El nuevo restó en Lunlunta, con casona, olivos y viñedos centenarios

Finca La Toscana tiene como epicentro una casona de fines de 1800 como un espacio mágico.

El nuevo restó en Lunlunta, con casona, olivos y viñedos centenarios

En Lunlunta, Maipú abrió hace muy poco un nuevo restó y espacio de sunset y eventos, que pondera y realza el hermoso paisaje de Lunlunta. Se trata de Finca La Toscana, que como epicentro propone una casona de fines de 1800 como un espacio mágico, rodeada por olivos y vides centenarias, de las que se produce su propio aceite de olivo y vinos.

Se ubica en la calle Franklyn Villanueva al 3005 y se accede por su playa de estacionamiento que da paso a la casona que acaba de ser reciclada, pero poniendo en valor su estructura y arquitectura, lo cual se traduce en un espacio que mantiene toques clásicos y modernos, con una vista inmejorable a los jardines y viñedos.

Está ubicada en la calle Franklyn Villanueva.

La historia del proyecto comienza con el hallazgo de la propiedad, que data de fines de 1800, de la cual se enamoraron los mentores del proyecto al recorrer esa zona icónica del departamento de Maipú.

Lo primero que los inspiró es la enorme casona de época, pero también el potencial de sus jardines y lo que representaban sus viñedos y olivos, no sólo a modo de paisaje, sino también con el potencial de producción.

De ahí nace la materia prima de Azadón, uno de los vinos que se pueden pedir en la carta para acompañar al menú, con una oferta gastronómica basada en carnes y verduras a la parrilla, con la onda de la cocina criolla, según cuenta Federico Cossutta, socio de la flamante propuesta.

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"Nos enamoramos de Lunlunta, lo vimos como un paraje de Pequeña Toscana (por Italia). Allí decidimos encarar el proyecto allí, yo desde mi experiencia en Divina Marga -reconocido lugar de restó y eventos -", cuenta Federico.

Casona, jardines y sunset

La casona que se supo conservar a lo largo del tiempo y que fue puesta en valor para este proyecto, tiene una capacidad para más de 150 personas con espacio cubierto, más unas grandes pérgolas y jardines para otras 200 personas. Esto se suma a la superficie de un estacionamiento amplio, cómodo y de fácil accesibilidad.

Así, uno de los mentores de este sueño hecho realidad, cuenta cómo continuarán con el emprendimiento que ya lleva abierto hace algunas semanas, ahora con la propuesta de sábados y domingos al mediodía con reserva previa.

"La idea es seguir trabajando los mediodías de fines de semana, a modo de restaurante abierto al público y un menú orientado a la parrilla con cocina criolla. Y luego a partir de las siete de la tarde apostaremos a los sunset y por supuesto a eventos privados, sociales y corporativos", señaló.

En cuanto a la experiencia de la visita, sin lugar a dudas es disfrutable desde el salón de la casona, ahora habilitada en su parte central, pero también en sus jardines rodeados de olivos y vides.

En cuanto al menú, comienza con panes caseros para acompañar cremas de verduras y berenjenas asadas; luego entre las entradas se destaca la cazuela humita y el dúo de empanadas y en los principales la parrilla individual y la entraña a la parrilla, entre muchas otras opciones en las que aparecen las pastas caseras. En el postre dos de los más pedidos son el volcán de chocolate con frutillas y las frutillas con crema. También está la opción de menú infantil.

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