Cornejo y la era del cobre: cuando la confianza es más cara que el metal rojo

Qué significa el aval al proyecto minero San Jorge. Qué representa para Milei y Cornejo esta habilitación para la explotación de cobre. Por qué se desconfía del Estado como fiscalizador de la industria minera.

Cornejo y la era del cobre: cuando la confianza es más cara que el metal rojo

Por:Jorge Fernández Rojas
Periodista/Analista

"A quienes nos acompañan les decimos que les agradecemos. A quienes tienen dudas, que los entendemos. A quienes desconfían, que los escuchamos. A todos, les pedimos un voto de confianza. Para demostrar al mundo, al país, pero sobre todo a nosotros mismos que podemos hacer las cosas bien. Sabemos que la confianza se construye; solo hace falta la oportunidad. Eso es lo que estamos haciendo hoy: ofreciendo, pero sobre todo pidiendo una oportunidad" (Natacha Eisenchlas, senadora radical, ayer martes 9 cerrando los discursos en el recinto de la Legislatura de Mendoza).

El concepto que dejó la parlamentaria que preside el interbloque oficialista en el Senado provincial quizá sea una base fundante de lo que significó la sanción definitiva que autoriza a la empresa minera San Jorge sacar cobre y oro del yacimiento ubicado al norte de la Villa de Uspallata en Las Heras.

No hubo festejo ni tampoco un rechazo sostenido; fue raro, como que quienes participaron de la sesión y quienes resistieron afuera querían que todo pasara rápido.

Ver: Se aprobó San Jorge y quedó habilitada su explotación

 Y si bien estaba cantada, es trascedente la aprobación legislativa de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del Proyecto San Jorge Cobre Mendocino, conocido abreviadamente como PSJ, es en cumplimiento de la reformada ley 7722 que restringe la actividad minera metálifera en Mendoza.  

Todas estas precisiones fluyen solas como carta de presentación del PSJ porque este emprendimiento de explotación de cobre tiene un valor simbólico por encima de los 500 millones de dólares que promete invertir a lo largo de 16 años con potencial de extraer por 10 más.

Significa más de las 40 mil toneladas de mineral rojo que proyecta sacar de la roca por año. Y mucho más de los 14 millones de dólares anuales que pagaría por regalías por extraer riqueza del subsuelo mendocino.

El valor del acto institucional es más que todo eso. Y es el objetivo de Alfredo Cornejo.

El cobre y/o el agua

El resultado de la votación (29-6) superó la voluntad de las muchas personas que se convocaron para rechazar a San Jorge. Me refiero a ambientalistas, personas de variado origen, que en su mayoría se movilizaron desde los departamentos al centro y se pegaron al vallado desde la Plaza Independencia para reclamar que no se instale el proyecto en la precordillera mendocina.

La protesta bajó su intensidad tempranamente porque el debate se habilitó a propósito rápidamente. Duró 4 horas con 39 minutos a partir de las 10:00 de ayer; eso provocó la dispersión de los protestantes antimineros, aunque se reagruparon y hubo más gente que se plegó al reclamo durante la tarde. Pero ya el acto de inicio a lo que llamamos la era del cobre estaba consumado.

Lo simbólico cuenta y mucho porque motiva y alienta al segundo gobierno cornejista a abrir otro escenario de despliegue económico provincial; eso lo repiten como un rezo los funcionarios locales, mirando hacia las mecas económicas y financieras a las que también es fiel Javier Gerardo Milei, socio político del gobernador.


De la 7722 al RIGI

Lo concreto es que la sesión del Senado de Mendoza habilitó a afirmar que en Mendoza se puede hacer minería metálifera cumpliendo (leáse: a pesar de) la ley 7722, la guardiana del agua, como la califican los sectores ambientalistas.

Un efecto deseado y declarado el mimo miércoles 9 de diciembre de 2023 cuando asumió Cornejo su vigente segundo mandato, y que fue cumplido dos años exactos después. Todo cuenta a favor para el gobernador discreto, de perfil no simpático, pero efectivo para lograr sus propósitos.

De lo expuesto en los discursos de ayer en el hemiciclo legioslativo queda claro que aún restan cumplir con otros pasos procedimentales para que el PSJ sea una realidad. El emprendimiento tiene que pasar de la fase de prefactibilidad a la de factibilidad económica y debe demostrar solvencia para realizar su compromiso de extraer cobre cumpliendo con las pautas fijadas técnicas y ambientales. 

Para eso la empresa que integra el holding suizo Solway aspira a acceder al RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones). Si logra ese beneficio se inscribirá otro hito porque será el primer proyecto minero  en acceder a este programa de incentivo de inversión.

Un voto de (des)confianza

El aspecto más repetido por quienes se sentaron en sus bancas fue el nivel de confianza o, mejor dicho, de desconfianza que se percibe entre la población por la real capacidad del Estado de controlar al privado para que "no se mande" una contaminación que atente contra la salud humana. Es un temor instalado y que, si bien puede alimentarse con la desinformación instalada adrede, es una tarea no terminada por el Gobierno y que debe redoblar el esfuerzo por dar garantías de que está facultado para controlar, prevenir y actuar en cada riesgo que puede ocasionar la industria minera.

Por eso el argumento de Eisenchlas que elegí para abrir este escrito y por eso los argumentos que sonaron sólidos del desconfiado peronista Félix González, principal vocero de los 6 votos que rechazaron la DIA.

La desconfianza de la población es el principal rival a vencer por Cornejo, si es que quiere que este cambio trascendente se convierta en histórico, y la matriz económica de esta provincia cambie para bien; eso es lo que queremos y necesitamos. Como cuando a finales del siglo 19, post terremoto de 1862, se plantaron las primeras estacas de malbec y Mendoza comenzó a tomar otra fisonomía que aún se mantiene.  

Para ser honesto y confiable en este pensamiento registrado, hay que admitir que, para sostener hasta hoy esa amistosa característica agroindustrial, ideada por el gran sanjuanino Domingo Faustino Sarmiento, luego existió otra industria extractivista que silenciosamente y muchas veces sin control ambiental, sostuvo el balance económico y creciente: el petróleo, y que desde 2010 esa producción está en declive constante y como consecuencia llevó a Mendoza al estancamiento económico actual.

Esta nota habla de: