Informémonos sobre la disfagia

Se considera a la disfagia como una alteración o dificultad para deglutir (tragar) y transportar alimentos en todas o algunas consistencias, incluso la saliva, desde la boca al estómago. Esto trae como consecuencia riesgos de desnutrición y deshidratación en el paciente que lo padece, como así también incremento de enfermedades de las vías aéreas inferiores (neumonías aspirativas o bronquitis a repetición) debido a episodios de broncoaspiración.

Entre sus causas podemos encontrar ACV -accidente cerebrovascular-; demencias; enfermedades neurodegenerativas (ELA, Parkinson, miastenia gravis, entre otras); enfermedades autoinmunes (esclerosis múltiple); traumatismos; tumores; presbifagia (dificultad deglutoria en el adulto mayor); enfermedades sindrómicas; postquirúrgico; cáncer; postintubación o traqueostomía.

Entre los síntomas, el paciente puede padecer imposibilidad, dificultad o demora para deglutir determinados alimentos; odinofagia o dolor al tragar; sensación de cuerpo extraño; atascamiento de comida en la garganta o en el pecho; tos; carraspera frecuente; cansancio en el momento de alimentarse; pérdida de apetito; cambios en la respiración; cambios en la voz (húmeda); regurgitación de alimento o ardor estomacal frecuente.

Frente a estos síntomas, es importante que el médico derive al paciente a un fonoaudiólogo especialista en Disfagia, que realizará una evaluación clínica neurofonoaudiológica exhaustiva y, de ser necesario, acompañará con una evaluación objetiva, como por ejemplo una videodeglución. Estas evaluaciones ayudarán a determinar el tipo y grado de disfagia como así también la conducta terapéutica a seguir y, por otro lado, a brindar medidas higiénico-dietéticas: decidir el tipo de alimentación que puede realizar el paciente, ya sea vía oral, enteral o parenteral y elaborar un plan terapéutico de rehabilitación de acuerdo al caso.

Para abordar el tratamiento de una persona con diagnóstico de disfagia es necesario el trabajo interdisciplinario con otros profesionales (nutricionistas, gastroenterólogos, terapistas ocupacionales, kinesiólogos, médicos de cabecera, neurólogos y psicólogos), cada uno desde sus espacios y conocimientos podremos mejorar la calidad de vida del paciente.

Como fonoaudiólogas, nuestro rol fundamental es rehabilitar y acompañar al paciente, para que logre una alimentación segura, eficiente y placentera, incluyendo a la familia como ente importante para ayudar a cumplir sus requerimientos y demandas. Como objetivo principal nos enfocamos en que la persona logre realizar sus actividades de la vida diaria de la mejor manera posible, una de ellas es la alimentación, actividad biológica y social importante en todos los seres humanos.