El proyecto inspirado en Madagascar que busca combatir la pobreza

Gastón Vigo Gasparotti, fundador de Akamasoa Argentina, habló con "Tenés que saberlo" en Radio Post acerca de su rol de acompañar a aquellas personas a salir de esta díficil situación y cómo trata de replicar la misión iniciada por el padre Pablo Opeka.

El proyecto inspirado en Madagascar que busca combatir la pobreza

Por: Franco Cerroni

Gastón Vigo Gasparotti lidera Akamasoa Argentina, una comunidad inspirada en la obra del sacerdote argentina Pedro Opeka. Su misión: urbanizar, educar y formar en oficios para que las personas puedan salir de la pobreza con trabajo, disciplina y dignidad. Además es Doctor en Economía y Licenciado en Administración de Empresas.

En este sentido, el fundador de este colectivo dialogó con "Tenés que saberlo", con Gabriel Conte y su equipo por Radio Post FM 92.1. acerca de las actividades que realiza allí todos los días.

Un modelo que nació en Madagascar

El nombre Akamasoa significa "los buenos amigos" en malgache, y surgió en Madagascar, donde justamente Opeka levantó una ciudad sobre un basural. Allí viven hoy más de 60.000 personas que transformaron su realidad gracias al trabajo, la educación y la fe.

Vigo Gasparotti viajó años atrás a esa isla africana para conocer de cerca la obra de este cura. "Nosotros tratamos de replicar la obra de Pedro Opeka. Hace algunos años partí a Madagascar para trabajar a la par de Pedro y poder buscar los secretos, los misterios, las ideas puntuales que él defendía y que habían convertido a un basural en una ciudad de 60.000 personas. Eso se visualiza en que urbaniza dignamente, educa, transpira con ellos, fomenta la disciplina de área, genera sitios de atención primaria de salud y va logrando que la arquitectura eduque y vaya cambiando los hábitos, pero por sobre todas las cosas esta idea de no transar la idea que con trabajo, educación y disciplina se puede salir adelante", manifestó. 

Vigo Gasparotti para conocer de cerca la obra del padre Pedro Opeka en Madagascar, quien levantó una ciudad sobre un basural donde viven más de 60 mil personas.

Akamasoa Argentina: del asistencialismo a la acción 

De regreso en el país, Vigo Gasparotti decidió replicar el modelo. Así nació Akamasoa Argentina, una comunidad donde la ayuda se traduce en compromiso, trabajo y formación.

En este sentido, subrayó que ellos realizan "una batería de acciones desde la panza de la madre hasta la última exhalación". Asimismo señaló que llos trabajan  "todas las etapas, pero cuando nos encontramos con alguien que tiene salud y edad para trabajar o para estudiar, le ofrecemos lo mismo que uno le ofrecería a un padre, a un hermano, a un amigo: oportunidades alternativas, formación. Dejamos las cosas en claro del día uno que ingresan: la educación es obligatoria, tanto para el niño como para el adulto, los controles de salud también". 

Acerca de todas las actividades que se realizan, declaró como éstas se desarrollan: "De martes a sábados, de 8 a 17 horas, tendremos que aprender oficios muy diversos, desde termofusionar hasta electricidad, desde colocar una placa de yeso hasta hacer un pozo ciego. Todo en el afán de poder urbanizar lo que uno necesita para vivir dignamente. Creemos mucho en el esfuerzo individual y también en la ayuda mutua, pero las reglas acá son claras". explicó.

Las reglas son claras: esfuerzo individual y ayuda mutua. No obstante, aclaró que aún existen diversas problemáticas por resolver: "Por supuesto que hay vaivenes, hay momentos en donde gente que ha sufrido muchísimos traumas tiene sus recaídas, sus momentos de desolación, de desesperanza, pero acá todos los días se le avanza, aunque fuera una pulgada, a la extrema pobreza. Nosotros no creemos en la idea de que hay que esperar que alguien venga a hacer esto, sino que creemos convencidamente de que todos los días lo tenemos que hacer nosotros".

Akamasoa Argentina intenta replicar la obra de Opeka que ayuda a salir a muchas personas de la difícil situación de la pobreza.

Fe y trabajo: un mismo camino

Su inspiración es cristiana, pero su método, práctico.  "Jesús fue muy concreto: si ves un hambriento, dale de comer; si ves un sediento, dale de beber. Pero también dijo que hay que amarse a uno mismo para amar al prójimo. Nosotros sí que pensamos que al pobre no hay que mirarlo por su carencia, no estar observando todo el tiempo lo que le falta, sino verlo por su potencialidad. Esa parábola de los talentos, maravillosa ¿qué expresa Jesús ahí? ‘Rendir de acuerdo a lo que se te ha dado y así se te va a juzgar'", expresó Vigo Gasparotti.

Y respondió tajantamente sobre la cuestión de que si los pobres serán ricos en el cielo: "Eso es una comodidad intelectual. Anda a vivir vos así: sin agua, sin cloacas, en donde te golpeen, en donde no tengas posibilidades, en donde no consigas laburo. Entonces hay que cambiar las cosas acá: irse de la vida con las manos gastadas y el corazón enganchado".

Reconstruir personas, no solo viviendas

El trabajo de Akamasoa Argentina comenzó con niños desnutridos, pero pronto entendieron que el problema era estructural. "Cuando uno trabaja la desnutrición infantil, la primera conclusión dramática que se le genera es que el cerebro no acepta deudas atrasadas. Lo que no se hace en la primera infancia difícilmente se podrá hacer después porque la desnutrición, la falta de alimento, de estímulo, te genera problemas bioquímicos, eléctricos, anatómicos, funcionales, psiquiátricos y psicológicos", apuntó el fundador de esta comunidad.

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Los que forman parte de esta comunidad aprenden a realizar una variedad amplia de oficios que les permita reconstruir sus vidas.

Aunque reparó en que solucionar este problema y cómo poder abordarlo se debiera realizar de manera integral, donde aprovechó para marcar un ejemplo de lo difícil que es salir esta situación para un niño."Dábamos el alta a un chico de 5 años, lo más campante, sonriendo, divertido, con ganas de salir adelante, pero iba a una escuela donde lo estafaban; iba su familia a tratar de conseguir laburo y no tenía la formación para insertarse en el mercado laboral; seguía viviendo en la casa en donde el golpeador de turno movía la cortina de la puerta de su casa e ingresaba. Ahí mi conclusión fue ‘Pedro dio la tecla', El tipo trabaja en todas las etapas de la vida. Es un servicio complejo porque es mucho más cómodo decir ‘ataco el analfabetismo, controlo tal o cual chico para que tenga el peso, la talla y el perímetro craneano para su edad y no me meto en estos bardos'. Pero en el fondo, si me preguntan qué hacemos todos los días, tratamos de reconstruir personas", expuso.

Según reveló en la nota Vigo Gasparotti con Gabriel Conte, por la comunidad pasan cada año más de 6.000 voluntarios de distintos credos, ideologías y nacionalidad, donde puntualizó como en la comunidad llegan todos a un punto en común a la hora de resolver la difíciles problemáticas de aquellas personas necesitadas: "Acá nos ponemos de acuerdo lo importante: si alguien está desnutrido, hay que nutrirlo; si alguien no tiene educación, hay que educarlo; si alguien no tiene posibilidad de tener un trabajo, hay que formarlo. Y acá estamos todos por lo mismo, para mirarlo nuevamente al que está marginado en la sociedad, con la idea de ‘che, vamos juntos a salir adelante, no te quedes quieto esperando que alguien te dé algo'. Yo soy un agradecido de toda la gente que nos ayuda. No me ayudan a mí, se ayudan a ellos y ayudan al resto".

"Hay ayudas que dañan"

Antes de cerrar, el fundador de Akamasoa Argentina deja una reflexión que incomoda acerca de ciertas formas de ayuda y solidaridad que no son del todo sinceras desde su punto de vista: "Hay una ayuda que daña, que por más que con buena fe uno la quiera hacer. Esa es la pregunta que uno debe hacerse cada vez que tiende la mano: ¿Esta ayuda amputará el espíritu? ¿Esta ayuda permitirá que alguien se ponga de pie o seguirá de rodillas? Muchas veces se ayuda a la gente quebrándole las piernas y después se le da la muleta. Dicen ‘agradeceme que te di la muleta'. No, hermano, primero me quebraste las piernas", concluyó de forma contundente.

Su mensaje es claro: la pobreza no se combate con lástima, sino con herramientas.

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