¿Empoderadas o dependientes del Estado Patriarca?

La "Cuarta Ola Feminista" pasó a ser una víctima que le demanda privilegios al Papá Estado.

¿Empoderadas o dependientes del Estado Patriarca?

Por:Ana Montes de Oca
Periodista

Ojalá el Día Internacional de la Mujer hubiera seguido siendo una jornada en la que se homenajeara el coraje y la lucha de las mujeres por conseguir igualdad de derechos ante la ley. Pero el coraje y la lucha de esas mujeres que a principios de 1900 y durante casi 50 años dedicaron sus esfuerzos para alcanzar esa igualdad, hoy se ve empañado por una desigualdad legal en la que la mujer es una víctima desvalida al que el Estado debe proteger contra el macho violento por naturaleza. 

Esas mujeres, las del 1900, sí se empoderaron. Usaron su fuerza y su tenacidad, su inteligencia y argucia, su diplomacia y coraje, para hacerse escuchar, para hacerse respetar, para hacerse valer. Les mostraron al mundo que la mujer puede y que la mujer quiere, y que cuando quiere, puede lograr llegar hasta al espacio. 

Valentina Tereshkova, primera mujer en viajar al espacio en 1963

Esas mujeres, criadas bajo un severo patriarcado, rompieron el esquema y mostraron que una sociedad donde las mujeres fueran protagonistas y capitanas de sus propias vidas era posible Pero también mostraron que no se trataba de "ir en contra" del hombre

Se esperan marchas multitudinarias por el Día de la Mujer

Hoy, la lucha del colectivo feminista es claramente en contra del hombre. No es, realmente, a favor de las mujeres. No es ya un empoderamiento sino una dependencia. El colectivo feminista ha cambiado de patriarca y ahora el patriarca es el Estado. 

Las feministas de hoy no lucharon por sí mismas, ni por las "sororas" sino por un cambio de reglas que las favorezcan. Leyes como las que obligan a poner mujeres en ciertos lugares de poder para cumplir con un cupo son la muestra clara de ello. No importa si son capaces, inteligentes, trabajadoras y eficientes. Importa que sean o se sientan mujeres. 

El colectivo feminista no pide igualdad sino privilegios y no los lucha sino que se los demanda al Estado, como una niña le demanda al padre que la cuide del monstruo que está debajo de la cama. El colectivo feminista creó, además, al monstruo: el hombre que es violento porque así fue "socializado". 

Y se erigió en víctima de esos hombres todos iguales de los que el Estado debe protegerlas porque... sin el Estado no pueden. ¿Adónde está el empoderamiento?

Las millones de mujeres que realmente son víctimas de violencias machistas no encuentran en ninguno de los organismos ni leyes estatales, solución a la violencia. Tampoco los niños, ni las niñas. 

La ministra Gómez Alcorta victimizó a los 6 violadores de una chica

El Ministerio de Mujeres, Género y Diversidades es la muestra de cómo el Estado Patriarca debe destinar miles de millones de pesos solo para las mujeres y géneros diversos. Ah, pero esos recursos vienen del bolsilo de todos los ciudadanos, en eso sí existe la igualdad ante la ley, hombres y mujeres somos robados por el mismo Estado. 

Sin embargo, esa cartera (el ministerio), que conduce Elizabeth Gómez Alcorta, quien sostiene que "los violadores no son monstruos sino varones socializados en esta sociedad", victimiza al violador y hasta culpa a sus madres por su forma de criarlos. Una forma machista, claro. En un país donde la tasa de embarazo preadolescente sube año a año, la ministra Alcorta no propone una ley para que se denuncien esos embarazos y se investigue si son producto de violación. Pero pide más plata, eso sí, para dar más cursos de ESI aunque la cifra de embarazos no haya descendido ni dejado de crecer desde que hay ESI en las escuelas. 

Alcorta es compañera y sorora de varias legisladoras mujeres que votaron en contra de hacer un registro de violadores, que no abrieron la boca cuando el gobierno decidió liberar violadores para cuidar que no se enfermen de covid ni cuando una mujer denunció cómo había sido violada reiteradamente por su tío senador nacional y exgobernador. 

Ese colectivo ha hecho más por los violadores que los abogados de derechos humanos. Y mucho menos por las mujeres que lo que hicieron los hombres que apoyaron a sus madres, hermanas, tías, sobrinas, esposas y amigas el 1900. Descendientes de esos hombres y esas mujeres, hoy piden pena de muerte para los violadores. 

Hoy, Gómez Alcorta va a ir a la calle a marchar por una igualdad en la que no cree y por un feminismo que dispara mensajes de odio

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