El consumo en supermercados creció en marzo por tercer mes consecutivo, con un aumento del 3% respecto al mismo mes del año anterior, según los datos difundidos por el Indec este jueves.
Además del crecimiento interanual, marzo también mostró una suba mensual del 1,8% en comparación con febrero. De esta forma, se consolida una racha positiva que arrancó el año con un alza de 4,2% interanual en enero y de 1,4% en febrero.
En el acumulado del primer trimestre de 2025, las ventas en supermercados han crecido un 2,9% frente al mismo período de 2024.
En contraste, los autoservicios mayoristas siguen sin mostrar una mejora sostenida en términos interanuales. Si bien en marzo subieron un 3,4% respecto a febrero, aún presentan una caída del 4% en la comparación con marzo de 2024.
Los autoservicios mayoristas aún muestran caídas interanuales.
Esta caída anual viene achicándose: en enero había sido del 10,5% y en febrero del 9,1%. Aun así, el acumulado enero-marzo sigue siendo negativo, con una baja del 7,8% frente al mismo lapso del año anterior.
El Indec también publicó los datos sobre centros de compras (shoppings), donde las ventas totales a precios constantes en marzo de 2025 alcanzaron los $6.878,8 millones, lo que significó un aumento del 26,8% interanual. En valores corrientes, las ventas sumaron $534.892,6 millones, con una suba del 86,7% frente a marzo de 2024.
Estos números muestran que, aunque de forma desigual, el consumo empieza a mostrar signos de recuperación, al menos en los supermercados y centros comerciales. En cambio, los mayoristas todavía no logran revertir la caída que arrastran desde el año pasado.
La disponibilidad de agua en la cuenca está por debajo del 50% de un año normal. Se anticipa un escenario crítico para productores y usuarios urbanos. Se endurecen los turnos de riego.
Tras el repunte del primer semestre, el consumo masivo volvió a desacelerarse en la segunda mitad del año. Los hogares compraron menos, redujeron las visitas a los puntos de venta y ajustaron sus canastas ante la presión sobre los ingresos.
La decisión del Gobierno de quitar la obligatoriedad del Certificado de Ingreso de Uva (CIU) abrió un fuerte conflicto en la vitivinicultura: mientras la Nación habla de desregulación y eficiencia, productores y la Provincia discuten trazabilidad, controles y el futuro de una actividad clave.
Con la tenencia no solo se recuperó un predio que había quedado sin destino, sino que permite proyectar un desarrollo habitacional estratégico en el corazón del Gran Mendoza.