El cráneo que reveló el impresionante avance médico de los incas

Un descubrimiento de un estadounidense reveló que la antigua civilización poseía conocimientos avanzados en cirugía cerebral.

El cráneo que reveló el impresionante avance médico de los incas

Editó: Mariano Rivas

 ¿Existe algo así como la neurocirugía antigua? Al parecer, sí. A fines del siglo XIX, Ephraim George Squier, un diplomático estadounidense, viajó a Perú y fue recibido por una mujer que tenía un museo histórico arqueológico en su casa. Entre otros objetos, la mujer poseía el hueso frontal de un cráneo tomado de un cementerio inca.

"En ciertos sentidos, la reliquia más importante en la colección de la señora Zentino es el hueso frontal de un cráneo, del cementerio inca en el valle de Yucay", escribió el estadounidense en un libro.

Lo que le llamó la atención a Squier era un agujero cuadrado de 15 por 17 milímetros, que examinó con cuidado. No era natural, pensó: la naturaleza no suele funcionar en ángulos rectos. Además, le pareció ver señales de crecimiento de hueso nuevo, lo que indicaba que la persona no solo había estado viva durante el corte, sino que había sobrevivido.

Se le ocurrió algo sorprendente: ¿sería posible que fuera resultado de una operación quirúrgica deliberada, una perforación del cráneo con fin curativo? Concluyó que no había duda de que estaba frente a "un caso claro de trepanación antes de la muerte".

Pintura que representa una trepanación.

La trepanación es una práctica que consiste en acceder al cerebro a través de una escisión en el cráneo.

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La idea de que los antiguos incas pudieran realizar una cirugía tan delicada sin anestesia o herramientas de metal les parecía sencillamente absurda, según relata La Nación. La tasa de supervivencia de trepanaciones realizadas por sus más diestros cirujanos en los mejores hospitales de la época rara vez alcanzaba el 10%.

Cráneos trepanados.

El cráneo inca estimuló una apertura a conocimientos antes ignorados. Con los ojos repentinamente abiertos, los antropólogos comenzaron a revisar sus propias colecciones y a examinar agujeros de distintas formas que habían sido malinterpretados como resultado de heridas de guerra, accidentes o ataques de animales.

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Encontraron más cráneos trepanados, algunos de los cuales databan del 8000 a.C. Ahora sabemos que era una práctica muy extendida y que diferentes culturas alrededor del mundo usaron una variedad de herramientas para cortar cráneos: piedras afiladas, huesos de animales, hierros al rojo vivo, incluso dientes de tiburón.

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