Semana del Parto Respetado

Toda mujer tiene derecho a una experiencia de parto segura y positiva.Esto quiere decir que debe tener la atención y cuidados que merece, ejerciendo el pleno goce de sus derechos en la toma de decisiones.

Semana del Parto Respetado

Por:Lic. Silvina Lisanti - OSEP
Licenciada en Obstetricia (Mat.479) Maternidad Virgen de la Misericordia- Hospital el Carmen Vicepresidenta de la Sociedad Obstétrica Mendocina


Pero a veces no es lo que sucede y por eso escuchamos relatos y testimonios desagradables que impactan en la salud mental materna.

Teniendo en cuenta que la protagonista del parto es la mujer, desde 2004 se lleva a cabo la Semana Mundial del Parto Respetado, impulsada por la Asociación Francesa por el Parto Respetado y apoyada por UNICEF, OMS -Organización Mundial de la Salud- y otros organismos y asociaciones internacionales. Se realiza con el fin de visibilizar los modos de atender los partos en el mundo y promover el cumplimiento de los derechos de las personas gestantes y recién nacidos. 

En nuestro país, contamos con un marco legal que avala y protege a las madres y niños por nacer, sin embargo, todavía no se logra su cumplimiento en algunas instituciones: 

- Ley 25.929 "Ley de Parto Humanizado" (2004), en la que se enumeran los derechos de los padres y de la persona recién nacida. 

- Ley 26.485 "Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos que se desarrollen sus relaciones interpersonales" (2009), donde se conceptualizan las modalidades de violencia, incluida la violencia obstétrica. 

- Ley 26.529 "Derechos del Paciente, Historia Clínica y Consentimiento Informado" (2009), en la cual se resalta la autonomía de la voluntad de los usuarios de salud, la importancia de recibir y comprender información, conocer riesgos, ventajas y desventajas de aceptar o rechazar prácticas y procedimientos, y responsabilizarse de la toma de sus decisiones a través del Consentimiento Informado. 

-Ley 21.155 "Ley de protección a la Lactancia materna y su ejercicio" (2019). -Ley 1000 días "Ley Nacional de Atención y Cuidado Integral de la Salud durante el embarazo y Primera Infancia" (2020). 

El lema de la Semana Mundial del Parto Respetado 2021 es "Respeto por las necesidades de la madre y el bebé en cualquier situación". 

Si nos detenemos en esta frase nos preguntamos cuáles son esas necesidades y qué significa respetar en este contexto. 

La mayoría de las mujeres comparten ciertas necesidades con respecto al momento de parir, como recibir información completa y adecuada, sentirse acompañadas por su pareja o por un familiar, poder adoptar diferentes posturas que alivien el dolor de las contracciones, ser atendidas en un ambiente de intimidad y seguridad, contacto precoz piel con piel con su bebé, que el recién nacido reciba la atención en el nivel de complejidad que requiera, etc. 

También habrá otras demandas que el equipo de salud deberá indagar y responder, teniendo en cuenta la situación particular de esa gestante y de ese bebé en ese momento: sus emociones y preocupaciones, sus conocimientos y comprensión del proceso que está transitando, su estado familiar, los prejuicios, creencias, y valores sociales y culturales de la comunidad a la que pertenece, etc. 

Todo esto influirá en la vivencia y recuerdo que guarde del nacimiento de su hijo o hija y los profesionales somos responsables directos. 

La palabra respeto viene del latín "respectus", que significa atención o consideración: atención, para no causar ofensa o perjuicio y consideración, de que algo o alguien es digno y debe ser tolerado. 

Para lograr el respeto de estas demandas, es fundamental la educación sexual integral y reproductiva de la población, y transformar la mirada del equipo de salud sobre los nacimientos. 

Así, escuelas, bibliotecas, centros de salud, hospitales públicos o privados, espacios educativos y recreativos, talleres de preparación para el nacimiento, deben abrirse a la comunidad, para desarrollar saberes que empoderen a las mujeres y a las familias para ser agentes de cambio. 

La educación sexual y reproductiva, incluyendo los derechos que conciernen a ella, debe aportar a la sociedad, desde la infancia y adolescencia, el saber necesario sobre el cuidado del propio cuerpo, para poder tomar decisiones y no aceptar ningún tipo de maltrato, ni físico, ni psicológico, ni emocional. 

Por otro lado, es importante la formación de los nuevos profesionales que intervienen en la atención de los nacimientos y cambiar los antiguos paradigmas por nuevas miradas de tolerancia, trato digno, y respeto por los tiempos fisiológicos del parto. 

Todos debemos capacitarnos constantemente para responder a los requerimientos que se precisen en cada nueva situación. 

Actualmente, hay nuevos modelos de familia y, nuestro desafío y compromiso es empatizar y colaborar para que todas las mujeres y personas gestantes tengan una experiencia positiva junto a sus recién nacidos. 

Además, debemos mejorar estrategias e intervenciones para garantizar que las instituciones sanitarias sigan el modelo de maternidades seguras y centradas en la familia, donde se protejan estos derechos, se promueva la participación familiar y se implementen prácticas respetuosas, seguras y de probada efectividad. 

Cabe destacar que el nacimiento de un hijo o hija es un hecho transcendental en la vida de las personas y un acontecimiento social compartido por la familia, es nuestro deber preocuparnos de la salud mental materna en todo este proceso, protegiendo el estado emocional de las embarazadas y facilitando todas las instancias necesarias para un parto respetuoso.