El fundador de Leocut:  "Me volví un empresario sin saberlo ni pensarlo"

En una entrevista a Leonardo Fernández, nos cuenta como llegó a ser empresario, su proyecto en Chile y las tendencias 2023.

El fundador de Leocut: "Me volví un empresario sin saberlo ni pensarlo"

Conocidísimo públicamente como Leo Cut, este nunca fue su nombre ni su apodo, sino la marca que fundó con su primera peluquería, marca que luego vendió para seguir su camino.

Dejó el nombre que le había dado una fama inusitada con las féminas mendocinas y volvió a ser Leonardo Fernández, el ex y original Leo Cut, el hombre que de muy joven empezó en una peluquería familiar de un garaje de Maipú y se convirtió con los años en uno de los estilistas más destacados.

El salto fue épico, pero no espontáneo. En el medio, con madera, pasión y dedicación para el oficio, se preparó seis años, trabajó en las peluquerías de uno de los estilistas más famosos del país y hace 19 años se largó solo a construir una trayectoria que hoy lo precede.

El matrimonio, la crisis y la pandemia lo pusieron en los últimos dos años en Chile. No pudo con su genio y abrió, también allá, una peluquería: Piso 16 se llama, porque justamente está en el piso 16 de un edificio de la playera y mendocinísima Reñaca.

Como el pago es el pago, en Mendoza sigue teniendo Chic, su peluquería de calles Sargento Cabral y Olascoaga, mientras va y viene de un lado a otro de la cordillera, como antaño iba y venía del Centro a Maipú.

En tu oficio, ¿arrancaste como empresario desde el comienzo o eras solo el peluquero?

Empecé en el garaje de mi casa, en Maipú, haciendo de todo, asistiendo, sirviendo el café y barriendo pelo, con una mamá y una hermana a las que de vez en cuando peinaba. Empecé de cero, poniéndole mucha onda.Después trabajé en Roberto Giordano y ahí empezó como, mi carrera, fue donde más formación tuve, y de repente, de un día para el otro, se me ocurrió montar, lo que luego fue Leocut Hair Disagne, en la calle Minuzzi, frente al club Andes Talleres.Eso fue en 2004, y desde allí me volví un empresario sin saberlo, sin pensarlo, y empresario porque ya a los tres meses de abrir empecé a desarrollar una marca, a crecer, necesitando más colaboradores. Capacitaba, atendía, decoraba, hacía todo lo que se podía con un concepto nuevo en lo que era peluquería y por eso nos fue tan bien en lo que es Leocut.

¿Cómo te pudiste hacer un nombre, una marca tan conocida en Mendoza?

Fueron muchas estrategias las que llevé a cabo. Leocut se volvió una marca muy conocida porque contaba con un excelente administrador, que fue Alejandro Crocet y porque hicimos muchas campañas de marketing. Siempre aposté mucho por los diseñadores, por el marketing, por las redes sociales, con muchas estrategias, agregando capacitación, trabajando con el equipo interno, con mis colaboradores, haciéndolo con humanidad, estando cerca.

Así pudimos ir creciendo rápido como empresa y con un concepto de una estética muy particular, muy mía, muy acuario, cumplí años el 8 de febrero.Y ahora que tengo este nuevo emprendimiento en Chile, hablo de Piso 16, creo que ha sido mi máxima expresión de lo que soy, un ser de aire, por eso ahora tengo la peluquería en las alturas, en un piso 16.

¿Que ayudaría en nuestro país a emprendedores que empezaron como vos a que puedan crecer más?

Para el empresario, y esto lo sabemos todos, nuestro peor enemigo es cuando tus colaboradores dejan de verte como alguien que los está tomando de la mano y generando una acción de desarrollo, de emprendimiento. Hoy en día, debe haber unas 45 peluquerías en Mendoza que se pudieron abrir gracias a chicos y colaboradores que yo preparé en lo que es Leocut.

Entonces, me preguntás: ¿qué necesitamos como empresarios? Un capital, menos impuestos, más posibilidades de crecer, por ahí un poco más de reglas que permitan que el empresario pueda crecer ordenadamente y no ser boicoteado todo el tiempo desde adentro y desde afuera.

Después de hacerte una fama envidiable en Mendoza te fuiste a vivir a Chile ¿Razones personales o la crisis te empujó?

Creo que somos nosotros mismos los que nos movilizamos de un lado al otro, queriendo buscar, cambiar, acompañar o seguir.

En mi caso, hubo un poco de razones personales, siguiendo el amor, siguiendo a quien es mi esposo, pero también fue para seguir desarrollando la empresa, y otro poco la crisis. Han sido muchos los motivos, y la verdad, que cuando estaba yendo y viniendo semana a semana de Chile a Mendoza, se presentó la pandemia y con el cierre de la frontera, elegí quedarme en Chile.

¿Cómo es tener un emprendimiento en Chile? ¿Difícil? ¿Simple? ¿Se pagan muchos impuestos? ¿Te costó abrir? ¿Se gana mejor?

Es como tener uno en cualquier parte del planeta. Hay que tener ganas, cabeza y una predisposición total. ¿Si es difícil o simple? En comparación con Argentina es mucho más fácil porque en Chile hay una valoración hacia la empresa, hacia el desarrollo y no te lo complican tanto como está pasando en nuestro país hace años.

De todos modos, te diría que, en Chile, en estos tiempos las cosas tampoco son como a comienzos de 2020, que si llegabas aquí con una iniciativa no pagabas tantos impuestos, pero hora han salido nuevas leyes, el nuevo gobierno ha impulsado toda una campaña de impuestos hacia las empresas y servicios que antes estaban libres de esto.

Pero aun así, con esta nueva situación, igual hoy por hoy elegiría seguir con mi negocio aquí, en Chile, abriría más negocios y haría que creciera la empresa porque uno se siente más apoyado acá, desde la parte económica y bancaria, aquí sentís que nada es imposible.

Y respecto a la rentabilidad, al vil metal, en Chile se gana más porque la inflación no es tan alta, la relación con el dólar es otra y los precios son otros, entonces entrando al sistema económico, que es caro, una vez que entraste, sí, se gana mejor que en Argentina.

Como empresario y como persona qué diferencias encontrás entre tu estadía en Chile y aquí. ¿Qué extrañas de Mendoza y que valoras de Chile?

Es compleja la pregunta. Se extrañan muchas cosas del país. Yo siento orgullo de ser argentino, me encanta Mendoza, amo Mendoza, de hecho, siempre aposté a la provincia.

Lo que más extraño de Argentina son las personas. Los que me conocen saben cómo soy yo con respecto a las emociones y se extraña eso, los amigos, la familia, el asado de los domingos, la invitación casual, o un lunes, martes, miércoles o jueves en la Arístides.

Se extraña la humanidad, porque lo más lindo que tenemos los argentinos es que tenemos emociones, tenemos pasión, y eso aquí, donde estoy ahora, cuesta un poquito más encontrarlo.

Pero en Chile me ha ido muy bien, porque tengo un entorno fantástico, porque mi pareja es un amor, es chileno y me ha abierto mil puertas en el ambiente local, donde me siento muy querido. La gente acá, ha sido muy grata conmigo y por ese mismo motivo no me vuelvo.

Trato de visitar cada vez que puedo Mendoza, pero estoy apostando y apoyando mi propuesta y tratando de crecer aquí en Chile. Y lo más valorable de este país es que te sentís estable económicamente, es como que no estás todo el tiempo en un balancín sin saber que va a pasar.

¿Qué mirada tenés como empresario de la situación de Mendoza?

Visitando Mendoza año a año, desde que pasó la pandemia, te puedo decir que tenemos una ciudad hermosa, que la veo activa, me encanta como está, todas las propuestas que tenemos, como todos nos esforzamos un montón.

Creo que nos ayudaría tener políticas estratégicas, menos impuestos y más acompañamiento al que inicia el proyecto para que todos los puestos de trabajo que se generan no se coman a la persona que generó la idea.

Hubo un boom reciente con las barberías o peluquerías para hombres en Mendoza ¿Es un rubro que puede crecer más y destacarse?

Mirá, las barberías siempre han estado, lo que se puso de moda es que los hombres tenemos que estar más masculinos, entonces la barba empezó a ser más usada y no verse tan sucia y tan mal, por lo que dentro de las peluquerías el rubro se fue desarrollando y así consiguiendo que la barba sea un máximo exponente de estética en el rostro del hombre.

Yo te lo puedo decir, que siendo peluquero soy pelado y siempre he usado barba y la barba he tenido que trabajarla. Por lo que es genial como el rubro de la barbería ha crecido, pero sigue siendo una peluquería, no es algo que sea distinto a lo que ya hubo siempre, lo bueno es que se empezó a tratar bien la barba.  

¿Cuál es la tendencia que se viene con el pelo este año?

Tendencia..., tendencia debería ir acompañada de las palabras versátil y divergente. Creo que en los tiempos que corren la moda, en general, está haciendo una apuesta súper revisionista.

De repente tenemos sueños de una noche de verano con cabellos húmedos, pegados; o trenzas..., renacentismo. Mi tendencia, lo que yo propongo para este verano es, naturaleza al máximo en el cabello, tratar de conservar los tonos bases naturales e iluminar muy sutilmente.

Estoy apostando mucho a que las personas que tienen el cabello largo le saquen el mayor potencial y lo conserven largo y los intermedios indecisos se pasen a cabellos más cortos, más práctico, con más movimiento y volumen, pero apoyando lo natural que tiene el cabello, tratando de no castigarlo tanto, de ser más amistoso con el medio y aceptando la diversidad del cabello.

¿Cuánto de importancia le dan al pelo las mujeres y los varones? ¿Los limita lo económico para ir más seguido a la peluquería?

Mirá, yo ya llevo 25 años de profesión y te puedo decir que nunca se ha perdido la importancia en el cabello. De hecho, hay que recordar la crisis que hubo en Mendoza cuando cerraron toda la ciudad por la pandemia y los peluqueros pusimos el grito en el cielo, y la gente ni te cuento.

La peluquería es un lugar de encuentro, donde se genera comunidad con los clientes y, además, implica que por un costo similar a lo que te sale un lomo, una pizza o una cerveza, podés llegar a estar un mes sintiéndote bien, más joven y arreglado.

Volviendo al principio de la pregunta, sí, las mujeres le dan mucha importancia al cabello, y los hombres cada vez más a tener un aspecto saludable, eso implica un aspecto cuidado, y ese cuidado, nosotros, los peluqueros, los estilistas, somos parte del proceso, así que es un hábito cultural, y en Mendoza ni te cuento, las mujeres más lindas, los hombres más preocupados, y eso me encanta.