Cuánto gana un cura y cómo funciona la economía de la Iglesia Católica

En una entrevista con Monseñor Marcelo Mazzitelli, obispo auxiliar de Mendoza, detalló la retribución económica de los sacerdotes. En qué se distribuye el dinero de las colectas y cómo cada parroquia gestiona su economía.

Cuánto gana un cura y cómo funciona la economía de la Iglesia Católica

Por:Ángeles Acosta
Periodista

¿Cuánto gana un cura?, ¿a qué se destina el dinero que se recauda en misa?, ¿El Vaticano colabora con la economía de las parroquias o es al revés? Muchas de estas preguntas tienen respuestas que la sociedad quizá no conoce o, en algunos casos, no son del todo claras. Si bien no son sueldos si no asignaciones, los sacerdotes en Mendoza perciben mensualmente entre 75 y 97 mil pesos

Pero para conocer en profundidad y en detalle cómo funciona internamente la economía de la Iglesia Católica, que es mayoritaria en Argentina, Mendoza Post dialogó con Monseñor Marcelo Mazzitelli,  obispo auxiliar de la provincia, que precisamente se encarga de los temas administrativos y económicos del Arzobispado.

La escena 

Es domingo. En misa, los feligreses escuchan atentos al curita del barrio. Termina todo el ritual correspondiente a la celebración religiosa y el sacerdote les pide que se queden un momento más para pasar los "avisos parroquiales". Pero en esta oportunidad, son distintos a los de siempre.

Monseñor Marcelo Mazzitelli.

Pues el párroco comienza a contarle a los fieles cuál es el ingreso que él percibe mensualmente por su trabajo, en qué se invirtió el dinero que recaudaron en una colecta el año pasado, cuánto sobró y que piensan invertirlo en arreglar una parte del techo del templo.

Es que la Iglesia, como política institucional, decidió a que su "Pastoral Económica" quiere definirla con un concepto que se refleje en todo: transparencia. "Estamos trabajando en la información, los modos de gestión e intentando corregir ciertos mitos que hay entorno a la Iglesia", remarca Monseñor Mazzitelli.

Ver: Buscan extender la licencia por paternidad: cuántos días podrían tener

En este sentido, explica que la Iglesia es una comunidad de personas que vive en una sociedad y con los códigos de ella. "Una comunidad tiene que pagar los servicios, solventar los gastos de evangelización, los encuentros y el sacerdote está al servicio de ella. El cura no cobra un sueldo, es una asignación que se le da para que pueda vivir", aclara.

Asimismo, para ir describiendo cómo funciona la economía interna del catolicismo, el auxiliar del obispo Marcelo Colombo, enumera -de menor a mayor- que está la comunidad parroquial, la comunidad diocesana y la Iglesia toda en la sociedad argentina.

"La Iglesia tiene un servicio también de administración de fondos del Estado en orden a la caridad. Muchos programas de Cáritas son aportes del Estado que le confía para la administración, la supervisión y auditoría de esos planes. Siempre está el mito de que el Estado sostiene la Iglesia. No es así. La Iglesia aporta a la sociedad, por ejemplo, en la educación", remara Mazzitelli.

-¿Cómo es, concretamente, el aporte de la Iglesia a la educación de Mendoza?

-Primero, aclarar que toda educación es pública. Lo que se dice educación privada es porque es de gestión privada, pero es educación pública. Un 25% de la educación en Mendoza es de gestión privada. Eso significa un aporte muy grande a la sociedad por parte de la Iglesia. Porque si bien la Dirección General de Escuelas (DGE) hace el aporte de subsidios para las horas programáticas, todo lo que significa mantenimiento de edificio, los sueldos de las horas extra programáticas, sale de las cuotas.

La gestión privada tiene colegios confesionales y no confesionales; es decir, no religiosos. Por ejemplo, en el Colegio del Arzobispado hacemos el esfuerzo de cobrar menos de lo que el Estado establece, porque consideramos que hay una función social también. Ningún colegio del Arzobispado es de alto nivel económico; las cuotas más caras están alrededor de los $ 9.000 y la más baja, $ 4.800.

Lo que quiero graficar es que siempre se habla de lo que es el sostenimiento de la Iglesia pero desde nuestra institución también se está generando un servicio y un bien para la comunidad. En este caso, la educación. Un 25% de la educación de Mendoza y todo lo que implica, además, ser fuente de trabajo.

-¿Cuántos colegios de la provincia gestiona la Iglesia?

-Tenemos 11 colegios del Arzobispado, más los confesionales. Alrededor de 60 en total.

Las cuotas en los colegios del Arzobispado van de $4.800 a $9.000 

-En Argentina el Estado le paga a los obispos. ¿Sigue vigente esto?

-Sí, es real es que el Estado viene pagando un aporte a los obispos, que es algo histórico de la época de Rivadavia. Pero hasta eso hoy se acaba. Primero porque el aporte no sufrió aumentos conforme a lo que dramáticamente estamos viviendo hoy. Por lo tanto se licuó, era insignificante. En el Presupuesto nacional es el 0,01%, un valor simbólico. Pero igual tomamos la decisión como Episcopado de renunciar a ese aporte gradualmente. En diciembre de este año se concluye esa gradualidad, por lo tanto el Estado ni siquiera va a pagar más los obispos. Se acordó un Fondo Solidario.

-¿Y en las parroquias, cómo funciona la economía?

-Nosotros vamos actualizando los índices de referencia de asignaciones en las comunidades, que se hacen responsables del sostenimiento de los sacerdotes. Se hace una escala. En este momento, el índice sugerido de un párroco es de 97 mil pesos mensuales y un vicario, una mínima diferencia.

Lo que pasa es que no todas las comunidades pueden hacerlo porque hay realidades distintas. Tenés parroquias donde tienen una economía con más posibilidades y otras que están remando para pagar la luz. Por lo tanto, se hace difícil pagar una asignación así al sacerdote.

-El aporte de los feligreses, ¿cómo cuenta?

-Los grandes ingresos provienen justamente de las colectas. Una parroquia se sostiene del ingreso de las colectas de las misas. Hay parroquias donde se ordena la economía en función de eso y otras que no les da, que son generalmente las que están en zonas más humildes o rurales. Por lo tanto, no puede responder a ese índice sugerido por el Arzobispado. Así que se ayuda al sacerdote en un servicio de capellanías, por ejemplo, o en acompañamiento pastoral en los colegios.

Los curas perciben una asignación de $97.000 mensuales.

Cada parroquia hace un aporte al Obispado, según categorías, en un servicio diocesano de la administración. Tenemos empleados y todos los aportes que implican. Para nosotros no es sólo finanzas, es una pastoral de temas económicos, un servicio enfocado en el criterio de la transparencia. Un sacerdote está el servicio de la comunidad, que es la que vive la fe y también que anima su vida, tanto en la evangelización como en el sostenimiento. Por eso es muy importante, en cada parroquia, la conformación de los consejos económicos. Que son laicos y sirven a la comunidad en la organización de la economía. Hasta culturalmente es un desafío avanzar en la transparencia en todo nivel social. Es un valor evangélico para nosotros.

Pero también somos parte de una sociedad con todas las riquezas y todos los vicios. Vamos avanzando. En las misas, los curas van también transmitiendo esa cultura de transparencia que queremos generar. Un miembro de la comunidad tiene derecho a saber cómo se usan los recursos. Aunque en los tiempos que vivimos no hay presupuesto que resista.

El Patio Callejero, un espacio de la Iglesia para gente en situación de calle.

-El Vaticano, ¿les envía dinero?

-No, nosotros enviamos dinero al Vaticano. Es el sentido de corresponsabilidad en la Iglesia. Así como la parroquia aporta a la diócesis, nosotros tenemos colectas imperadas que van directamente al Vaticano, porque es la Iglesia universal. Incluso en comunidades que están más acomodadas, asumen gastos laborales de otras comunidades que no pueden solventarlos. El criterio es compartir.

Ver: Los docentes universitarios de Mendoza vuelven al paro por la inflación

-Por otra parte, llega el invierno y hay gente en situación de calle. Muchos ayudados por la Iglesia. ¿Ven más personas pasando necesidades?

-La crisis se ve en los distintos niveles. Por ejemplo, en los colegios estamos haciendo un esfuerzo muy grande porque hay gente que no puede pagar la cuota. Hay morosidad que tratamos de acompañar pero está muy difícil. Está haciendo crisis todo. Y nosotros también estamos exigidos para acompañar cada situación, a cada familia que lo necesita.

Para mí es mucho más profundo que una crisis económica: es moral y educativa. Pero hay una emergencia social, gente de la calle, el frío, cómo ha aumentado la atención de Cáritas, que además de una bolsa de alimentos genera programas de capacitación laboral para pequeños emprendimientos. Hay una emergencia que está creciendo en demanda.

Qué alegría más grande que un Estado que se hace cargo de la vulnerabilidad de la sociedad. Ojalá nosotros no tuviéramos que asistir lo que no asisten los gobiernos. Dios quiera que la Iglesia no tenga que hacer eso. Pero hay que hacerlo. Hace unos días ayudamos a una familia con tres hijos que estaban durmiendo en la calle. Esa respuesta a la emergencia está. No nos ponemos a pensar que esto lo tendría que hacer el Estado. Lo hacemos.

 "Hay una emergencia social que está creciendo en demanda", asegura Mazzitelli.

Yo considero que no hay buena política si no hay sensibilidad social. No es simplemente un indigente en estado de riesgo, es una persona que merece ser mirada y atendida como persona. Esto expresado en distintas situaciones y que va más allá de su confesión de fe, de su realidad, es una persona y necesita salir de esa emergencia en la que está. 

Esta nota habla de: