Incentivo Docente: el particular origen del fondo que ¿desaparecerá?

El Fondo Nacional de Incentivo Docente dejó de estar vigente y no hay acciones concretas para renovarlo. Se trata de un ítem que surgió en el gobierno de Carlos Menem para desactivar la recordada "carpa docente".

Incentivo Docente: el particular origen del fondo que ¿desaparecerá?

Editó: Santiago Montiveros

El viernes pasado, los ministros de Educación de las provincias, incluido el mendocino Tadeo García Zalazar, realizaron un reclamo unánime al Gobierno nacional ante la caída del Fondo de Incentivo Docente. La última renovación, por dos años, había sido en enero de 2022 por parte de la gestión de Alberto Fernández, y acaba de vencer.

En la mayoría de las provincias, este incentivo docente representa un importante complemento salarial para los maestros, que ahora deberían afrontar las distintas jurisdicciones con recursos propios, sumando otra responsabilidad, después de la quita de subsidios al transporte público.

En 2023, el Fondo de Incentivo Docente distribuyó $332.800 millones entre las distintas provincias. 

El pedido formal de los ministros de Educación a Nación.

"Los Ministros de Educación de todo el país solicitamos al Gobierno nacional se garanticen los Fondos de Financiamiento Educativo vigentes, de modo tal de poder delinear seriamente la política educativa de cada provincia", tuiteó García Zalazar, ministro de Educación, Cultura, Infancias y DGE.

El origen del incentivo docente

El Fondo Nacional de Incentivo Docente surgió en circunstancias atípicas y se financio de una forma poco convencional. En primer lugar, se creó bajo la presidencia de Carlos Menem, en 1998, con la intención de mejorar el salario de los maestros para que se levante la emblemática "carpa docente" que se había montado frente al Congreso.

Y como no había fondos suficientes, el incentivo docente se financió creando un impuesto que pagarían los dueños de automóviles, aviones y embarcaciones, tanto para modelos nuevos como usados. En otras palabras, todo el que tenía un vehículo, por ejemplo, debía pagar el "impuesto docente" para no ser pasible de multa.

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Con el pago del "impuesto docente", al dueño del vehículo se le otorgaba una oblea que debía pegarse en el parabrisas, similar al comprobante de la revisión técnica. Si el auto o camioneta no lo tenía, el policía de tránsito estaba facultado para sancionar al propietario con una multa.

La oblea que debía pegarse en el parabrisas del auto.

Hasta 1999 los dueños de vehículos tuvieron tiempo de pagar el impuesto que representaba entre el 1% y 1,5% del valor del rodado, con el que se recaudaron cerca de 600 millones de dólares.

Desde entonces, el incentivo docente se mantuvo, aunque se fue modificando la forma de financiamiento. En su momento, parte de los fondos surgieron del impuesto al cheque, creado durante la gestión de Fernando de la Rúa. Y también con rentas generales.

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