Un informe revela que la presión económica y familiar condiciona las aspiraciones de los estudiantes de 15 años en Argentina. Cómo es la situación al compararlo con otros países del continente.
La economía es la principal preocupación de los jóvenes en Argentina
Seis de cada diez estudiantes argentinos de 15 años (exactamente el 63%) expresan temor a no contar con el dinero suficiente para hacer lo que les gustaría una vez que terminen la escuela secundaria.
La cifra surge del informe "¿Qué piensan los estudiantes de 15 años sobre su futuro y la escuela?", elaborado por Sandra Ziegler (FLACSO Argentina), María Sol Alzú y Víctor Volman (Argentinos por la Educación) a partir de los cuestionarios de PISA 2022.
El estudio advierte que la preocupación económica asciende al 67% entre los chicos de sectores más vulnerables, mientras que baja al 55% en los de mayor nivel socioeconómico. En comparación, el promedio de la OCDE es del 52%.
Además, la investigación revela que un 71% de los adolescentes teme no estar preparado para la vida adulta, lo que ubica a la Argentina entre los países con mayor inseguridad frente al futuro.
En el caso de la preparación atribuida a la escuela, un 76% de los estudiantes argentinos considera que la escuela les ha enseñado cosas que podrían ser útiles en un trabajo 3 , una cifra superior al promedio de los países de la OCDE (67%) pero inferior a la de países como Perú (84%), Costa Rica (83%) y Colombia (83% .
Así como se detalla en el cuadro anterior, los jóvenes también destacan aspectos positivos de su paso por la escuela. El 64% afirma que la escuela le dio confianza para tomar decisiones, también más alto que la media internacional (57%).
Otro de los factores que condiciona las trayectorias es la presión familiar. Casi la mitad de los estudiantes (47%) siente que sus familias les imponen un camino -ya sea estudiar en la universidad, trabajar en un negocio o aprender un oficio-.
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En el quintil más bajo, esta presión trepa al 55%, mientras que en los sectores más favorecidos baja al 38%. La cifra supera el promedio de la OCDE (35%) y es la más alta de la región.
Para los especialistas, estos datos ponen en evidencia la tensión que atraviesan los adolescentes argentinos: por un lado, valoran lo que la escuela les brinda en términos de aprendizajes y confianza; pero, por otro, se sienten limitados por la economía y la presión familiar, lo que condiciona su capacidad de proyectar un futuro autónomo.
"Escuchar lo que sienten, piensan y esperan los jóvenes es fundamental para diseñar políticas educativas más pertinentes, equitativas y efectivas", concluyen los autores del informe.
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