables.

Mirá el video que hizo Martín