En el programa EntornoPyme que se emite por Radio Post todos los sábados de 10 a 12, Luciana Agüero contó la historia y cómo evoluciona la emblemática churrería de la provincia, un sabor que atraviesa generaciones.
De la anécdota con Cantinflas al legado de los churros en Mendoza
En la historia gastronómica de Mendoza hay nombres que resuenan con un sabor inconfundible. Entre ellos, Churrico se ha convertido en un emblema del disfrute y la tradición. Desde sus inicios, esta empresa familiar conquistó el paladar de generaciones, ofreciendo churros que marcaron momentos especiales en la vida de muchas personas. Para algunos, representa un recuerdo de la infancia; para otros, un ritual de invierno o una dulce pausa en cualquier época del año.
Lo que comenzó como un desafío emprendedor en la familia Agüero hoy se traduce en un negocio consolidado que sigue creciendo. Churrico es mucho más que un simple puesto de churros: es una tradición que se transmite de padres a hijos y que sigue evolucionando sin perder su esencia y lo afirmó Luciana Agüero una de las hermanas que continúa con el legado. Ella conversó con el programa Entorno Pyme conducido por Gabriel Piconero y Anabel Angileri que se emite todos los sábados de 10.00 a 12.00 por Radio Post (FM 92.1 en el Gran Mendoza, 96.9 en Luján de Cuyo, 100.1 en San Martín y 96.7 en La Paz).
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El nacimiento de una tradición
El origen de Churrico se remonta a 1969, cuando la familia Agüero, con la visión de su abuelo y su padre, decidió emprender en el mundo de la repostería. La inspiración surgió de una anécdota -que contó Luciana- con el icónico humorista mexicano Cantinflas, quien visitó Mendoza y preguntó dónde podía encontrar churros. Aquella pregunta sembró la idea en la mente de la familia, que con esfuerzo y dedicación logró crear un negocio que perdura hasta hoy.
Desde entonces, Churrico ha sido parte de la memoria colectiva mendocina. Sus clientes han compartido historias entrañables, como reuniones familiares, celebraciones de cumpleaños y salidas con amigos, donde los churros han sido protagonistas.
Innovación sin perder la esencia
Luciana contó que a lo largo de los años, la empresa ha sabido adaptarse a las nuevas tendencias sin perder su esencia tradicional. En sus inicios, los churros eran un producto exclusivamente de invierno, pero con el tiempo, la familia Agüero incorporó nuevas variedades y presentaciones, como churros rellenos y versiones saladas. Además, han diversificado su oferta para que los mendocinos puedan disfrutar de este producto durante todo el año.
Hoy, Churrico cuenta con ocho sucursales en funcionamiento y siete próximas a abrir, reflejando el crecimiento y la aceptación de la marca en la región a través de franquicias.
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Un legado que continúa
Actualmente, la tercera generación de la familia Agüero lidera Churrico, con la misma pasión que sus predecesores. La empresa se ha convertido en un ejemplo de emprendimiento familiar exitoso, donde la transición generacional ha sido natural y fluida. Desde temprana edad, los miembros de la familia han crecido inmersos en el negocio, aprendiendo desde la base hasta la gestión estratégica.
Los nietos y sobrinos ya muestran interés en continuar con la tradición, asegurando que Churrico tenga un futuro prometedor. Este sentido de pertenencia y compromiso con la marca refuerza su legado, garantizando que las próximas generaciones también puedan disfrutar de estos churros icónicos.
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