Tarta de queso y calabaza: un postre irresistible para consentirte

¿Querés un postre delicioso para merendar o como broche de oro para una comida especial? Probá esta irresistible receta casera que combina la suavidad del queso con la dulzura de la calabaza.

Tarta de queso y calabaza: un postre irresistible para consentirte

Por: Fabiana Rincci

Combinar sabores en la cocina puede producir resultados sorprendentes, y el cheesecake de calabaza es un gran ejemplo de ello. Esta receta extraída de Directo al paladar, combina la riqueza del queso crema con la dulzura y la suave textura de la calabaza para crear un postre que deleitará tu paladar. Si alguna vez has dudado en probar este manjar, te animamos a seguir nuestra receta y encontrar un nuevo favorito en tu repertorio culinario.

Ingredientes (10 personas)

  150 g  Galletas tipo Maná
  60 g  Manteca
  450 g  Queso crema
  120 g  Azúcar moreno
  1/2 cucharadita  Canela molida 
  1/4 cucharadita   Nuez moscada molida
  1/2 cucharadita   Jengibre molido 
  1/4 cucharadita   Clavo molido
  1 buena pizca   Sal 
  3  Huevo L
  250 ml  Puré de calabaza

Preparación (Fácil 1:20hs)

1. Sacar los ingredientes de la nevera 30 minutos antes. 

2. Precalentar el horno a 175ºC y engrasar o forrar un molde de 22 cm. 

3. Triturar las galletas, mezclar con mantequilla derretida y cubrir el fondo del molde. 

4. Batir queso crema hasta suavizar, añadir azúcar moreno, especias y sal, y batir. 

5. Agregar los huevos uno por uno, batiendo después de cada adición. 

6. Incorporar la calabaza y batir un poco más. 

7. Verter la mezcla en el molde y hornear a 175ºC por 30 minutos. 

8. Bajar la temperatura a 160ºC y hornear por otros 20-30 minutos o hasta que el palillo salga limpio. 

9. Dejar enfriar brevemente fuera del horno y desmoldar con cuidado.

Para acompañar

Sé que es difícil no probarlo de inmediato porque el delicioso aroma llena la cocina nada más salir del horno, pero es mejor esperar hasta que el pastel de queso con calabaza se enfríe antes de servirlo. Se puede preparar con horas de antelación y guardar en el frigorífico, aunque hay que asegurarse de que no esté demasiado frío para disfrutarlo. Podemos tomarlo tal cual o combinarlo con nata montada, chocolate derretido o una bola de helado y una bebida o café recién hecho.

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