Hoy en Memo: "Banco mucho a Suarez, pero yo hubiese ido más al hueso"

El diputado nacional blanqueó sus ganas de volver a pelear por la gobernación en 2023 "bajo un plan, no detrás de las estructuras políticas retorcidas". Contó que trabajará junto a universidades en un plan para la pospandemia y planteó una revolución educativa. Entrevista a fondo con el diputado nacional.

Hoy en Memo: "Banco mucho a Suarez, pero yo hubiese ido más al hueso"

Por:Santiago Montiveros
Director periodístico

 "Creo que puedo aportarle a Mendoza, desde la pasión y las ganas, quiero gobernar Mendoza". A un año de la última elección, el diputado nacional Omar De Marchi admitió sus ganas de ir nuevamente por la gobernación en 2023, aunque prioriza más el armado de un gran frente por fuera de "las estructuras políticas retorcidas y bajo un plan".

En primer lugar, De Marchi consideró que las consecuencias económicas de la pandemia de covid-19 probablemente afecten la mayor parte -o toda- la gestión de Rodolfo Suarez y, en ese contexto, adelantó que comenzará a elaborar junto a alguna universidad un plan estratégico para la Mendoza de la pospandemia.

"El 11 de diciembre de 2023 me gustaría llegar con más de 20 leyes que nos guíen hacia la Mendoza de los próximos 10 años", dijo, ante un escenario hipotético. Y, entre los temas más importantes, remarcó la educación: valoró el proyecto de José Thomas, pero sugirió que es necesario una reforma más profunda.

"Banco mucho a Rody, por quien tengo un afecto personal sincero (...) Valoro su esfuerzo y prudencia con el Gobierno nacional", fueron algunos de los elogios del presidente del PRO en Mendoza hacia el gobernador Suarez, pero agregó: "Quizás yo hubiera trabajado en una planificación más ejecutiva, ir al hueso con las cosas en busca de resultados rápidos".

Desde José Luis Ramón hasta su análisis de la presidencia de Mauricio Macri, sobre la que dijo: "Por cada error, hubo 10 aciertos". Repasá la entrevista completa, en texto y video, con Omar De Marchi.

-¿Cómo ves el fenómeno Ramón?

-Más allá de Ramón, hablo de aquellos que ingresan por una puerta y terminan entrando a la cancha por otra. Se visten de opositores en los momentos electorales y luego terminan siendo funcionales al gobierno. Eso no tiene que suceder. Se puede acompañar algunos proyectos, pero hay temas centrales como la reforma judicial, que intenta capturar a la Justicia, en los que no se puede tranzar. Hay grupos que terminan siendo funcionales, lo mismo pasó con (Roberto) Lavagna: entró al vestuario con la camiseta de Boca y salió con la de River: su hijo en el Indec, el segundo de Cancillería también pertenece a Lavagna. Espero que Ramón reflexione porque vienen sesiones muy calientes en las que cada voto cuenta y tendrá la posibilidad de honrar su palabra con la gente que lo votó.

-¿Creés que el Mendoexit puede ocupar el lugar de tercera fuerza que podría dejar vacío Protectora?

-Yo respeto a aquellos que empiezan a jugar. No sé si electoralmente podrán representar postulados concretos, para que no sea una aventura política de las tantas que hemos visto. Si lo arman bien, pueden representar un segmento importante de la sociedad. Ojalá.

-¿No pensás que podría perjudicar a Cambia Mendoza electoralmente?

-Hay dos momentos: uno en 2021 y otro en 2023. En 2021, suele votarse de manera más relajada, porque no se vota al que conduce los destinos ejecutivos. Tal es así que las terceras fuerzas han surgido en elecciones de medio término, como Protectora. Después, si se conforman como opositores, hay que intentar articular una mayoría compacta para 2023, porque si no al país le va a ir peor. Allí hay que sumar todos los esfuerzos opositores para recuperar las reglas del juego en Argentina.

-¿Macri tiene que ser el conductor de esa gran fuerza opositora?

-Los tiempos son volátiles en Argentina. Una foto de hoy quizás sea color sepia en dos semanas. Macri es un expresidente que intentó llevar a Argentina a un lugar de normalidad. El camino era tormentoso, porque necesitamos salir del populismo que nos abraza, con esfuerzos importantes que implican salir de la política del subsidio permanente. Ese camino era complejo y de repente apareció alguien que dijo que te iba a llenar la heladera y la mitad de Argentina fue corriendo a votarlo. Sé que en las mediciones Macri aparece mal, pero también está Rodríguez Larreta, que aparece hoy como una de las personas con mejor imagen en Argentina. Y también está Alfredo Cornejo, como un emergente de este tiempo. Lo importante es que más allá del líder opositor, la Argentina recupere el camino de la normalidad. Este gobierno, salvo que tenga un ataque de sensatez, no lo tiene.

-¿Qué te dice Macri en la intimidad sobre lo que fue su gobierno?

-Mauricio fue un presidente que quiso espontáneamente y de buena fe producir un cambio en Argentina y que reconoce un montón de errores, pero esos errores tuvieron más que ver con lo político que con la cuestión técnica y económica. Mauricio se lamenta en no haber armado una base política más amplia, con los Pichetto, por ejemplo, y otros peronistas que no tienen nada que ver con el kirchnerismo. Habría que haberlos convocado antes.

-También hubo errores técnicos, en el manejo de lo económico, por ejemplo.

-El problema eterno es que se gasta más de lo que se recauda. Macri recibió el país con un déficit del 5% del PBI y lo entregó con un déficit de 0,5% del PBI. Este era un año importante para seguir profundizando esto hasta que haya superávit primario. Lamentablemente hubo errores, pero yo no me flagelo. Hubo errores, pero estoy convencido de que por cada error, hubo 10 aciertos. Empezamos a caminar el camino de la normalidad, nos amigamos con los países que progresan y se desarrollan, y hoy volvimos a bancar a Cuba y Venezuela. Se está perdiendo el esfuerzo de los últimos cuatro años en ese sentido.

-Volviendo al frente opositor, ¿en qué lugar te ves?

-Creo que puedo aportarle a Mendoza, desde la pasión y las ganas, quiero gobernar Mendoza. El año pasado lo intentamos en contra de toda la estructura política, y logramos ser una alternativa. Eso lo vamos a seguir construyendo. Mendoza tiene que ser una provincia ejemplar a nivel nacional, tenemos todo lo necesario.

-¿Vas a volver a intentarlo en 2023?

-Insisto, los escenarios son muy cambiantes y lo que uno diga hoy, quizás en una semana es viejo. Pero estamos trabajando para articular un gran plan de desarrollo para Mendoza, un plan estratégico profundo como nunca se ha hecho en Mendoza. El problema es que muchos llegan al gobierno para aprender, y cuando terminan de hacerlo, se les acaba el mandato, eso pasa en Argentina. Me gustaría llegar con un paquete de leyes en la mano. El 11 de diciembre de 2023 me gustaría llegar con más de 20 leyes que nos guíen hacia la Mendoza de los próximos 10 años.

-Muchos intendentes, que no tienen reelección, van a querer ser candidatos a gobernador también, y se puede sumar Cornejo. ¿Es un escenario más complicado que en 2019?

-Yo en esto soy muy razonable. Mendoza merece un plan de desarrollo y yo estoy comprometido, ahora tratando de cumplir mis tareas en el Congreso con mucha coherencia. Aparte, estoy muy comprometido con el desarrollo de un plan estratégico para Mendoza. De aquí a fin de año estamos seleccionando un staff de alguna universidad o instituto especializado para poder trabajar durante dos años en el desarrollo de un plan para Mendoza en la pospandemia. A Rody, por quien tengo un afecto personal sincero, le tocó una época muy compleja, con crisis sanitaria y económica que le llevará mucho tiempo, quizás los cuatro años. Me tocará ser gobernador o no, depende de la pasión, las ganas, los equipos y de poder transmitirle a los mendocinos que queremos ayudar, pero también depende del contexto político. Cuando las estructuras responden a otros, es difícil, no somos ingenuos.

-Cuando decís "nosotros", ¿de quiénes hablás?

-No hablo de integrantes del PRO solamente, sino de mucha gente de otros espacios que se ha ido sumando. Yo hablo de un proceso de transformación profunda que Mendoza necesita. Tenemos que ser capaces de determinar cuáles son los temas centrales. Uno es el tema educativo. El nuevo proyecto está bueno, está abierto al debate, lo que es saludable, pero necesitamos avanzar sobre la transformación del proceso de transmisión de la educación. Nosotros podemos definir cuáles son los contenidos, pero seguimos educando bajo el mismo esquema de hace 2.000 años. Treinta chicos sentados mirándose la nuca cinco horas con un señor adelante que tiene la obligación de saber de todo. Hoy eso no pasa, porque mientras un docente explica, los chicos lo están googleando para saber si están mintiendo. Hay que incorporar la tecnología a la educación y en las escuelas alejadas, hay que meter más presencia para que los chicos tengan acceso a la misma calidad educativa. Salir de ese concepto perverso de que hay que llevar a los chicos a las escuelas para que coman; no debe ser así: hay que llevarlos a las escuelas para que aprendan y resolver el problema nutricional afuera de la escuela. Si no, estás delimitando dos grupos de niños, el que a los cuatro años que habla dos idiomas y el que va a comer. Ahí tiene que estar el Estado, ahí tiene que estar presente, además de la infraestructura.

-¿Como se sustentaría económica esa transformación educativa?

-No te creas que hacen falta tantos recursos, hace falta una decisión política de producir transformaciones profundas. Los docentes tienen un rol fundamental, son lo más importante en el proceso de transmisión de conocimientos. Pero si vos tenés un profe de matemática que es un capo, y es salteño, podés convocarlo gracias a las nuevas tecnologías: que el profesor sea ese salteño y que el docente sea el facilitador. Que desaparezcan los pupitres y aparezcan las mesas, que haya más interacción entre los chicos... Esto no es difícil, tampoco cuesta plata. Con que haya una pantalla con un pendrive en las escuelas podés empezar a avanzar sin que haya conectividad.

-¿Mendoza tiene que diversificar la matriz productiva o es una frase hecha más que una necesidad?

-No existe un plan en la provincia que te diga cómo tiene que ser la matriz productiva. No sabemos qué impacto tienen estas nuevas actividades en el crecimiento de la economía y entonces cuesta defenderlas. No sabemos cómo impactará la minería en la mejora de calidad de vida de los mendocinos, por ejemplo. Esos números son de los más disímiles de acuerdo con quien te lo diga. Hacen falta equipos, fortaleza y planes para poder defender estas cosas. No estoy de acuerdo en que se radicalice la discusión: nadie quiere matar a otro por minería ni nadie quiere dejar de hacer minería por una cuestión mística. Hay que hacer una planificación seria y en todo caso no desarrollar algunos proyectos y desarrollar otros.

-¿Qué hubieses hecho distinto a Suarez como gobernador?

-Valoro el esfuerzo que hace Rody en el marco de una doble pandemia: primero el coronavirus y segundo un Gobierno nacional que ha sacado a Mendoza del radar, que nos está perjudicando como ningún otro Gobierno nacional. Quizás yo hubiera trabajado en una planificación más ejecutiva, ir al hueso con las cosas en busca de resultados rápidos. En algunos temas hubiera sido más ejecutivo, pero es contrafáctico. Banco mucho a Rody y valoro sobre todo la prudencia para bancarse el avasallamiento de Nación. Yo quizás me hubiera plantado más fuerte, aunque no sé si estaría bien, porque peor no nos podría ir con el Gobierno nacional. Pero él tiene la obligación de respetar a la figura del presidente, más allá del nombre.

-¿Ves a algún peronista mendocino como aliado opositor?

-El peronismo, tal como fue concebido por Perón, hoy no existe. Lo dice Julio Bárbaro: es un recuerdo que junta votos. ¿El peronismo es Menem o Kirchner? Muchos, en ese envase, juntan votos rememorando los buenos recuerdos del peronismo de Perón y Evita. Lo que sí existe es muchísima gente súper capacitada que puede aportar al Estado. Han sido dirigentes muy importantes del PJ. Hay muchos en Mendoza valiosos, 7 u 8 se me vienen rápidamente a la cabeza. La interna del año pasado delimitó al peronismo tradicional del kirchnerismo y en Mendoza tiene que haber un 15% de la población que votó opciones peronistas y que no se sienten identificados por el kirchnerismo.

-¿Vos planteás que muchos peronistas no se sienten representados por el liderazgo de Fernández Sagasti?

-Sí. De todos modos, quiero reconocer la honestidad intelectual de Anabel Fernández Sagasti: ella es Cristina, y lo dice en público y privado. Pero hay un peronismo que no comulga para nada con el kirchnerismo.

-Mirá si en 2023 tenemos una fórmula De Marchi con algún peronista...

-...hay que armar un plan en el que la mayoría se sienta representada. Hace falta enamorar a la gran mayoría de Mendoza, no detras de las estructuras políticas retorcidas, sino bajo un plan. No es tan complejo. Hay que planificarlas antes, validarlas con los sectores de la provincia y luego hay que explicarlas y sumarnos a este barco para transformar Mendoza.

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