Así podés aprender a gestionar tus emociones

A veces las emociones toman las riendas de las situación y nos dominan, nos bloquean e impiden que tomemos las decisiones correctas. Así puedes conocerlas y aprender a gestionarlas mejor.

Así podés aprender a gestionar tus emociones

Por: Mendoza Post

Conocer las propias emociones hace que las dominemos y utilicemos en beneficio propio. Pero, con frecuencia, se enseña poco sobre ellas y las vamos conociendo, muchas veces, de forma brusca o poco agradable. ¿Cómo tomar las riendas de la situación y conseguir ser nosotros nuestro propio director de orquesta? 

"A través de un proceso de autoconocimiento vas a detectar tus propias emociones. Luego, utilizando y practicando técnicas y metodologías, podrás aprender a gestionarlas mejor", explica Estanislao Bachrach, doctor en biología molecular, en su libro En el limbo (Grijalbo). "Tienes que transitar este aprendizaje creyendo en ti, queriendo y estando dispuesto a practicar, equivocándote, muy probablemente en el intento", añade.

Creencias, neuroplasticidad, epigenética 

En opinión de Estanislao Bacharach:

  El primer paso para gestionar las emociones es conocerse mejor.  

- Empieza por entender y registrar tus creencias, son clave para comprender tus emociones. Las creencias influyen en la forma de interpretar lo que nos sucede, y junto con otros factores determinan como nos sentimos frente a diferentes circunstancias.

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- Utiliza la neuroplasticidad. Se ha demostrado que, además de lo que llevas en tu herencia genética, tu contexto y cultura, la forma de pensar y sentir también produce cambios estructurales en el cerebro. Para reconducir tu neuroplasticidad es necesario: focalizar los pensamientos en el cambio (a través de la meditación, por ejemplo), cierto sentido de urgencia (que se liberen neurotransmisores en proporción adecuada al cambio), y dormir/descansar (que es cuando el cerebro se resetea).

- La importancia de la epigenética. "Tus emociones pueden activar secuencias genéticas, pues el contexto exterior que te rodea provoca que envíes señales químicas a tus genes, para que se enciendan o apaguen a través de las emociones que vives".

Las emociones más deseadas

Gratitud, confianza, poder de decisión y autoestima, son para Estanislao Bacharach, las emociones que a muchas personas les gustaría sentir con más frecuencia. Sus recomendaciones para potenciarlas:

- Para sentir más gratitud: focalízate en que haya más momentos para sentirla, pensar cada mañana en cosas por las que te sientes agradecido, dar las gracias con frecuencia a las personas que cruzan en tu vida.

- Para practicar la confianza, es muy eficaz visualizarse a sí mismo tras haber conseguido el propósito que persigues y pensar en cómo te sientes.

- Si quieres ser más decidido, te ayuda seguir la regla de empezar a hacer algo al respecto en los cinco segundo siguientes a haber tenido una idea, elaborar una lista de cosas que sueles posponer o procastinar, y empezar a llevarlas a cabo poco a poco.

Es importante analizar la forma de comunicarse con uno mismo. 

- Para construir tu autoestima es bueno hacer una lista de los logros conseguidos cada día, además: vivir conscientemente, aceptarse, vivir con un propósito, emplear la afirmación comunicándote de forma asertiva contigo mismo.

Cómo dehacerse de las emociones que pesan 

Ciertas emociones forma parte de lo que Estanislao Bacharach llama la mochila emocional, que en ocasiones supone una pesada carga formada por ideas preconcebidas, patrones o estereotipos sobre nosotros mismos que no nos benefician. Para empezar a soltarla, recomienda:

- Se consciente de ellas, reconoce las emociones que no te gustan pero que forman parte de ti.

- Analiza su por qué, muchas veces lo importante no es la emoción en sí misma sino lo que la originó.

- Distánciate. Observa las emociones que consideres negativas sin apego.

- Etiqueta las emociones. La idea que pasó por tu cabeza en un momento determinado no forma parte de ti. Así será algo de lo que puedes despegarte con más facilidad.

- Intenta no darle tantas vueltas al mismo pensamiento. Los psicólogos hablan de ideas rumiantes, que ocupan los pensamientos una y otra vez.

- Cuando una emoción está demasiado presente es una emoción memorizada. Pero el deseo de cambiarla y el entrenamiento mental (como la meditación) pueden ayudar a cambiarla. La neuroplasticidad nos demuestra lo abierto a los cambios que está el cerebro.

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