Según un estudio de "Argentinos por la Educación", el 54% de los estudiantes argentinos de 15 años se distrae con su celular en clase. Esta semana, Mendoza modificó una ley para reglamentar el uso en el aula.
¿Herramienta o distracción? Estudio critica el uso del celular en el aula
Este martes 5 de marzo, Mendoza dio un nuevo paso hacia la reglamentación del uso del celular en el aula. Casi en simultáneo, este miércoles se dio a conocer un informe de Argentinos por la Educación en el que se revela que Argentina lidera el ranking de distracción escolar por dispositivos móviles en la región.
A fin de abordar este tema, la provincia ha optado por una estrategia que no se basa en la prohibición, sino en la regulación y el aprovechamiento pedagógico de la tecnología.
Un estudio que enciende alarmas
El informe titulado "Celular en el aula: uso, distracción y aprendizajes", elaborado por el Observatorio de Argentinos por la Educación, muestra cifras preocupantes.
Según los datos de las pruebas PISA 2022, el 54% de los alumnos argentinos de 15 años admite que se distrae con sus propios dispositivos digitales en clases de Matemática, y un 46% señala que el uso de celulares por parte de sus compañeros también afecta su concentración. Ambas cifras son las más altas entre los 80 países evaluados.
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Los resultados también muestran que los países con mayor nivel de distracción suelen obtener puntajes más bajos en Matemática. Argentina, Uruguay y Chile encabezan la lista de distracción, con desempeños relativamente bajos, mientras que Japón y Corea del Sur, donde el uso de dispositivos está más regulado, presentan menor distracción y mejores rendimientos.
"Las investigaciones son contundentes: la presencia del celular en el aula tiene efectos distractivos y perjudiciales. Si acordamos limitar su uso a momentos puntuales donde la actividad lo justifique, surge un desafío importante: ¿cómo se gestiona y controla el no uso? Esto nos lleva a la necesidad de definir políticas institucionales claras. ¿Dónde se custodian los dispositivos? ¿Se recogen en una caja o bolsa? ¿Quién asume la responsabilidad de esa tarea?", sostiene Fabio Tarasow, coordinador del Proyecto Educación y Nuevas Tecnologías (PENT) de Flacso.
A pesar de estos datos, los especialistas coinciden en que prohibir el uso del celular no es la única solución. La clave, según el estudio, radica en definir estrategias institucionales claras para gestionar su uso en el aula y formar a los estudiantes en una utilización responsable.
Mendoza y una "herramienta pedagógica"
En este contexto, Mendoza dio un paso innovador con la modificación de la Ley N° 7.861, que permite el uso de dispositivos móviles en las escuelas, pero con fines pedagógicos y bajo la supervisión docente.
La norma, impulsada por los senadores Mariana Zlobec y Sergio Márquez (UCR), fue aprobada esta semana por la Cámara de Diputados y establece un marco normativo adaptado a la realidad digital de los estudiantes.
Entre los puntos más destacados de la ley se encuentran:
- Uso pedagógico supervisado: Los celulares y otras tecnologías podrán emplearse en actividades educativas con autorización del docente.
- Casos de emergencia: Se permite el uso del celular en situaciones críticas, con autorización del personal escolar.
- Evaluación tecnológica: El Ministerio de Educación, Cultura, Infancias y la Dirección General de Escuelas (DGE) deberán evaluar la incorporación de herramientas tecnológicas en los procesos de enseñanza.
- Capacitación obligatoria: Se implementarán programas de formación para docentes, estudiantes y familias sobre el uso responsable de la tecnología en la escuela, abarcando temas como seguridad en internet, privacidad, ciberacoso y prevención de consumos problemáticos en juegos online.
Esta nueva legislación deroga los artículos que limitaban el uso del celular en las aulas, adaptándose a un modelo más flexible y alineado con la transformación digital.
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Qué dice la comunidad educativa
Cabe recordar que, meses atrás, la Dirección General de Escuelas llevó adelante una encuesta con la participación de más de 2.200 docentes, 10.400 estudiantes y 7.000 familias en toda la provincia.
El estudio confirmó que el 95% de los estudiantes utiliza celulares con mayor o menor frecuencia y que la edad de inicio en el uso de estos dispositivos se encuentra entre los 10 y 13 años. Ante este panorama, la mayoría de los encuestados coincidió en la necesidad de regular su uso en lugar de prohibirlo.
Con esta nueva normativa, la provincia buscará transformar un problema en una oportunidad, preparando a los estudiantes para un uso consciente y responsable de la tecnología en su vida académica y cotidiana.
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