Según los datos de agosto de 2025, se perdieron en total 13.100 puestos registrados, de los cuales 10.600 correspondieron al sector privado y 1.700 al sector público.
Empleo privado: la caída golpea con fuerza
Un reciente estudio del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) revela una crisis laboral severa en Argentina: la reducción de empleo formal asalariado ha sido sostenida desde mayo, con un impacto muy desigual entre el sector privado y el público.
Según los datos de agosto de 2025, se perdieron en total 13.100 puestos registrados, de los cuales 10.600 correspondieron al sector privado y 1.700 al sector público. Este desequilibrio evidencia que el mercado laboral privado está siendo el más castigado, mientras que la actividad estatal registra un ajuste mucho más moderado.
Perspectiva general del mercado laboral
El reporte subraya que la caída del empleo formal asalariado también profundiza una tendencia de pérdida constante que se mantiene desde fines de 2023. A su vez, la cantidad total de asalariados registrados bajó unos 224.000 puestos (-2,2 %), respecto a noviembre de 2023.
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El deterioro no se limita al empleo: el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) también sufrió un retroceso dramático en su poder adquisitivo. Entre noviembre de 2023 y octubre de 2025 acumuló una pérdida real del 35 %. Para octubre de 2025, el SMVM está por debajo del nivel de 2001 y equivale sólo al 36 % del máximo histórico registrado en septiembre de 2011.
Impacto diferencial: por qué el sector privado resiente más
La brecha entre sector privado y público responde a varios factores: en un contexto recesivo, las empresas reducen personal con mayor rapidez para ajustar costos, mientras que el sector estatal, por su estructura, tiende a moderar los recortes. Además, el empleo en casas particulares -un segmento históricamente vulnerable- fue el único que se mantuvo relativamente estable en el último período.
Este cuadro confirma una tendencia generalizada: el empleo formal no logra recuperarse, y los salarios reales siguen perdiendo terreno frente a la inflación, lo que deja a los asalariados registrados en una posición cada vez más frágil.



