La interna bonaerense se mantiene en pausa, pero los tiempos electorales avanzan. El peronismo debate liderazgos y busca reordenarse.
El PJ se reorganiza tras la condena efectiva de CFK
Este miércoles marcará un punto de inflexión para el peronismo: se hará efectivo el cumplimiento de la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos de Cristina Fernández de Kirchner, presidenta del PJ nacional. El partido se ve forzado a reorganizarse y a resolver su futuro sin su figura más influyente en los últimos años.
En medio de este escenario, la sede del PJ en la calle Matheu se convirtió en el centro de operaciones. Aunque Cristina sigue moviendo los hilos desde su departamento en Constitución y delegó funciones en el senador José Mayans, emergen nuevos liderazgos, especialmente el de Sergio Massa, quien comienza a perfilarse como el articulador de un peronismo renovado.
El desafío principal será mantener la unidad interna y resolver disputas clave, como la que enfrenta a Máximo Kirchner con Axel Kicillof, ambos con fuerte peso en la provincia de Buenos Aires. Lugar que será el epicentro de la pulseada por el control político y la confección de listas.
En paralelo, Massa intenta acercar posiciones entre los distintos sectores del partido, incluso con aquellos que mantienen posturas más duras, como el líder de La Cámpora. La intención es evitar una fractura interna que debilite al PJ de cara a las elecciones legislativas.
Mientras tanto, distintos dirigentes se alinean o toman distancia. Intendentes cercanos a Kicillof, como Ferraresi, Secco, Alak, Cascallares y Espinoza, participaron de la última reunión en Matheu. Por otro lado, jefes comunales enfrentados al kirchnerismo, como Fernando Gray y Julio Zamora, expresaron su rechazo al fallo judicial a través de redes sociales. Gobernadores como Raúl Jalil (Catamarca) y Osvaldo Jaldo (Tucumán) también se pronunciaron en contra del fallo, y algunos dirigentes, como Guillermo Moreno y Kicillof, visitaron personalmente a la expresidenta.
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Entre los posibles escenarios electorales, Juan Grabois propuso la abstención como forma de protesta, aunque su postura es aislada. Massa descarta esa opción y apuesta a relanzar al PJ con una estrategia de "sello puro". Incluso su nombre suena como posible candidato en reemplazo de Cristina, aunque prometió definir su posición en julio.
Para Kicillof, no competir no es una opción. Busca consolidar poder en la Legislatura bonaerense y proyectar su carrera presidencial hacia 2027. Sin intención de ceder la lapicera, mantiene la tensión con Máximo Kirchner, quien tampoco da el brazo a torcer.
Con Cristina fuera de juego, la pregunta central es si el peronismo podrá evitar la fragmentación. En un escenario adverso, la unidad aparece como el único camino posible para mantener competitividad frente a La Libertad Avanza y los desafíos que plantea el gobierno de Javier Milei.
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