Nicolás Pasquali visitó 196 países y contó al Post algunos detalles de su viaje. Estuvo preso, fue secuestrado e invitado en muchas partes por ser argentino.
La increíble historia del argentino que recorrió el mundo entero
Con solo 33 años, Nicolás Pasquali acaba de lograr una hazaña que muy pocos en el mundo pueden contar: visitó los 196 países del planeta. Nacido en el barrio porteño de Belgrano, este joven se convirtió en el primer argentino en darle la vuelta total al mundo, en un viaje que duró ocho años y lo transformó para siempre.
"De chico jugaba con el globo terráqueo que había en el living de casa", contó en una entrevista exclusiva con el Post. "Marcaba un país al azar, lo buscaba en la enciclopedia y soñaba con conocerlo. Así empezó todo. Un día pensé: en vez de ir y venir del globo a la computadora, ¿por qué no los visito a todos?". Esa fantasía infantil se convirtió en un proyecto concreto: recorrer cada rincón del planeta.
Un viaje fuera de lo común
Nicolás comenzó por África, la región que consideró más compleja por cuestiones logísticas, idiomáticas y políticas. Su lógica era sencilla: "Si empiezo por lo más difícil, después todo será más fácil".
Fue así como el primer destino fue ese continente. Nicolás viajó por el norte de África e incluso estuvo secuestrado en Mauritania por parte de un grupo terrorista del que escapó lanzándose de un camión en movimiento.
Tras eso, se fue a España y luego de evaluar su proyecto, decidió volver a empezar por Sudáfrica, desde donde comenzó a subir por el continente: Mozambique, Botsuana, Namibia, Zimbabue, Malaui y muchos más, incluyendo islas remotas como Seychelles, Comoras y Mauricio.
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En en Congo también estuvo preso. Si bien había realizado los trámites para ingresar al país y había abonado una visa de 250 dólares, el la frontera no lo dejaban ingresar. Tras algunos días de intentarlo, fue detenido y llevado a una cárcel en ese país, donde estuvo detenido durante 3 días. Finalmente, salió y pudo conocer este emblemático país africano.
El último país de la lista fue Corea del Norte, al que llegó el 20 de febrero de este año, sellando así su objetivo de recorrer todos los países reconocidos por la ONU (193), más el Vaticano, Palestina y Taiwán. "Solo 325 personas lo han hecho en toda la historia de la humanidad. La mitad ya falleció. Ningún argentino lo había logrado hasta ahora", destacó con orgullo.
A diferencia de otros viajeros que simplemente hacen escala en las capitales, Pasquali decidió profundizar en la cultura y el día a día de cada lugar. "No quería coleccionar sellos en el pasaporte, quería conocer a su gente", explicó.
Cómo se financió para viajar
Lejos de depender de trabajos temporales como hacen otros viajeros, Nicolás diseñó un sistema financiero propio para sostener su estilo de vida nómade.
Con formación en economía, trabajó desde joven en un banco, dio clases de tenis, manejó Uber, vendió por internet y fue docente universitario. A los 24 años ya había reunido el capital necesario para invertirlo en el Mercado de Valores de Buenos Aires (Merval) y generar ingresos mensuales suficientes para vivir.
"Armé un presupuesto y puse ese dinero a trabajar para que me genere un rendimiento constante. Eso me permitió vivir viajando sin depender de trabajos eventuales", explicó.
Su viaje estuvo repleto de experiencias inolvidables, muchas felices, otras traumáticas. Uno de los momentos más impactantes fue en Guinea-Bissau, un pequeño país africano donde terminó atrapado durante 11 días en una isla sin señal ni transporte.
"Un pescador me llevó a una isla paradisíaca fuera del control del gobierno, parte del archipiélago de Bijagós. No había electricidad, ni comunicación, ni forma de volver. Me desesperé. Pero al final, me integré con la comunidad local, aprendí a pescar, a meditar. Fue una especie de retiro espiritual forzado que me cambió para siempre", relató.
Consultado por el Post, Nicolás relató que, entre sus países favoritos, Irak ocupa un lugar especial. "Su gente, su comida, su hospitalidad, su historia. Es un país muy mal entendido. En el norte tiene paisajes alucinantes y en el sur, la cuna de las civilizaciones. Si Babilonia estuviera en Europa, sería tan famosa como el Coliseo romano".
Pero si hay algo que lo sorprendió de verdad, fue la buena imagen que tiene Argentina en el mundo. "Ser argentino te abre puertas. En muchos países, especialmente en lugares como Bangladesh, la gente me pedía fotos, me invitaban a comer solo por llevar la camiseta de la Selección. Había grafitis de Messi, del Dibu Martínez, ¡y eso que fui en 2024 y el Mundial ya había pasado!", recordó.
¿Dónde se quedaría?
Si bien muchos países lo deslumbraron, Nicolás tiene claro que ninguno como Argentina. "Colombia tiene una energía increíble, Nueva Zelanda es naturaleza pura, París es elegante, Japón tiene una comida espectacular... Pero como Argentina no hay. El humor, el asado, los amigos... eso no se reemplaza", relató.
Hoy, Nico Pasquali decidió compartir sus vivencias de manera más activa, no solo en redes sociales sino también en charlas, entrevistas y espacios educativos.
"No es una vida normal. Conocí desde presidentes hasta tribus aisladas. Este viaje me enseñó que hay muchas formas de vivir y que el mundo, a pesar de todo, sigue siendo un lugar hospitalario y fascinante", sentenció.
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