Inseguridad en el barrio Bombal: vivir y trabajar con miedo

En menos de un mes, el barrio Bombal de Godoy Cruz se transformó en escenario de una preocupante ola de robos. Los hechos delictivos ocurren a toda hora y bajo distintas modalidades, afectando tanto a vecinos como a trabajadores y clientes de la zona. 

 La situación encendió la alarma entre vecinos y comerciantes, quienes reclaman mayor presencia policial, mejor iluminación en las calles y una respuesta concreta por parte de las autoridades. En este contexto, la mayoría prefiere no dar su testimonio públicamente por temor a represalias, aunque los relatos coinciden y se repiten entre quienes viven y trabajan en la zona. 

Este jueves, el Post recorrió la zona, especialmente en la intersección de Almirante Brown y 25 de Mayo, donde dialogó con vecinos que expresaron su preocupación por la creciente inseguridad. "Todos los días hay una novedad: autos que abren, autos que se llevan, robos a las casas, a las visitas, a los que vienen a los negocios", relató una vecina. Y agregó: "Necesitamos más patrullaje, más luz, y que las cámaras funcionen. No vemos presencia policial y la zona está muy oscura. La poca iluminación que hay queda tapada por los árboles". 

El barrio Bombal, tradicionalmente residencial y con comercios gastronómicos reconocidos, se caracteriza por ser una zona de alto tránsito en Godoy Cruz, y con propiedades de alto valor. Sin embargo, ni esta actividad ni su cercanía a algunos centros médicos impiden los robos: pacientes, empleados y clientes también han sido víctimas.

Qué dijeron los vecinos

"Esto es tierra de nadie. El robo de cubiertas es permanente, también de medidores de gas y canillas de bronce. Incluso el otro día, a un vecino le robaron la nafta del auto. Tratamos de cuidarnos entre nosotros, pero ya no se puede vivir así. Necesitamos una respuesta urgente", agregó otro de los vecinos presentes. 

Entre los antecedentes más graves en dicho barrio, se recuerda el violento asalto ocurrido a fines del mes de mayo en un kiosco ubicado en Yrigoyen y San Martín, donde una joven empleada fue brutalmente golpeada por un delincuente. El hecho causó conmoción y visibilizó la inseguridad creciente en la zona, una realidad que comienza a repetirse en distintos puntos de la provincia. 

En el mismo sentido, una trabajadora del local gastronómico Del Monte, quien decidió no ser filmada, también relató un episodio reciente: "Estábamos cerrando con mi compañero cuando nos asaltaron tres hombres, dos armados. Le robaron la bicicleta a él y a mí la moto. La policía tardó casi una hora en llegar. Tomaron muchos datos pero no pasó más nada. La moto la encontré yo, en un grupo de compra-venta".

Además, señaló que la inseguridad ya impacta en la actividad comercial: "Esto ya impacta en el consumo. Mucha gente pide para llevar porque no quiere quedarse en el local. Ya ha pasado varias veces que a los clientes les roban el auto mientras comen. Vuelven y ya no está".

Otros vecinos contaron que, en su edificio sobre calle Almirante Brown, han sufrido al menos tres robos en departamentos en las últimas semanas. Muchos prefieren no ser filmados por temor a represalias, lo que evidencia el nivel de miedo que atraviesa la comunidad.

Una comerciante, dueña de un kiosco cercano a Del Monte, relató que en la madrugada intentaron ingresar a su local forzando las rejas. "Tengo miedo. No veo policía por ningún lado", dijo, y pidió no ser identificada.

Frente a esta situación, los vecinos exigen soluciones concretas. Si bien cuentan con una alarma comunitaria, aseguran que no es suficiente. "Sirve solo si estamos atentos para activarla cuando vemos algo raro. Pero no alcanza", lamentan.

"Estamos a punto de vivir una tragedia. Necesitamos una solución urgente", repiten con angustia. Mientras tanto, el barrio Bombal, símbolo de "prestigio" y actividad comercial en Godoy Cruz, se encuentra atrapado en una ola de inseguridad que parece no tener freno.

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