Contra la discriminación, Monseñor Marcelo Colombo avala un giro sorpresivo en Mendoza.
¿Por qué el jefe de la Iglesia Católica Argentina apoyó la marcha LGTBQ?
En vísperas de la Marcha del Orgullo LGTBQ+antifascista que se espera para esta tarde en Buenos Aires y todo el país, la máxima autoridad de la Iglesia Católica Argentina y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, el arzobispo de Mendoza, Marcelo Colombo dio su total apoyo a la manifestación en una entrevista con Mendoza Post.
Colombo avaló sin vueltas el comunicado de la Pastoral de la Diversidad de la Iglesia de Mendoza, que hace 48 horas anunció públicamente el apoyo a la marcha.
El arzobispo dejó recalcó que la sociedad argentina no debe volver sobre sus pasos en materia de tolerancia y derechos.
¿Por qué han dado este paso inesperado desde la Iglesia Católica de Mendoza dando el apoyo a la marcha del orgullo LGTB que ha expresado públicamente la Pastoral de la Diversidad?
La Pastoral de la Diversidad es una organización, un área dentro de la pastoral de la Arquidiócesis, que precisamente desde hace más de 3 años viene acompañando a personas que buscan fortalecer y reflexionar su pertenencia a la Iglesia a partir del tema de su identidad sexual. Es un espacio que busca, en el acompañar, hacer presente la mirada inclusiva de la Iglesia.
Esta manifestación que ellos hacen tiene que ver precisamente con un deseo de que la sociedad argentina no retroceda sobre sus pasos, no solo en un concepto de tolerancia, sino de viva interacción de todas las personas que componen la sociedad.
Ver: Un juez Federal ordenó no intervenir a las fuerzas de seguridad en la marcha
Y entonces frente a determinadas manifestaciones de agresividad, de desconocimiento de derechos, de estigmatización no sólo del colectivo LGTBQ, sino de migrantes, de pobres, de otros sectores de la vida social, ellos se manifiestan y hacen sentir su voz.
Pero antes la iglesia no había dado estos apoyos manifiestos al colectivo LGTBQ. No sé si es la primera vez, usted corríjame sino.
Claro, en cuanto a una marcha, en cuanto al reconocimiento, probablemente sea la primera vez en este tema, pero hay otras veces que hemos manifestado nuestra adhesión a marchas y a distintas expresiones de la vida social.
Por lo menos en el tiempo que yo estoy, me parece que son dos o tres veces, seguro. Por ejemplo, en el tema universitario, participamos; en el tema de la 7722 se participó buscando el mayor diálogo por la cuestión minera; es decir, hubo distintos momentos en que la iglesia se unió a reclamos de la vida social o de la sociedad.
Esta pastoral que hizo público el apoyo a la marcha LGTBQ es la Pastoral de la Diversidad de Mendoza. ¿Hay una a nivel nacional que pueda reflejar también el mismo apoyo o no?
Creo que en otras diócesis debe haber expresiones parecidas. No sabría si en cada diócesis, a nivel nacional ciertamente no hay una coordinación.
¿Y usted, como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, puede invitar al resto de las diócesis a que lo hagan o no?
La Conferencia Episcopal es un organismo de animación y de coordinación de la pastoral, pero nunca se superpone ni se impone a la dinámica interna de cada diócesis. Eso surge, inclusive, como fruto de muchas áreas de pastoral de la vida de sus iglesias particulares.
De todas maneras, está claro que hay un giro fuerte. Antes los gays, las lesbianas y todas las personas que tenían una condición sexual distinta a la mayoría no estaban bien conceptuados por la Iglesia. Hay un giro de estos últimos tiempos. ¿A qué se debe ese giro? ¿Qué cambió?
Fundamentalmente, esta mirada inclusiva de la Iglesia, que reconoce en todos sus hijos personas con dignidad para aceptarlos y acompañarlos en sus distintas situaciones, no por una cuestión de identidad o de raza o de cultura o de ningún tipo de diferencia. Es decir, todos los bautizados en la Iglesia, están llamados en cuanto bautizados, a ser animados en su vida por la autoridad de la Iglesia.
¿Este camino lo ha abierto directamente el Papa Francisco? ¿Es él, el autor de este cambio?
A ver, en cuanto a lo visible que se ha dado en estos años de esta temática en particular, probablemente, pero yo imagino que de parte de la Iglesia siempre ha estado este deseo en las autoridades de llegar a todos, no hay una segregación.
Evidentemente, en algunos momentos hubo una mayor distancia o una mayor diferenciación de conceptos o fortalecimiento de ciertos criterios, pero en la época de Juan Pablo II hay un documento que se llama "Criterio para el acompañamiento de las personas homosexuales". Así que ya de aquellos años había algo.
¿Hay como un giro en la concepción cristiana, hacia ese cristianismo de Jesús, cuya vida refleja que no solo estaba con los pescadores sino también con las prostitutas, los ladrones, los menesterosos, los que eran marginados socialmente?
Hay un deseo de mucha fidelidad al proyecto de Jesús, y esto significa no hacer distinciones y no dejar a nadie afuera. Siempre invitándonos a las personas a superarse, a crecer, a mejorar, pero siempre invitando desde la libertad y respetando a las personas en su dinámica y en su proceso.
¿Y esa diversidad, esas condiciones sexuales que no son heterosexuales, siguen siendo una conducta pecadora dentro de la concepción de la Iglesia, con este cambio de actitud?
Si, porque la doctrina de la Iglesia no ha cambiado, lo que ha cambiado es su actitud hacia las personas que vienen a plantear su homosexualidad
La iglesia siempre está poniendo el acento en el en el amor humano y busca que en esa lógica del amor humano que haya responsabilidad, esto es fundamental. Jesús es siempre el modelo, él se ocupa de la persona, y amando a las personas quiere su bien.
De manera que, esta mirada de la Iglesia busca que las personas crezcan, y sobre todo, no se pone en un primer momento sobre cómo están, sino buscar cómo ayudarlas.
Se busca que sí tienen fe, la puedan mantener, o sea, no romper ese vínculo de la fe.
Si, porque la fe siempre anima el crecimiento de las personas. Con la mirada de fe las personas pueden dar pasos enormes.
¿Usted cómo cree que recibe esta noticia el colectivo LGTBQ?
En realidad es una expresión de la Pastoral de la Diversidad que tiene una presencia en una parte de ese colectivo, pero por supuesto hay muchas personas que ni siquiera se identifican con el cristianismo.
En todo caso, lo que se busca acá va mucho más allá, porque me parece que esta marcha no queda limitada al tema LGTBQ, sino que se ha buscado reforzar, frente a todas las temáticas abordadas últimamente en discursos muy fuertes, todas las dinámicas que miran en lo diferente como un peligro, como un enemigo.
Y en ese sentido es buena noticia para la sociedad, que cualquiera sea el sector que lo haga, diga, "no, el otro no es mi enemigo, el otro es una oportunidad de enriquecerme, el migrante, el pobre, cualquier forma de exclusión va contra la lógica del amor humano y del crecimiento de la sociedad humana". De manera que esto, para cualquiera de los colectivos es buena noticia, lo diga el sector que lo diga.
¿Usted se refiere a los términos del presidente Javier Milei al hablar del tema del género?
Me refiero a varios discursos, porque lo hemos escuchado también en la asunción del presidente Donald Trump, con un gran efecto; y también a veces en políticos de distintas partes del país que se refieren con desprecio al tema de los migrantes o al tema de los pobres, a veces con generalizaciones injustas.
Entonces, primero, un gran respeto a la investidura presidencial porque es el primer magistrado del país al que le debemos respeto. Pero más allá de esto que es importantísimo, lo que de parte nuestra está frente al camino de la sociedad, es la actitud de fortalecer la conciencia y la comprensión de lo que significa vivir en sociedad, en términos de tolerancia y aceptando que hay situaciones de mucha fragilidad, como la de los migrantes o la de los más pobres.
Y en esos espacios nosotros queremos hacer sentir nuestra parte de opinión, porque hay muchas opiniones asociadas, la Iglesia no pretende en esto tener la soberbia de ser la voz, sino que una parte de esa voz queremos hacerla escuchar. Y en esto, hoy mismo la Pastoral de la calle la Iglesia de Mendoza tiene una experiencia de más de 10 años.
Ahora, hay un cambio muy grande en la Iglesia, Monseñor, porque la Iglesia de los años 70, 80 y 90 inclusive, era una Iglesia rectora, vigilante del cumplimiento de las prácticas católicas, en donde quien se salía del manual no era bien visto, era señalado, apuntado, como pasaba también con los gays, las lesbianas, los matrimonios separados y la famosa ley del divorcio vincular, Hay un giro notorio.
Creo que vamos también tomando nota de la importancia de dialogar con todos los sectores y de saber que hay un aporte que no podemos dejar de hacer, sin dejar de escuchar las otras voces.
Me da la impresión, habiendo escuchado mucho al Papa Francisco, que cuando dice que la Iglesia tiene que ser como una madre que recibe y apoya, o sea, como una Iglesia de contención más que una una Iglesia dogmática. Parece que en esto se va transformando la Iglesia Católica hoy.
Sí, de todos modos, hay expresiones muy ricas en ese sentido ya en el Papa Juan XXIII, que habla de la Iglesia como madre y maestra en su primer documento programático, buscando precisamente destacar estas dos realidades respecto de las personas, que para nosotros implica esa particular relación con la vida que nuestras madres nos acercan y lo que significan las enseñanzas.
En ese sentido, la Iglesia tiene un rol muy importante que no puede dejar de ejercer, que es anunciar a Jesús, representarlo y evangelizar de acuerdo a precisamente a lo que nuestro Señor Jesús nos dejó como mandato,
¿En estos primeros meses, como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, qué es lo que le preocupa a la Iglesia o a usted como voz de la Iglesia argentina?
Bueno, creo que siempre está el deseo de optimizar el servicio que prestamos y justamente no dejar de lado los temas centrales, sin estar permanentemente en esa actitud que a lo mejor pueda molestar de estar señalando desde afuera, sino al contrario, cada vez más comprometidos desde adentro de la vida social de Argentina.
Y en esto se busca estar atentos a los grandes temas de la vida de la sociedad argentina. Ahí tenemos el inmenso trabajo que hacen en los curas en villas y barrios populares, fundamentalmente en la región metropolitana, en Buenos Aires, CABA y lo que es el AMBA, en todo el país tenemos curas presentes en esas realidades y la Iglesia está muy cerca porque son en muchos casos estas realidades las que más necesitan de un seguimiento.
Están los hogares de Cristo, por ejemplo, esta experiencia de acogida de las personas que están con adicciones, Cáritas, la Pastoral de la calle, la Pastoral carcelaria, la de migrantes, una multiplicación de servicios y de áreas a nivel nacional que hacen que los obispos estemos atentos a cómo optimizar esos servicios.
¿El tema de la pobreza está igual o peor que con el gobierno anterior? Milei ha tenido una política de fuerte ajuste en lo económico.
Cuando se habla de los números, entramos en si creció o no creció, es decir, hay números o estándares de cálculos que a veces dan un poco mejor o un poco peor.
Los que estaban mal, hoy están un poco más mal, se ha profundizado la situación de muchos. Hay un recrudecimiento de algunas situaciones que preocupan. Estos datos de la calle en Mendoza son números pequeños al lado de los números que nos traen desde otros lugares, y, sin embargo, en Mendoza ha crecido la gente de situación de calle.
Hoy escuchaba por radio los testimonios de las situaciones que se multiplican en estos días y que hacen notar que hay gente que ya no puede pagar un alquiler, ver que ha caído en alguna trampa y entonces ha perdido el dinero y no tiene forma de superarlo. Bueno, esto es lo que nos preocupa.
En Cáritas no estamos teniendo los ingresos que teníamos, en el sentido de aporte, porque la misma gente está en situación de mucha pobreza.
Y finalmente, ya que me lo mencionó al pasar, con el tema minería que acá en la provincia se ha elegido desarrollarla. ¿Usted cree que eso presenta una complicación en relación a la ley 7722 o a la a las posturas que hay de algunos colectivos que están totalmente en contra?
A mí me parece que la discusión hay que ponerla no en minería sí o minería no, sino en minería segura si, insegura no; y buscar los estados estándares de la sustentabilidad, los criterios, lo que significan las políticas de control, y en esto siempre vamos a estar discutiendo aspectos técnicos que a la población no les quedan claros.
Entonces, es muy importante que la población pueda dar opinión sobre temas que sean claros. Acá, muchas veces, aparecen actitudes de mucha imposición que la población lo vive como una cosa invasiva, y hay que hablar, preguntar y aceptar que la población tenga un parecer distinto.
En esto me parece que hay un camino para hacer, evidentemente hay una tensión que no se ha resuelto, que cada 4 o 5 años reaparece, pero que exige en todo caso un crecimiento de la capacidad de diálogo y un cuidado específico de temas centrales de nuestro territorio, como es el tema del agua, la seguridad de las poblaciones y la distribución adecuada de la riqueza, porque también eso es todo un tema.



