Mujeres que nos salvan: Graciela y Norma enderezan el camino de los chicos que se perdieron

Trabajan con jóvenes que delinquieron y con sus familias. Aseguran que la droga está haciendo estragos.

Mujeres que nos salvan: Graciela y Norma enderezan el camino de los chicos que se perdieron

Por:Ana Montes de Oca
Periodista

Graciela Ramón hace un trabajo enorme: se dedica al seguimiento de adolescentes que han cometido algún delito menor y trata de enderezarles el camino, de mostrarles que no es por ahí, aun cuando esos chicos ven en la realidad un mundo en el que el corrupto es exitoso y el laburante no.

Norma Arenas hace otro trabajo enorme: ayuda a las mamás de esos chicos a que puedan contar su propia historia y frustraciones y que vean cómo influyen en el camino equivocado de sus hijos. Las ayuda a ellas para que puedan seguir, más tarde, apuntalando a los chicos en el camino que Graciela les marcó.

Graciela y Norma están construyendo un futuro más seguro para todos atacando de raíz el problema de la delincuencia que ni es la pobreza ni es la vagancia.

En esta nota nos cuentan cuál es el verdadero problema.

- Hay mucho prejuicio y hasta desprecio sobre la pobreza y los chicos pobres que terminan delinquiendo no por pobres sino porque tienen un montón de carencias que no son sólo económicas. ¿Cuál es para ustedes la peor de esas carencias?

- Norma: Nosotros hemos comprobado que estos niños vienen de hogares de gente trabajadora que tiene carencias de sueños y de esperanzas. Y están acechados por un peligro que no saben cómo afrontar que son las drogas, las familias de generaciones de gente trabajadora no conoce estos peligros.

- Graciela: la exclusión de la gente pobre es otro de los problemas, vos ves que quedan como encerrados en un ghetto, socializan entre ellos, se casan entre ellos, entonces no tienen la posibilidad de tener otras esperanzas u otras metas.

- Norma: Los chicos que tenemos ahora son hijos de ajeras, ellos no tienen ni idea del mundo de posibilidades que hay ahora, de nuevos trabajos o nuevas formas de hacer plata. Graciela hizo algo maravilloso que fue llevarlos a la Feria Educativa y eso les abrió muchísimo la visión, descubrieron que ese horizonte que es el barrio, el ghetto, se puede traspasar.

- Dicen que los chicos vienen de familias trabajadoras, pero la creencia popular es que son hijos de padres vagos y madres planeras, ¿cómo son estos padres?

- G: ¡No, para nada! Nada más lejos de la realidad. Son mujeres muy trabajadoras y cumplidoras, muchas fueron maltratadas, han tenido embarazos adolescentes, nosotros trabajamos con padres muy jóvenes, de 30 años.

- ¿Qué piensan ustedes que dirían esas mujeres cuando les hablan de ser irresponsables, porque ahora hay un montón de métodos anticonceptivos e información de sobra?

- N: Muchas de nuestras madres no saben leer ni escribir, no tenían ni idea.

- G: Las pibas ahora sí tienen más información, pero igual no las tratan bien cuando van a pedir anticonceptivos a los centros de salud. Yo los acompaño y eso de que dan gratis es mentira, porque yo los pido y me dan dos preservativos para cada chico, adolescentes, dos preservativos por mes. Y hay algunos centros de salud, en las zonas rurales donde yo trabajo, que hay carteles que dicen que los chicos menores de edad tienen que ir acompañados por sus padres. Aunque la ley diga lo contrario. Y los chicos no quieren ir con su mamá a pedir preservativos.

- Si tuvieran que diseñar tres políticas para paliar la situación de estas familias, ¿qué plantearían?

- N: Primero que nada la escuela debe volver a cumplir su rol. Vos lo metés hoy al chico en el sistema educactivo y en algo se salva, por lo menos no está en la calle solo, pero por otro lado hay un sistema muy desgastado y con figuras muy desgastadas. Es necesario rearmar políticas culturales que tiendan más a lo social, a trabajar con la empatía, que con la tecnología está dejando de existir. Se necesitan más clubes porque los chicos de las zonas rurales no tienen clubes adonde ir.

- G: Ahora llega el verano y no tienen piletas, ¿qué hacen? Terminan bañándose en los canales y arriesgan su vida. Además. Las colonias de verano son solamente hasta los 12 años, en cualquier municipio. ¿Qué hacen los adolescentes? No tienen nada.

- N: la falta de lectura en las escuelas es un problema gravísimo. No sólo porque las palabras son importantísimas en la construcción de la subjetividad, sino porque sirven para construir los sueños, los adolescentes ya no tienen sueños. Hay un proverbio africano que dice "hace falta un pueblo entero para educar a un niño", y eso es algo que tenemos que entender, todos tenemos que ayudar.

- G: Justamente, yo trabajaba con un chico al que una vez le pregunté qué querría ser de grande y me dijo "político o transa". Claro, cuando le pregunté porqué me contó que el transa de su barrio tenía una mega camioneta, una casa de dos plantas, de todo, A dos cuadras estaba el puntero y también, una camioneta, una linda casa, la municipalidad le traía los ladrillos, el tipo no laburaba... El pibe veía eso desde su casita humilde y las únicas imágenes que tenía eran ver a su papá todo el día culo pa arriba plantando cebollas o estos dos que los tenían como los héroes del barrio.

- ¿Cómo se les enseña (en el sentido de mostrar, no de educar) a esos chicos un buen ejemplo?

- G: Es muy difícil trabajar cuando existe una realidad tan trastocada con los valores tan desvirtuados.

- N: Es necesario salir del círculo que se ve como interminable. Estas familias tienen historias similares generación tras generación, entonces los chicos de ahora no la quieren repetir pero tampoco saben cómo hacer, hay que cortar ese ciclo y al mismo tiempo encaminarlo.

- ¿Cómo se corta ese ciclo?

- N: Con la palabra. La palabra es sanadora. Nuestro taller se llama "Desatando Voces con Historia", y las herramientas que brinda poder hablar de igual a igual con otros son inmensas. Las palabras nos dan la reflexión que se necesita para analizar los procesos de vida. No se puede pensar sin palabras. Por eso es necesario que la escuela vuelva a la lectura y deje las fotocopias.

- G: Nosotras trabajamos con lo que pensamos que es el principio del problema en los chicos que es, justamente, la historia de sus padres y abuelos.

- N: Te cuento una anécdota. Uno de los chicos parece que la psicóloga le había dicho que tenía un umbral de frustración muy bajo, entonces un día este chico dice que va a leer todas sus frustraciones y yo pensé ¿Qué frustraciones puede tener este chico de 16 años? Y tenía una lista larguísima...

- G: Bueno, nosotros notamos que las madres nunca se dan tiempo para ellas, y tienen una visión de la vida muy frustrada también, se la pasan trabajando, no salen de la casa, son maltratadas. Entonces ellas también transmiten esas frustraciones a los chicos, por eso también trabajamos con ellas.

- ¿La política ayuda para evitar que los chicos caigan en la delincuencia?

G: Yo me frustro cada vez que llego a la Comisaría del Menor y me encuentro con estos chicos. Entiendo que no hay políticas dirigidas a estos chicos y mucho menos que se ocupen realmente de sacar las drogas de la calle. Ningún gobierno lo hace. Con eso están pagando la política, por eso yo no sé si a estos chicos los vamos a poder salvar, me da miedo lo que va a pasar en un futuro, porque la mayoría de los chicos ya vienen con adicciones desde los catorce o trece años, no tenemos tratamientos ni adónde tratarlos tampoco. Y las madres se quedan atónitas cuando les hablás de la droga porque no lo conocen, no saben lo que les está pasando a sus hijos.

- N: En la zona de los boliches de Chacras por ejemplo se mueven diez mil personas cada fin de semana, y hay dos patrulleros. Debería haber muchísimo más para controlar y prevenir. Ahí es adonde vos decís "qué solos que estamos".

- G: Tampoco nadie hace convenios con las empresas para darles trabajo a estos chicos. Es necesario que se hagan convenios para que los chicos de 15 o 16 puedan empezar a trabajar en algo que no sea la cosecha y la misma historia de toda su familia porque se los termina chupando la droga que los usa de mulitas y les pagan por sentarse en una esquina. Los van a buscar en la época de la poda o la cosecha que es cuando los chicos tienen platita y después los reclutan. Yo recuerdo que el gobernador en campaña dijo que iba a ir a las guaridas de los narcos y yo que trabajo desde hace años en los barrios, sé perfectamente en qué casa se vende droga y me he cansado de denunciar y no viene nadie. Dejemos de lado la hipocresía y aceptemos que estamos matando a una generación y nadie se hace cargo. Estos pibes están siendo víctimas del abuso de todos los políticos que tenemos de turno. Sea el gobierno que sea.