Así trabajan los científicos del CONICET donde Milei quiere usar la "motosierra"

Un investigador que trabaja en la sede Mendoza explica cómo es ser un científico y el rol de la ciencia en la sociedad.

Así trabajan los científicos del CONICET donde Milei quiere usar la "motosierra"

 Es innegable que la sociedad moderna ha podido desarrollarse y crecer gracias a los avances tecnológicos y científicos que han aportado su granito de arena, tanto para el desarrollo de elementos y artefactos que utilizamos a diario, como también al avance de la medicina moderna, que ha mejorado ha prolongado la expectativa de vida a lo largo de la historia.

En este punto, la ciencia y la tecnología comparten un objetivo en común, el de generar descubrimientos y avances que se puedan aplicar a la vida diaria de las personas. 

En Argentina, el Estado nacional es el principal impulsor de las investigaciones en ciencia y tecnología, de la mando del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

En medio del revuelo nacional que generaron las elecciones primarias el pasado 13 de agosto, el rol del CONICET en la sociedad argentina se ha puesto en tela de juicio.

Es que Javier Milei, la sorpresa de las PASO, dijo durante la campaña en el programa "A Dos Voces" que el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) "como existe hoy hay que cerrarlo" y detalló: "El Conicet hoy tiene 35 mil personas. La NASA tiene 17 mil. Me parece que el Conicet no produce en línea con lo que produce la NASA. O sea, la productividad del Conicet es bastante cuestionable. La NASA, digamos, me parece que produce un poquito más". Advirtiendo que, si gana, podría bajarle la persiana al organismo.

Juan Rivera, junto a colegas, en un Congreso. 

En este contexto, es importante conocer desde adentro la actividad que realiza este agente estatal de ciencia y tecnología. Mendoza Post dialogó con Juan Rivera, investigador adjunto de CONICET, que trabaja en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), ubicado en la sede Mendoza. 

Como anticipo, es importante destacar que durante la pandemia, científicos del CONICET tuvieron un rol clave, como fue el desarrollo de los test que permitieron la detección del virus y el posterior seguimiento del mismo para rastrear las cepas que circulaban por el país. 

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Juan Rivera explica que "la ciencia y la tecnología son fundamentales para cualquier país. El crecimiento y el conocimiento van de la mano y si hay algo que Argentina necesita es crecer. Somos un país que exporta conocimiento y eso es en parte posible gracias al CONICET y a la investigación que se lleva a cabo en sus dependencias". 

Juan Rivera se especializa en el cambio climático de Mendoza.

Rivera es oriundo de Buenos Aires, donde se graduó de la UBA y ostenta el título de Doctor en Ciencias de la Atmósfera y los Océanos. Trabaja en Mendoza desde el año 2014, en el que comenzó su beca posdoctoral. 

"Sospecho que buena parte de los mendocinos desconoce la existencia de un Centro Científico-Tecnológico del CONICET que alberga a casi 800 investigadores que dedican su labor a la generación de conocimiento y su transferencia a la sociedad. Las investigaciones que se llevan a cabo abarcan temas vinculados a la biología, las ciencias agrícolas y naturales, la salud, las ciencias sociales y la tecnología. Muchos de los investigadores son docentes en universidades y colaboran con instituciones provinciales y nacionales, así como también con el sector privado", reflexionó Rivera, al responder acerca de por qué cree que sectores de la sociedad miran de reojo el trabajo del CONICET en Mendoza.

El Consejo de Investigación, Ciencia y Técnica, en su sede Mendoza, se compone de varias unidades, además del IANIGLA. También lo conforman: Instituto Argentino de Investigaciones de Zonas Áridas (IADIZA); Instituto de Biología Agrícola de Mendoza (IBAM); Instituto Interdisciplinario de Ciencias Básicas (ICB); Instituto de Evolución, Ecología Histórica y Ambiente (IDEVEA); Instituto de Histología y Embriología de Mendoza (IHEM); Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo (IMBECU); Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía (INHAE) y el Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales (INCIHUSA). 

"Dentro del área de las ciencias exactas y naturales, trabajo en aspectos vinculados al cambio climático y a los eventos climáticos extremos. En particular, analizo fenómenos de sequías meteorológicas, agrícolas e hidrológicas en la región central de Argentina", comentó Rivera. 

La investigación del CONICET en matería ambiental es clave para hacer frente a la gravísima problemática de la sequía, un tema que ha entrado en agenda de todos los espacios políticos por las consecuencias que implica.

Además, el investigador analizó el flagelo de la sequía y señaló que "ya vimos el impacto de la sequía reciente en la economía del país, lo cual pone de manifiesto la necesidad de mejorar la capacidad de comprender y predecir estos fenómenos. El cambio climático podría incrementar a futuro la ocurrencia de sequías, pero también de otros fenómenos climáticos extremos que causan impactos en la sociedad. A partir de esto, trabajo también en el análisis de proyecciones futuras de estos fenómenos en la región de Cuyo", comentó.

Con base en esta línea de investigación, Rivera encabeza dos proyectos de investigación que buscan generar un impacto positivo en la sociedad. "Uno de ellos busca generar servicios climáticos aplicables al desarrollo urbano y el uso de agua en la región. Sabemos que las olas de calor y las condiciones de sequía son cada vez más frecuentes, con lo cual cuantificar los cambios proyectados a futuro en estos y otros eventos climáticos extremos será de utilidad para el diseño de una ciudad que va a tener cada vez más habitantes expuestos a los impactos de estos fenómenos. Lo pensamos también desde el manejo del agua, recurso que va a ser cada vez más limitado", enfatizó. 

El segundo proyecto que encabeza el investigador refiere al estudio del manejo del agua en las porciones inferiores de las cuencas hídricas de la región. "En estas zonas, los mayores impactos los sufren los pobladores que se encuentran fuera de los oasis irrigados y los ecosistemas en regiones de humedales y bañados que solo reciben agua de forma ocasional", detalló Rivera. 

El cambio climático es una realidad en todo el mundo, donde se ha visto alterado el equilibrio climático en todo el mundo, provocando fenómenos anormales, sequías prolongadas, incendios forestales e inundaciones catastróficas. 

En nuestro país, la sequía ha golpeado fuerte distintas regiones productivas en los últimos años, mientras que en Mendoza, los inviernos han alterado su ciclo y los veranos registran temperaturas más altas, tormentas graniceras más fuertes y olas de calor prolongadas. 

CONICET trabajó en el desarrollo de los test para detectar el COVID durante la pandemia.

"Mendoza es un laboratorio natural para el estudio de fenómenos meteorológicos. Sin ir muy lejos en el tiempo, el último verano fue el más cálido del registro histórico, con la ocurrencia de múltiples olas de calor entre noviembre y marzo. A esto hay que sumarle la ocurrencia de heladas fuera de temporada, la caída de granizo de gran tamaño, la ocurrencia de inundaciones repentinas por precipitaciones extremas. Si nos venimos al invierno, vemos que se alternaron períodos de nevadas intensas como de sequías prolongadas, incluso con lluvias abundantes que complicaron la operación de los centros de esquí", comentó el investigador.

Además de esto, el cambio climático seguirá avanzando, por lo que serán "cada vez más frecuentes y gran parte de estos cambios se asocian al cambio climático generado por las actividades humanas. Investigar los cambios pasados en estos fenómenos y sus proyecciones a futuro permitirá desarrollar herramientas para la adaptación y la mitigación, de forma tal de evitar los peores impactos tanto para la sociedad como para la biodiversidad de la provincia", aclaró Rivera. 

Qué significa el CONICET para los investigadores

Los hombres y las mujeres de ciencia valoran mucho la posibilidad de perfeccionarse y poder dedicarse a la investigación en temáticas que son importantes para la sociedad. 

Consultado acerca de qué significa el CONICET para Rivera, el investigador contestó que "la ciencia se construye colectivamente y tener un ámbito donde científicos de diversas disciplinas pueden interactuar me parece sumamente valioso y enriquecedor. Ese enfoque multidisciplinario para la investigación es necesario porque nos permite abordar el mismo problema desde múltiples aristas". 

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Específicamente, dentro de su especialidad, Rivera señala que "en lo personal, considero al cambio climático como el mayor desafío que enfrenta la humanidad. Aportar conocimiento sobre ese tema me parece sumamente valioso", comentó, aunque aclaró que no tiene que quedar "únicamente en publicaciones científicas, sino que pueda ser utilizado para beneficio de una sociedad que se va a tener que adaptar a una nueva realidad climática".

Para concluir, Juan Rivera explicó que, en su opinión, "la sociedad no está al tanto de todo lo que se genera en materia de conocimiento en el CONICET Mendoza, en parte por una deficiencia en la difusión de lo que investigamos", motivo por el cual, una parte de la población no entiende o valora las investigaciones que se realizan.

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