Este es el motivo por el que no adelgazas aunque te cuides

Si te estás alimentando a base de alimentos saludables y no ves los resultados esperados puede que esta sea la razón.

Este es el motivo por el que no adelgazas aunque te cuides

Por: Mendoza Post

Si estás enfocando en ponerte en forma y eliminar algunos kilos de más pero pese a estar siguiendo un riguroso procedimiento e ingiriendo alimentos saludables no logras adelgazar puede haber un motivo de fondo que debas conocer. Por eso hoy vamos a plantear uno de los grandes mitos del mundo de la nutrición que es la importancia de la cantidad de alimentos ingeridos.

En este sentido, la cantidad de los alimentos que ingerimos sí que importa, sean o no saludables. Se trata del metabolismo basal y cómo obtiene el organismo la energía.

La importancia del metabolismo

Es sabido que la moneda de cambio de nuestro metabolismo es la energía que se obtiene de los alimentos a través del proceso digestivo. El coste que pagamos por el simple hecho de vivir, es decir, por realizar todas las funciones vitales (respirar, digerir, el latido del corazón, etc.) y otras acciones fisiológicas que lleva a cabo nuestro organismo (regeneración celular, regulación hormonal, etc.) es energético y se denomina metabolismo basal.

Para adelgazar es importante tener en cuenta la cantidad de alimentos ingeridos.

Esa energía proviene de los alimentos. Esto quiere decir que, en cualquier caso, para poder determinar la energía que necesitamos, es preciso conocer la cantidad de todos los alimentos ingeridos.

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Por ejemplo, si nuestro objetivo es la pérdida de grasa, deberemos calcular nuestro gasto energético enfocado a ello, con el déficit que corresponda y traducirlo en alimentos. Pero, ¿qué es ese gasto energético total? Es el total de energía que necesitamos para estar vivos simplemente en reposo (metabolismo basal), sumándole la energía que necesitamos en función de nuestra actividad diaria y/o ejercicio físico con el déficit necesario para conseguir esa pérdida de grasa.

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Especialistas brindan el ejemplo de una mujer cuyo metabolismo basal correspondiente son 1.700 kcal. Atendiendo a su actividad diaria, estiman que su gasto energético total es de 2.300 kcal, pero como quiere perder grasa se le ajustan a unas 2.000 kcal diarias para obtener un ligero déficit. El siguiente paso será traducir esas 2.000 kcal en alimentos y aquí es donde entra en juego la adecuada selección. Los alimentos nos aportan energía a través de las grasas y los hidratos de carbono y, en menor medida, de las proteínas que también poseen una función estructural. Estos macronutrientes son la principal fuente de gasolina de nuestro organismo.

 Para determinar la energía que necesitamos, es preciso conocer la cantidad de todos los alimentos ingeridos.

Por otro lado, los alimentos nos proporcionan micronutrientes que no aportan energía, como son las vitaminas y los minerales, los cuales intervienen en diversas funciones fisiológicas en nuestro organismo: metabolismo de macronutrientes, regulación hormonal, síntesis de otras vitaminas, etc.

Vale mencionar que algunos de ellos son una importante fuente de fibra, tan imprescindible en el control de la saciedad y en la regulación del tránsito intestinal. Por lo tanto, no es lo mismo configurar un plan de alimentación con alimentos de bajo valor nutricional, ya que nos dejará importantes carencias nutricionales además de desequilibrar los sistemas de saciedad, que hacerlo seleccionando alimentos de gran interés y calidad nutricional.

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La conclusión es que a nivel energético siempre han de tenerse en cuenta las kilocalorías de todos los alimentos que consumimos, tanto los sanos como los que no lo son. Sin embargo, es preciso remarcar que además de dichas kilocalorías, es vital una adecuada selección de alimentos a la hora de traducir esa energía adecuada a las necesidades de cada uno. Es determinante para nuestra salud optar siempre por fuentes nutritivas y saludables, frente a aquellas que no lo son, cuyo consumo tendrá cabida de forma más ocasional.


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