Jóvenes y adultos enfrentan múltiples obstáculos al combinar adultez, trabajo y estudio para completar su escolaridad en la provincia. Mientras se avanza en ampliar las alternativas, datos estadísticos encienden alarmas.
Escuelas para trabajadores: el desafío de terminar la secundaria en Mendoza
Terminar la educación secundaria en Mendoza no es tarea sencilla, y los datos estadísticos lo reflejan. La complejidad del proceso va más allá de desafíos personales: responde a una realidad social y laboral que exige respuestas específicas y flexibles que desde hace años buscan dar una solución a una problemática que continúa.
Según el último Censo Nacional más del 50% de las personas mayores de 25 años que habitan Mendoza no terminó el secundario. A su vez según los últimos informes de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE) más de la mitad de los niños y adolescentes de la provincia viven con adultos que no lograron finalizar su escolaridad.
Frente a este escenario, lo que antes se conocía como "escuela nocturna" busca seguir transformando su fisonomía en una alternativa más amplia para jóvenes y adultos, con horarios flexibles, propuestas curriculares específicas y en articulación con el sector privado y otras instituciones de la comunidad. Aunque se observan avances, por el momento no hay grandes resultados.
Estudiar y trabajar
En diálogo con el Post, Érico Arias, director de Educación Permanente de Jóvenes y Adultos, explicó que en Mendoza se trabaja con diversas propuestas que incluyen modalidades presencial, semipresencial y a distancia. Según el funcionario, el foco debe estar en crear incentivos, más que en imponer nuevas obligaciones: "Después de los 18 años, hay que pensar en propuestas que motiven".
Arias también destacó un dato preocupante: el 33% de las personas con empleo registrado en Mendoza no terminó la secundaria. Frente a esto, señaló que una clave es la articulación con los lugares de trabajo. Como ejemplo, mencionó el caso de la bodega Zuccardi, que hace unos años firmó un convenio con la DGE para que sus empleados puedan estudiar en un aula anexa dentro de la empresa.
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"Los CENS o CEBJA pueden funcionar en escuelas, empresas o distintos espacios de la comunidad. Lo importante es que haya voluntad para hacerlo posible", señaló. También mencionó un programa con el Ministerio de Seguridad que permitió que 1.800 vigiladores de seguridad privada (una fuente de empleo que crece en la provincia según el funcionario) se inscribieran para terminar la secundaria, una experiencia que se replica en sectores como el transporte y la gastronomía, con impulso de sindicatos y el Estado.
Fusiones y nuevas propuestas
Guillermo Domínguez, miembro de la Asociación Civil Guanacache -una organización dedicada a la educación de jóvenes y adultos, que reúne a educadores de la modalidad, tanto activos como jubilados-, señaló a este diario:
"Una sociedad que no logra que sus ciudadanos terminen la secundaria enfrenta consecuencias profundas, porque también pierde otros derechos fundamentales. Completar la educación secundaria impulsa la formación laboral, pero además es clave para el desarrollo personal, académico y fomenta el ejercicio de otros derechos".
Domínguez, profesor de Historia jubilado y supervisor de la modalidad, destacó que Mendoza cuenta con un diseño curricular avanzado en esta área, aunque ahora es clave evaluar su aplicación y seguir trabajando en su promoción.
"En los últimos años, en Mendoza se fusionaron algunos CENS y CEBJA, pasando de 20 a 10 en determinadas zonas. Aunque se argumenta que fue por baja matrícula, esta medida puede perjudicar a quienes viven en áreas rurales y no pueden recorrer 10 km para asistir a clases. Por eso, es fundamental que el Estado promocione y garantice estos espacios".
Actualmente, Mendoza cuenta con 92 Centros de Educación de Nivel Secundario (CENS) y 102 Centros de Educación Básica para Jóvenes y Adultos (CEBJA), dependientes de la Dirección General de Escuelas (DGE), con inscripciones flexibles. Desde el organismo indicaron que "el año pasado se inscribieron 33.000 personas y este año, 37.000".
Frente a las últimas modificaciones, Érico Arias, director de Educación Permanente de Jóvenes y Adultos, argumentó: "No achicamos los servicios. Lo que llevamos adelante es una jerarquización y ordenamiento de los CEBJA y CENS para unificar algunos espacios y reorganizar los cargos directivos".
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Además, Arias destacó la incorporación reciente de los CEPAS (Centros de Educación Profesional para Adultos de Nivel Secundario), que combinan la finalización del secundario con formación profesional. Actualmente, ofrecen orientaciones en Gastronomía, Hotelería, Programación e Instalación de energías renovables. Funcionan en varios departamentos de Mendoza y buscan un enfoque laboral adaptado a las necesidades de adultos trabajadores.
Otros datos
Las fuentes consultadas coincidieron en que, por lo general, la mayoría de los estudiantes que tienen la iniciativa de completar sus estudios tienen entre 18 y 30 años. Luego, los rangos etarios van de 30-40 y 50-60. Sin embargo, también se encuentran personas mayores, incluso de 80 años, como así también madres o padres que asisten con sus hijos.
La diversidad es una de las características principales de esta propuesta educativa lo que se traduce también, en un trabajo pedagógico complejo para los docentes de la modalidad, donde la amplitud es la norma y desde hace años se suman programas que buscan incentivar la participación y promoción.
Desde 2006, la educación secundaria es obligatoria en Argentina tras la sanción de la Ley de Educación Nacional, pero completar el ciclo sigue siendo un camino complejo. Al superar los 18 años, las prioridades cambian: el contexto económico, el trabajo, la familia y otras responsabilidades pueden dejar la educación en un segundo plano.
De hecho, entre los motivos para no empezar o no terminar la secundaria, los datos estadísticos disponibles, mencionan que el 60% se atribuye a razones económicas o laborales. En este marco, la promoción de la modalidad y el egreso siguen siendo los principales retos, pese a algunas mejoras recientes.
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En este contexto, Guillermo Domínguez destacó la importancia de seguir impulsando políticas públicas que apoyen estas modalidades. Como ejemplo, mencionó las Conferencias Internacionales de Educación de Adultos (CONFINTEA), organizadas por la UNESCO cada 12 años, que promueven el diálogo político y fortalecen las alternativas en educación de personas adultas. Esto muestra que lo mencionado, no es sólo un tema exclusivo de Mendoza, sino también una preocupación nacional e internacional.



