De la Justicia y su función

De la Justicia y su función

Las tristes participaciones de Alfredo Caseros en redes sociales en las que se alude al caso de la lamentable muerte de Genaro Fortunato, y que responden al pensamiento más retrógrado y rancio de nuestra sociedad, me han hecho reflexionar, no sobre la culpabilidad o no de Julieta Silva, sino en el rol que la justicia, aunque sea en su "deber ser" cumple en la sociedad. La primera conclusión a la que llegué es que la justicia es un valor, un principio rector al cual deben o tratan de ajustarse las decisiones judiciales.

Tal afirmación me llevó a pensar en una cuestión muy compleja: ¿Qué reclamamos, cuando reclamamos justicia? Aquí distinguí claramente dos miradas. Por un lado, la de la justicia como reparación social y disuasión, es decir, como aquella función que viene a restablecer el equilibrio perturbado por un crimen y disuadir a los demás de cometerlos, no por la gravedad de la pena sino por la alta posibilidad de que sean sancionados.

Otra mirada es la que ve a la justicia como objeto de venganza, el castigo al autor del delito. Y es aquí donde quienes piensan en la justicia como "venganza" nunca van a sentir que la pena está acorde con sus expectativas porque nada, ni siquiera la pena más alta de nuestro derecho penal, hace volver las cosas al estado anterior del delito.  

El juicio contra Julieta Silva fue televisado.

Y en este caso puntual del que estamos hablando, una mujer, que más allá de su culpabilidad, fue expuesta involuntariamente por cientos de noticieros o magazines de tv, siendo juzgada de manera burda y anticipada por periodistas, panelistas y figuras del espectáculo, quienes sin ningún pudor se aventuraron a dar su opinión y hasta en algunos extremos esbozaron lo que según su leal entender debía ser una pena correspondiente al delito cometido. Una mujer que fue sometida a televisar su juicio y sentencia, solo a los fines de desplegar contra ella una especie de revancha machista, porque comparan el asesinato de Fortunato con los cientos de femicidios que diaria y lamentablemente somos testigos. Confundiendo este caso intencionalmente con una "cuestión de género".

La familia de Alán Villouta aún espera una decisión judicial.

Llama la atención que esa indignación ante la "injusticia" de una pena no acorde a las expectativas parece ser muy selectiva según la profesión, el sexo, la edad, el poder adquisitivo de la víctima o porque no del victimario...Ejemplo de ello es que no se han oído muchas voces consternadas por crímenes como el de Alan Villouta, cuya familia aún espera una decisión judicial, y que no fue seguido con el mismo interés por los medios de comunicación. Es preocupante que algunos sectores de la sociedad confundan justicia con venganza, esta absurda visión, no llevará a la baja de los delitos, sino a una sociedad en la que reinara el odio y el revanchismo.