Por qué se celebra el Día de los Inocentes y cuál es el origen de las bromas

De origen religioso y con fuertes influencias paganas, el Día de los Santos Inocentes mezcla un episodio bíblico trágico con antiguas celebraciones medievales que dieron lugar a la tradición de las bromas.

Por qué se celebra el Día de los Inocentes y cuál es el origen de las bromas

Por: María Belén Godoy

Cada 28 de diciembre, el mundo hispanohablante se prepara para una jornada de humor y complicidad. Detrás de las clásicas bromas y la frase "Que la inocencia te valga", existe una historia milenaria que combina un relato bíblico dramático con antiguos festejos paganos que buscaban subvertir el orden establecido.

La raíz del nombre proviene de la Iglesia Católica, en conmemoración de la Matanza de los Inocentes. Según el Evangelio de Mateo, el Rey Herodes I el Grande ordenó asesinar a todos los niños menores de dos años nacidos en Belén para asegurarse de eliminar al "Rey de los Judíos" (Jesús), cuya llegada habían anunciado los Reyes Magos. Esos niños fueron llamados "Santos Inocentes" por su pureza y falta de pecado.

La influencia pagana: "La Fiesta de los Locos" hasta la tradición actual

¿Cómo pasó de una matanza a las bromas? En la Edad Media, esta fecha se fusionó con una celebración pagana conocida como "La Fiesta de los Locos" (Festa Fatuorum). Durante ese día, en Francia y otras regiones de Europa, se permitía que los clérigos más jóvenes y los ciudadanos comunes se burlaran de las autoridades, se disfrazaran y realizaran parodias de los rituales eclesiásticos. Era un día de "permisividad absoluta" para aliviar las tensiones sociales.

 Este día hace referencia al hecho trágico donde se ordenó la matanza de los niños menores de 2 años en Belén.

Con el tiempo, la costumbre de engañar a los "inocentes" (aquellos que olvidan la fecha o confían de más) se consolidó. En Argentina y España, es común realizar bromas telefónicas, difundir noticias falsas o incluso pedir objetos prestados que, por tradición, el dueño no podrá reclamar hasta el día siguiente.

Aunque la Biblia no especifica la fecha exacta de la matanza, la Iglesia Occidental fijó el 28 de diciembre para que estuviera dentro de la Octava de Navidad, simbolizando que el nacimiento de Jesús trajo consigo tanto luz como persecución.

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