El origen del bochorno y el rol clave de un mendocino

Más allá de los incidentes afuera del Congreso por la marcha de los jubilados, adentro del recinto la sesión en la Cámara de Diputados terminó en escándalo, con gritos, insultos y empujones entre algunos legisladores que debatían la emergencia en Bahía Blanca y avanzar con la investigación del caso $LIBRA. Y dos "mano a mano" que incluyeron manotazos al aire y empujones entre Lisandro Almirón y Oscar Zago, y Cristian Ritondo y Eduardo Toniolli.

Todo comenzó cuando el peronismo intentaba aprobar un emplazamiento a la comisión LAC para derogar las facultades delegadas que tiene el Poder Ejecutivo y ratificar a las autoridades de la comisión de Juicio Político. En ese momento, Unión por la Patria todavía tenía quórum porque la libertaria Marcela Pagano, su compañera Rocío Bonacci y el ex oficialista Oscar Zago esperaban la votación para ratificar a las autoridades de la comisión de Juicio Político.

A partir de eso, un grupo de legisladores libertarios comenzó a increpar a Pagano, Bonacci y Zago por "darle quórum" al kirchnerismo para avanzar en contra de las facultades delegadas presidenciales. "Cómo le van a dar quórum, ustedes entraron (al Congreso) por Javier", les gritaron, según publicó Infobae. En paralelo, uno de los mendocinos que participó de la sesión le confió al Post que escuchó textualmente que a Zago le dijeron "vos y las otras dos son socias de los K, les pagaron chorros". El autor de esa frase sería el libertario Lisandro Almirón, lo que dio origen al "mano a mano" con Zago.

Aquí intervino el mendocino Álvaro Martínez, cuya intervención fue clave para que la situación no se agravara aun más: se paró entre los dos "contrincantes" -Zago y Almirón- y buscó separarlos en todo momento (video superior). No es la primera vez que el dirigente libertario tiene que poner paños fríos a una situación semejante: en 2023, impidió que un cruce entre Omar De Marchi y Mario Vadillo terminara en algo más grave, en la Fiesta de la Ganadería de General Alvear.

En paralelo, hubo insultos entre Pagano y Lelia Lemoine y un revoleo de un vaso con agua a María Celeste Ponce. Entonces, solo quedaron sentados 128 diputados en sus bancas. Esa situación fue aprovechada por Martín Menem para levantar la sesión por falta de quórum antes de que tuvieran lugar las dos votaciones.

La decisión generó indignación en la bancada peronismo y varios referentes corrieron al estrado para increpar a Menem, que rápidamente se retiró del recinto. Entre las bancas, peronistas y diputados del PRO siguieron a los gritos.

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En ese contexto tuvo origen el segundo "mano a mano", en este caso entre Cristian Ritondo, del PRO, y el peronista santafesino Eduardo Toniolli, que tuvieron que ser separados por sus compañeros para evitar que la discusión terminara a las trompadas. ¿Quién apareció para separar? Nuevamente el mendocino Martínez.

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