La escuela céntrica de Mendoza que dirigió una de las maestras de Sarmiento

Fundada en 1878 bajo el impulso educativo de Domingo Faustino Sarmiento, la Escuela Normal Tomás Godoy Cruz guarda en su historia el paso de maestras estadounidenses, mudanzas y una comunidad que mantiene vivo su legado de casi un siglo y medio.

La escuela céntrica de Mendoza que dirigió una de las maestras de Sarmiento

Por:Juan Manuel Lucero
Periodista

Hay instituciones que, más allá de sus paredes, resguardan una parte sensible de la historia de Mendoza. La Escuela Normal Tomás Godoy Cruz es una de ellas. 

Nació el 27 de febrero de 1878, al calor de la Ley Sarmiento N° 758, que autorizaba al Gobierno Nacional a crear escuelas normales en todo el país. En un tiempo en que la educación era todavía una gran apuesta de futuro, Mendoza levantó la mano para tener la suya.

El antiguo edificio de la Escuela Normal.

Su primera sede estuvo en calle Unión -hoy Sarmiento y 9 de Julio-, y allí llegó una figura que marcaría su identidad: la señorita Sarah Boyd, una de las 65 maestras que Sarmiento trajo desde Estados Unidos para cimentar la educación argentina. Su presencia no solo aportó técnicas y enfoques novedosos, sino que dejó una huella profunda en la memoria institucional.

Con los años, la escuela cambió de manos y de hogar. En 1880 asumió la dirección Miss Sarah Cook, y hacia 1881 se trasladó a calle San Martín y Amigorena, donde hoy se levanta la Galería Piazza

En la Galería Piazza se encuentra una placa conmemorativa de cuando la Escuela se situaba allí.

Allí funcionó durante décadas, incluso cuando en 1914 dejó de ser un establecimiento solo para niñas y pasó a ser mixto. Para entonces se llamaba Nicolás Avellaneda, hasta que en 1928, con el festejo de su 50° aniversario, adoptó el nombre que conservaría para siempre: Dr. Tomás Godoy Cruz, en honor al congresista y gobernador mendocino.

Pero la historia también tuvo momentos difíciles. El 10 de noviembre de 1949 una de las aulas se derrumbó y el edificio fue clausurado. En su patio vivía un enorme aguaribay, recordado hasta hoy con una placa que puede encontrarse en la galería comercial que ocupa aquel terreno.

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Las mudanzas y reconstrucciones llevaron finalmente a que, en 1967, se inaugurara el edificio actual en Rivadavia 350, en un predio que había sido parte de la antigua Casa de Gobierno.

Ese edificio -una obra del Movimiento Moderno- es una rareza arquitectónica en la ciudad. Su salón de actos está cubierto por un paraboloide hiperbólico, una estructura poco común que aprovecha la plasticidad del hormigón armado. 

La moderna arquitectura del Normal.

Las aulas, en cambio, debieron ser reforzadas tras un sismo mediante una malla de diagonales metálicas que hoy le da a la fachada un lenguaje distintivo y colorido.

El entramado de diagonales metálicas, un refuerzo contra los sismos para el Normal.

Una escuela que atraviesa la vida

Hoy el Normal Tomás Godoy Cruz reúne en un mismo espacio los niveles inicial, primario, secundario y terciario. Esa continuidad no es solo formal: para muchas familias, el tránsito educativo completo ocurre dentro de los mismos pasillos.

María Angélica Bustamante, directora de la escuela primaria, lo explica con claridad: "Existe una articulación entre las instituciones. Los alumnos de cada nivel tienen prioridad para ingresar al siguiente, por lo que se puede construir toda una vida educativa dentro de la misma institución. Y hay alumnos que así lo hicieron".

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Esa idea de continuidad se vincula con el origen mismo del Normal. Su misión inicial fue formar maestros, y durante años funcionó como escuela piloto: allí se probaban modelos, se evaluaban métodos y se impulsaban prácticas pedagógicas que luego se extendían a otras instituciones.

Otro aspecto que marcó su identidad fue la innovación en idiomas: fue la primera escuela pública de Mendoza en enseñar inglés desde 1° hasta 7° grado, un rasgo que muchas generaciones aún recuerdan como sello distintivo.

Sara Boyd, la primera directora, una de las 65 docentes traídas por Sarmiento desde EE.UU.

Sismos, tradiciones y una cápsula del tiempo

La historia sísmica de Mendoza también dejó marcas. El subsuelo del edificio -donde funcionaba un buffet muy concurrido- quedó inhabilitado tras un sismo. Desde entonces, el patio dejó de ser zona segura y, en caso de temblores, estudiantes y docentes se trasladan a la Plaza Independencia, que queda justo enfrente. 

La Plaza Independencia es un sitio con una vinculación muy fuerte para con el colegio, no sólo es su "zona segura" sino que es parte de la identidad de la institución.

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En 2018, cuando la institución cumplió 140 años, se selló una cápsula del tiempo con objetos, cartas y recuerdos de esta época. La abrirán recién en 2118, como un mensaje hacia un futuro que aún parece muy lejano pero que seguirá encontrando, en esas paredes, una parte viva de la ciudad.

El terreno que quiso ser Catedral

Como si su historia no fuera suficiente, el Normal también está asentado sobre un espacio que tuvo disputas importantes. En esa misma manzana funcionó la vieja Casa de Gobierno y, según se proyectaba en la época colonial, allí debía levantarse la catedral de Mendoza, como en tantas ciudades hispanoamericanas donde la iglesia principal se ubica frente a la plaza.

Pero eso nunca ocurrió. El terreno quedó en litigio entre Nación, la Gobernación y el Arzobispado durante años, hasta que finalmente la escuela consolidó su derecho a permanecer. Hoy es parte esencial del entramado urbano del centro mendocino y una de las instituciones más queridas por generaciones de estudiantes.

Los pasillos de la planta baja de la Primaria del Normal.

A más de 145 años de su fundación, la Escuela Normal Tomás Godoy Cruz sigue siendo mucho más que un edificio: es un relicario de historias, una obra del modernismo local, un proyecto educativo que nació de la visión de Sarmiento y de aquellas maestras que cruzaron el continente para enseñar.

En sus aulas, todavía resuena algo de esa vocación pionera que la vio nacer y esa visión de la Mendoza y la Argentina del futuro con el que nuestros antepasados se animaron a soñar.

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Imagen de portada: Foto de Mendoza Antigua coloreada con Gemini IA.

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