Invasión de catas y loros tiene en jaque a los productores mendocinos

Invasión de catas y loros tiene en jaque a los productores mendocinos

Por: Mendoza Post

Una invasión de catas y loros está causando serios daños en los cultivos de fruta y de viña, especialmente en la zona Este de Mendoza y en algunos puntos de Maipú.

La Dirección de Recursos Naturales se reunirá con productores de la zona más afectada para analizar el tema y acordar la forma de control que pueda ser más efectiva, según confirmó la directora del área, Mabel Chambouleyron.

Durante el almuerzo de fin de cosecha que hizo el sector olivícola hace unos días, los productores plantearon el problema y se mostraron preocupados por el tema.

"Las catas están haciendo un daño impresionante, sobre todo en los frutales de carozo y de pepita.

Comen desde la yema hinchada hasta el fruto de todo tipo de plantas (ciruela, durazno, damasco, membrillo, pera). También la uva. Incluso lo que está en el piso; generalmente comen de altura, pero a veces también aterrizan", explicó el ingeniero agrónomo Carlos Esprazzato a Radio Nihuil.

Los loros ponen en jaque a los productores

"Lo grave es que también están llegando los loros, que son mucho más grandes que las catas y más destructores. Los loros comen mayormente en el suelo, pero también en altura cuando no tienen nada abajo. No podemos controlar la plaga de ninguna manera y la Sociedad Protectora de Animales nos está impidiendo combatirla, a pesar de que para nosotros es una plaga", agregó.

Para el profesional, con estas invasiones se acaban las almendras en Mendoza y las frutas de carozo en zonas muy propicias para estas plantaciones, como por ejemplo Maipú.

"Hemos podido ver que los árboles añosos que están bordeando los caminos de las zonas rurales están cargados de nidos de catas. En la sede del INTA de Junín debe haber unos 100 nidos de catas colgados de los árboles", detalló.

Los productores, desesperados

Según el ingeniero, las catas estaban siempre más cerca de San Luis que de Mendoza, pero por la falta de comida hicieron que se fueran corriendo.

También puede haber colaborado el cambio climático.

Con el mejoramiento de la temperatura invernal en Mendoza, con inviernos más benévolos, las aves decidieron poblarla con fuerza.

Mario Leiva, el presidente de la Sociedad Rural del Valle de Uco, sostuvo que en esa zona el problema aún no es grave.

Hasta ahora los cultivos que están protegidos con tela para evitar el ataque de estas aves son los girasoles, que se plantan para obtener semilla. La zona Sur, en tanto, todavía está libre del problema.